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Bestiario cinegético de Vicente Amat Lanzarote

Bestiario cinegético
Portada de Bestiario cinegético.

Bestiario cinegético (2020) compone una bilogía con su predecesor, Animalario cinegético (2019), y al igual que aquel es un libro de ficción, un divertimento escrito en clave de humor sobre algunos de los comportamientos que mucha gente repite en el campo o en su aproximación a él.

Dice el Diccionario de la Lengua Española sobre el término bestiario: “En la literatura medieval, colección de relatos, descripciones e imágenes de animales reales o fantásticos”.

Y esto es precisamente lo que es este libro: una colección de relatos, descripciones e imágenes de ‘especies humanas’ imaginarias, relacionadas con el campo y la caza, al más puro estilo fantástico de la literatura antigua.

Al final de la reseña podrán leer fragmentos del prólogo, del A modo de explicación y de dos apartados del libro.

DATOS DEL LIBRO Bestiario cinegético

Autor: Vicente Amat Lanzarote.

Ilustraciones: Rosa María Suárez Sánchez.

Edita: Vicente Amat – Kalima Ediciones.

Características Bestiario cinegético

Tamaño 15 X 21. 248 páginas.

65 ilustraciones (62 a lápiz en blanco y negro, y tres a lápiz en color).

Impresión blanco y negro.

Cubierta en color.

Encuadernación rústica con solapas completas, cosido con hilo vegetal.

PVP: 40 euros.

Bestiario cinegético

Más información y pedidos Bestiario cinegético

[email protected]  / Teléfono: 629 98 40 25.

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ALGUNAS ILUSTRACIONES DE BESTIARIO CINEGÉTICO

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Fragmento del prólogo: Bestiario cinegético

¿QUÉ ES CAZAR? DEFINICIÓN Y SIGNIFICADO

“Una forma diferente de contemplar el mundo, de interesarse por la naturaleza y por las cosas del campo, de adentrarse en los espacios libres y solitarios de cielos infinitos y, también, una manera íntima y distinta de relacionarse con los animales y las plantas bajo el pálpito de las estaciones”.

(Vicente Amat. La luz de la caza).

“¿Qué es cazar? Bestiario cinegético

“Según el Diccionario de la Lengua Española, cazar es: “Buscar o perseguir aves, fieras y otras muchas clases de animales para cobrarlos o matarlos”.

“Creemos que esta definición, tan generalista y ambigua, es incorrecta, sobre todo porque llama caza a cosas que no lo son, no acota convenientemente otras que podrían serlo y transmite una imagen sesgada y simplista del hecho venatorio que, en absoluto, se corresponde con la realidad.

“Cazar es otra cosa muy diferente que, por supuesto, no es sinónimo de matar (aunque pudiera llevarlo implícito en algunas ocasiones). Porque también se caza cuando no se consigue abatir nada o en aquellas jornadas en las que siquiera se logra ver al animal.

“¿Dónde queda en esa definición la Filosofía?, que Pardo de Unceta situaba más próxima a la caza que las Ciencias. ¿Dónde la emoción?, de la que hablaba Foxá”.

Temas reseñados en mi libro La luz de la caza (2018), páginas 45 y 46.

Fragmento del A modo de explicación: Bestiario cinegético

“(…) Cuando el otoño comenzaba a caminar con paso firme, sentí la necesidad de escribir un nuevo libro sobre las ‘especies’ humanas que se relacionan con el campo. Y lo que en un principio surgió como una posibilidad, se transformó enseguida en una necesidad, tomando rápidamente cuerpo, hasta el punto de que llegué a escribir varios de los capítulos iniciales prácticamente de corrido. Ayudaba la experiencia adquirida en la anterior obra, que impulsaba los mecanismos de redacción y facilitaba las concordancias gramaticales, y, también, la gran cantidad de personajes y situaciones curiosas que se me habían quedado en el tintero”.

Fragmento de dos apartados del libro: Bestiario cinegético

 LOS DE “LAS MIGAS Y LA CESTA A MEDIA MAÑANA”

“Nadie puede ser sensato con el estómago vacío”(22).

“Los de “las migas y la cesta a media mañana” son tragones por naturaleza. Es decir: sensatos (según la escritora inglesa Mary Anne Evans).

“Los propios de esta especie, ciertamente escasa, pero no por ello menos representativa de la España que no se permite pasar hambre, suelen ser monteros que ya se ponen hasta las trancas con las migas mañaneras y los huevos fritos, y que una hora y media después, a veces incluso antes si han tenido la suerte de jugar un lance fructífero, se les ve abrir la cesta, descorchar la botella de vino y comenzar a cortar con diligencia lonchas de lomo, salchichón o chorizo (componentes del cerdo ibérico que nada tienen que ver con los ‘manjares’ por los que se desvivían los antiguos pioneros africanos, como la lengua de cebra o las croquetas hechas con el hígado de este animal, que a Neumann le encantaban) y también queso añejo. Viandas que le producen tanta hilaridad como la irrupción súbita de un ‘pavo’ en la plaza.

“Y no se crea usted que con este tentempié apenas si comerán luego, cuando acabe la montería, que no es así. Las judías, los garbanzos o el estofado caerán como sucedió con todo lo demás.

“Podría parecer, con tanto gozo externo, que la montería en sí no es importante para ellos, pero no, lo es en igual medida que para el resto de los monteros, sólo que en éstos las alegrías acompañadas de buenos alimentos son más jubilosas. Y si se da mal: “las penas con el estómago lleno son menos”.

LOS DE “EL CAMPO EN SOLEDAD” Bestiario cinegético

“Si realmente amas la naturaleza, encontrarás la belleza en todas partes”(Vincent van Gogh).

“Entre las numerosas virtudes que tiene el campo, su soledad es, sin duda, una de las más importantes. Su apartado retiro y alejamiento de los humanos.

“El hombre desvirtúa a la Naturaleza. Su presencia es siempre hostil en ella para los demás seres vivos. De ahí que sus incursiones, si se pretende alterarla lo menos posible, hayan de ser espaciadas y poco expansivas…

“(…) Los de “el campo en soledad” saben que para poder disfrutarlo se ha de estar en él a hurtadillas y sin la presencia de ningún otro ser humano. Compañía que el naturalista rehúye como si se tratase de la peste.

Decía Karl Gottlog, a principios del siglo XIX: “La contemplación y el disfrute de la naturaleza siguen siendo la principal finalidad del paseo en solitario por el campo… Quien de tanto en tanto no sienta la necesidad de trato solitario y despreocupado con la naturaleza no es más que un hombre mediocre, que no ha llegado a dominar su naturaleza interior”.

Bestiario cinegético

 

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