Así es, en Caza y Safaris podemos decir que el Kubota RTV1140 CPX ha sido cinegéticamente testado por las más duras traviesas de los Montes de Toledo y nos ha seducido por muchos motivos, entre los que destacamos una gran diversidad de usos y aplicaciones en las labores del campo, capacidad de carga y transporte; pero, sobre todo, se diferencia de sus rivales por su exiguo mantenimiento.
Llegamos a la finca y el guarda lo estaba usando en sus trabajos de limpieza del monte, no hay tregua para el vehículo y rápidamente lo dispuso a nuestro servicio, un manguerazo y como por arte de magia transformó la caja trasera, dando lugar a la doble fila de asientos, con capacidad más que holgada para cuatro adultos y sus pertrechos. Enfilamos la pista que da acceso al coto a la velocidad máxima de 40km/h, se nota que Kubota es un fabricante de maquinaria industrial y no da concesiones al aspecto deportivo, al menos en las prestaciones de su motor, todo par. El espacio visual es inmejorable y la sensación es de total disfrute del paisaje, gracias a un día fresco, pero soleado, que nos permite tener el morral y las armas a mano.
El camino se va estrechando y la pista rápida se convierte en pedrera, es momento de engranar la tracción total para que la máquina demuestre su habilidades. Nos brinda un paso seguro, la corta distancia entre ejes y el avance de sus ruedas delanteras atajan con aplomo zanjas y lindes; sin embargo, los pasajeros, a pesar de llevar cinturón de seguridad, se aferran con una mano al asidero de la jaula, no sé si es que no se fían de la máquina o del conductor, pero la situación es verdaderamente divertida.
Dispuestos a poner al Kubota al límite de sus posibilidades, decidimos salir del camino y situarnos en lo más alto del monte, siguiendo el trazado recto y casi vertical de la traviesa, reductora y vamos allá. Las revoluciones suben a tope y las ruedas traccionan lentamente, pero con paso firme, por el irregular terreno. Da la sensación de ser algo ruidoso debido a que la cabina es completamente abierta y que vamos sentados encima del motor. El cortadero se pone tan vertical que parece acabar en las nubes, el motor de 3 cilindros alcanza las 3.000 vueltas, hemos bloqueado el diferencial para no perder tracción: ahora ya nadie duda que el Kubota alcanzará la cima.
Llegados al punto más alto de la cuerda, sólo nos queda poner a prueba la habilidad del conductor en la bajada. Ahora los pasajeros se aferran con fuerza a los arcos de protección, y no es para menos; sin embargo, el Kubota RTV1140 CPX nos demuestra una vez más que ha sido concebido para esto, reservándose para él la parte más dura del campo y poniendo al alcance de nuestra mira el más hermoso tiradero de los Montes de Toledo. CyS
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