La campaña electoral puede irrumpir en las calles muy pronto. En concreto, el domingo 3 de marzo. Ese día, el mundo rural se manifestará en Madrid con toda la artillería. Ganaderos, agricultores, pescadores, y piscicultores y, cómo no, cazadores y taurinos marcharán por el paseo de la Castellana bajo el lema ‘Por el respeto al mundo rural y sus tradiciones’.
El campo se ha demostrado un caladero de votos poderoso en tiempos recientes. Ahí está el ejemplo de Andalucía, donde el miedo a que el Gobierno del PSOE prohibiera la caza y los toros fue una de las tres grandes palancas del cambio, junto a la inmigración ilegal y el conflicto catalán. Muchos cazadores andaluces dieron la espalda a Susana Díaz para echarse en brazos del único partido que les mostró cariño en la campaña, Vox. Ahora, la situación se repite pero a escala nacional y nadie duda de que los partidos tratarán de pescar en río revuelto.
Andalucía ha sido una lección para todos y ha provocado cosas inauditas. Ejemplo uno: el diputado Teófilo de Luis (PP) preguntará en el pleno del Congreso del 19 de febrero lo siguiente: «¿Está pensando el Gobierno prohibir la caza en España?». El objetivo parece claro, poner en un brete al Partido Socialista obligándolo a posicionarse en este particular. Ejemplo dos: Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha por el PSOE, anunció días atrás que la televisión autonómica lanzará dos canales temáticos en la próxima legislatura, uno sobre el mundo taurino y otro sobre caza y pesca. El objetivo también parece claro: decirles a esos votantes que a diferencia de Ferraz, él sí les quiere.
La fecha de la manifestación rural estaba pactada desde el día 7 de septiembre. No esperaban verse en mitad de la tormenta electoral y por eso los representantes de la caza y los toros son taxativos: no quieren que Santiago Abascal ni Pablo Casado ni ningún otro candidato a la presidencia canibalicen su acto de protesta en Madrid. «Agradecemos el apoyo de los partidos políticos, pero nos negamos a que nos utilicen para hacer su campaña electoral», reacciona Ángel López, presidente de la Real Federación Española de Caza (RFEC).
«No me parecería bien la presencia de políticos en la manifestación del 3 de marzo. Esa protesta ha de protagonizarla la gente del campo. Sería un error por parte de la organización dejar que uno o más partidos políticos abanderaran el acto. No somos la campaña de nadie», avisa López, quien hasta hace unas horas aún debía decidir si la federación de caza da o no apoyo oficial a la marcha,impulsada por el sindicato agrario Asaja y respaldada por una amalgama de entidades rurales. Hoy lunes se presenta en Madrid la Alianza del Medio Rural, acto que ahondará en los detalles de esa gran concentración y en sus reivindicaciones.
Desde el sector de los toros, comparten el punto de vista de la caza. Así lo afirma Carlos Núñez, presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia: «Llevo 10 años como presidente de la unión y una de las grandes luchas siempre ha sido evitar la politización de lo que defendemos. Es un de los hándicaps que encontramos para trabajar en defensa del toro bravo en los últimos años. El toro y el mundo rural en general son de todos, da igual la ideología política. Por lo tanto, sería absurdo que un partido se apropie del movimiento, por mucho que agradezcamos cuando alguien nos da apoyo». Es decir, agradecimiento a Vox y en menor medida a PP por defender sin tapujos la promoción de la caza y el toreo, pero advertencia de que no traspasen la línea roja. Cuestión distinta es cómo se tomarán los asistentes a la manifestación la presencia de Abascal, Casado o Rivera. No es descartable que sean jaleados, en particular el primero.
