El Ejecutivo de Lambán exige al de Torra que se haga cargo de ese animal soltado por las autoridades catalanas en 2016.
Según fuentes de ABC, a la larga lista de controversiasque han tensado las relaciones entre los gobiernos aragonés y catalán durante los últimos años se acaba de sumar ahora el oso Goiat, nombre del violento plantígrado que la Generalitat soltó en 2016 y que tiene en vilo a los ganaderos del Pirineo oscense. Goiat formó parte de las políticas de reintroducción de osos llevadas a cabo por la Administración catalana, a la que se opone Aragón. El oso, de origen esloveno, fue soltado en el Pirineo catalán, pero -como ha ocurrido con otros osos reintroducidos por Francia o Cataluña- ha acabado frecuentando el tramo aragonés de la Cordillera.
La Generalitat es ajena a los sobrecostes que ocasiona en Aragón la presencia de osos introducidos en Cataluña -lo mismo ocurre en el caso de osos soltados por Francia en su lado de la Cordillera-. Esos sobrecostes los asumen en primer término los ganaderos afectados y, en segundo, el Gobierno aragonés con las ayudas que les concede por ello. Ahora, por ejemplo, el Gobierno de Aragón acaba de convocar 400.000 euros en ayudas para ganaderos afectados en esta región por el oso o el lobo. Por culpa de esa creciente presencia del oso, se ha tenido que ampliar la lista de términos municipales que pueden acogerse a estas ayudas. En concreto, se han incluido 11 más, los de Ansó, Aísa-Candanchú, Aragüés del Puerto, Valle de Hecho, Puente de Montañana, Monesma y Cajigar, Isábena, Bonansa, Plan y Gistaín, todos ellos en el Pirineo aragonés.
Hace diez días, Goiat protagonizó un mortífero ataque a un rebaño del valle de Gistau, en la comarca oscense de la Ribagorza. Acabó con la vida de dos terneros y disparó el temor entre los ganaderos, que ya llevan tiempo en alerta por la intimidante y peligrosa presencia de ese oso.
El pasado fin de semana, los ganaderos de ese valle se manifestaron para protestar por la situación a la que se están viendo sometidos por culpa de ese plantígrado soltado por la Generalitat hace tres años. Y este martes fue el Gobierno aragonés el que, tras reunirse con los afectados, emitió un comunicado en el que se ha alineado con ellos y ha cargado contra la Administración catalana. Considera que la Generalitat debería asumir responsabilidades por los daños que está causando este oso, no solo la muerte de los animales a los que ha atacado, sino las limitaciones que está imponiendo a los ganaderos, que tienen que extremar la vigilancia y la precaución para que Goiat no ataque a sus rebaños.
El consejero aragonés de Desarrollo Rural, Joaquín Olona, haexigido que tanto la Generalitat como el Gobierno francés «desistan de su política de reintroducción y que se hagan cargo de los osos que, reintroducidos por ellos, nos causan todo tipo de problemas a nosotros». Lo que el Gobierno aragonés no ha detallado en su comunicado es, exactamente, a qué se refiere con que «se hagan cargo», si supone simplemente garantizar que ese oso no pisa suelo aragonés, confinarlo en una zona concreta en el Pirineo catalán, o que la Generalitat asuma los sobrecostes y perjuicios ocasionados a los ganaderos de Aragón. Lo que sí ha confirmado el Ejecutivo del socialista Javier Lambán es que van a solicitar a la Generalitat «formalmente y por escrito» que «se hagan cargo de este oso, que tiene un comportamiento anómalo, y que desistan de su política de reintroducción».
Los ganaderos del Sobrarbe han reclamado al Gobierno aragonés que, por seguridad, les tenga informado en todo momento de los movimientos de ese oso y de dónde se encuentra, para estar prevenidos con tiempo suficiente si merodea cerca de sus rebaños. Sin embargo, el Gobierno de Aragón les ha dicho que no puede atender esa petición, porque ni las autoridades catalanas ni las francesas le aportan datos al respecto, y porque los datos que aporta el seguimiento de estos osos están pensados para proteger a esta especie.
«La información generada por estos sistemas no sirve, en absoluto, para el propósito que pretenden los ganaderos. Puede ser útil para proteger al oso, pero no para proteger al ganado ni a los ganaderos», afirmó el consejero aragonés Olona tras la reunion que mantuvo con los afectados en el Ayuntamiento de Plan, en el Pirineo aragonés. Olona insistió en el frontal rechazo de su Gobierno regional a la suelta de osos para repoblar el Pirineo: «No compartimos la política de reintroducción del oso en los Pirineos por considerar que los costes sociales y económicos para el territorio resultan totalmente desproporcionados en relación con un supuesto beneficio neto, ambiental y social, que ni se ha justificado ni es evidente que exista».
Fuente: ABC