Esta enfermedad afectó a más de 200 millones de personas en 2016, según la Organización Mundial de la Salud.
En información recogida de Hoy, se confirma que el Instituto de Investigación en Ciencias de la Salud de Burkina Faso ha liberado una muestra «a pequeña escala» de mosquitos modificados genéticamente enmarcada en un proyecto para combatir la malaria, según ha informado en un comunicado.
El 1 de julio, el equipo del proyecto Target Malaria,procedió a la liberación de unos 6400 mosquitos macho estériles modificados genéticamente en el pueblo de Bana, situado al suroeste de Burkina Faso.
Se trata de una etapa de la investigación que «permitirá obtener datos científicos que serán esenciales en el desarrollo de próximas fases y, en última instancia, una nueva herramienta sostenible para la lucha contra la malaria», indicó el comunicado.
«Actualmente estamos en el proceso de recuperación y monitoreo. Durante este período, capturamos mosquitos diariamente en el pueblo de Bana para recopilar datos científicos. Después de este período de recuperación inicial (de un mínimo de 10 días), realizaremos un monitoreo mensual de la población de mosquitos en el pueblo por un período máximo de un año», explicaron.
Poca vida útil
El promedio de vida útil de estos mosquitos modificados genéticamente es de unas pocas semanas y no están destinados a persistir en el medio ambiente.
Este proyecto, que se desarrolla en Burkina Faso desde 2016, ha creado la controversia en este país de África occidental, donde algunas partes de la sociedad civil desconfían de la seguridad de este experimento y creen que estos insectos «serían una catástrofe para el país», tanto medioambiental como sanitaria.
Ali Tapsoba, portavoz del Colectivo Ciudadano por la Agroecología de Burkina Faso, se pregunta si estos cambios genéticos podrían afectar a la cadena alimenticia del ecosistema, si el hecho de destruir los mosquitos sin un reemplazo ocasionaría que fuesen sustituidos por otra especie más peligrosa o si su esterilidad podría perturbar a otros animales o a los humanos.
«Son cuestionamientos. No tenemos pruebas que demuestren estos defectos, pero tampoco se nos ha demostrado por estudios científicos que esto no sea posible», argumentó Tapsoba.
Desde el Instituto de Investigación en Ciencias de la Salud de Burkina Faso, aseguran que respetan «escrupulosamente las normas éticas, de bioseguridad y de seguridad, así como las exigencias de las autoridades de Burkina Faso», y que trabajan «sobre los principios de rigor científico y transparencia».
En una fase inicial, los mosquitos modificados genéticamente son machos a los que se ha esterilizado y cuando copulan con la hembra no se procrean nuevos mosquitos y la población de este insecto disminuye.
En el producto final, se emplearía la tecnología Gene Drive, basada en sistemas de herencia sesgados que aceleran la transmisión de un carácter genético de padres a hijos a través de la reproducción sexual.
Este proyecto está financiado desde Estados Unidos por la Fundación Bill y Melinda Gates, el Open Philanthropy Project Fund y fondos filantrópicos de la Fundación Comunitaria de Silicon Valley.
Para sus partidarios, Target Malaria es una oportunidad de terminar con esta enfermedad que afecta en un 90% al continente africano, con 216 millones de casos censados en 2016, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Fuente: Hoy