Todavía colean en estos sectores las declaraciones de la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, quien dijo dos días después de las elecciones andaluzas que «prohibiría» las corridas de toros y la caza porque no entiende a «aquellas personas que disfrutan con ver morir o ver sufrir animales». El fuego incontrolado que provocaron esas declaraciones en ciertos feudos del PSOE, unido al batacazo dos días antes en las elecciones andaluzas, provocó que el Gobierno haya mantenido un perfil bajo respecto a la caza desde entonces.
«Estoy asombrado por el discurso que ha tenido este Gobierno, petrificado», exclama el presidente de los ganaderos de toro bravo. “Lo que hay detrás de esos planteamientos es un profundo desconocimiento de lo que están hablando. Son el hombre y la mujer del campo quienes quieren al entorno rural y lo cuidan. El mayor depredador del medio rural son las personas que no lo conocen e imponen decisiones desde un despacho. Nuestro gran temor es el intervencionsimo irresponsable de los políticos». No obstante, el presidente de la federación de caza asegura que la relación con el ministro de Cultura y Deporte, José Guirao, y con el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, es cordial y no hay motivo para la alarma.
El ‘lobby’ de la caza
“Esta manifestación es una más de las que promueve el ‘lobby’ de la caza. No es algo nuevo. Lo promocionan como una protesta del mundo rural, pero quienes realmente tienen poder de convocatoria y están detrás son los cazadores, aunque por algún motivo quieran mezclar al sector cinegético con el resto de actividades del mundo rural como la ganadería o la agricultura», valora Theo Oberhuber, portavoz de Ecologistas en Acción. De hecho, los cazadores también hacen política cuando les interesa, como demuestra la campaña #LaCazaTambiénVota promovida por la Federación Andaluza de Caza, que ha presentado mociones en 348 municipios andaluces en apoyo de la caza y el silvestrismo. Un aviso a los alcaldables de que los cazadores mirarán con lupa sus posturas sobre este negociado el próximo 26 de mayo. La caza como nueva arma arrojadiza de ida y vuelta.
«Veo con absoluto asombro que nos tilden de conservadores, no se puede decir eso si no es desde la más absoluta incompetencia», lanza el presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia. «Que vayan a cualquier pueblo de Castilla-La Mancha o Extremadura, donde en el campo la mayoría vota a la izquierda. Es abrumador el número de gente que vota socialista y es aficionada a los galgos, a la caza o a la pesca de cualquier variedad. El que sostenga que la caza tiene algún matiz clasista es estúpido, y en el caso de los toros ya ni te digo. No hay nada más popular y demócrata que una corrida de toros, donde el pueblo puede emitir su opinión e insultar a la autoridad el tiempo que quiera». El presidente de la federación de caza asegura en el mismo sentido que «cientos de miles de cazadores son de izquierdas».
Más allá del alto voltaje político en que se ha visto envuelto, algo que en buena parte le favorece, el mundo rural insiste en que sus reivindicaciones no son ideológicas sino un grito de ayuda ante el creciente desequilibrio del medio ambiente en España. «La caza es importante no porque sea una afición sino porque contribuye al equilibrio ecológico. El ganadero de toro bravo interviene también en ese equilibro fomentando una especie autóctona perfectamente adaptada al medio ambiente, cuya pezuña, diente y lengua favorecen el equilibrio natural y la diversidad genética botánica de las dehesas, en lugar de introducir especies foráneas de ganado más agresivas con este entorno tan frágil. El urbanita no sabe que las dehesas son tan importantes como los bosques para contrarrestar las emisiones de CO2 y los toros bravos son un elemento fundamental. Lo mismo ocurre con los animales salvajes, cuya alteración en sus poblaciones modifica el medio ambiente. El mejor ejemplo es el cochino salvaje [jabalí], cuya población se ha descontrolado y está generando muchos problemas», resume Núñez.
Según datos del Ministerio de Agriculturua, Pesca y Alimentación, actualmenteun 17% de la población española vive en entornos rurales. Se calcula que en el año 2050, ese porcentaje caiga al 8%.
Fuente: elconfidencial.com