Dicen que dijo Cicerón, hace ya unos cuantos siglos, que «Ninguno debe aprovecharse de la ignorancia ajena». Da la sensación en estos tan cansinos como electorales días, pasados y venideros, que a los políticos, que debieron nacer, o criarse, con esta frase pegada al sillón, les viene como anillo al dedo a la hora de cazar en cotos revueltos. Imagino que también pescarán en ríos iguales…
Pasado el arrempujón, y del revuelto de tripas, en las elecciones andaluzas, parecía, o así quisieron algunos hacérnoslo ver, que empezábamos a pintar algo en el lienzo electoral y todos se lanzaron a la caza, y pesca, del voto rural. La campaña #LaCazaTambienVota levantó algunos sarpullidos y, de cara a las pasadas generales, todos se echaron al monte en busca del voto perdido (cual novela del señor Cayo del maestro Delibes), hasta los reacios/as más ‘morados’ querían su trozo de pastel y aparecían poco menos que ‘renegando’ de sus animalarios principios y repartiendo parabienes.
Posiblemente, a la vista de los resultados, debieron alcanzar sus previsiones porque, recién empezada una nueva campaña, con tres tazas, por aquello de que si no quieres caldo, parece que ya no es oro, ni plata, ni bronce, todo lo que reluce.
Se convocó, apenas hace unos días, un debate, por parte de la Federación Madrileña de Caza con el fin de que los principales partidos políticos con representación en la región presentaran sus proyectos, ideas, programas, o ‘mentiras’ sobre nuestra actividad. Se anunciaron ‘primeros espadas’ (incluido el ‘bisnieto’ de la ‘abuela’). Pero hete aquí que a la hora de la verdad, salvo la excepción que siempre confirma la regla, aparecieron ‘subalternos y mozos de espadas’ y no todos, porque los de traje de luces lila (o morado) y blanco y los de naranja y oro… hicieron, que diría un castizo, mutis por el foro.
¿Ya no interesan los votos de la caza?, o, más bien ¿todo lo apostado con anterioridad se lo ha ‘levantado la banca’? Mucho nos tenemos que donde dije ‘digo’ ahora dicen ¡ahí os den! Una muestra más de que, a la hora de la verdad, el enunciado de Cicerón tiene algo más que razón y que esto no ha sido sino un engañabobos más en el que muchos, nos tememos, han picado el anzuelo o han entrado al cebadero.
Por cierto que a los medios del sector tampoco les convenció mucho la convocatoria ya que, con la excepción de los que siempre están a las duras y a las maduras, ninguno apareció por el ruedo, ya que estamos en San Isidro, y parecen tener definidas sus preferencias.
Y ahora viene, otra vez, lo de la dichosa transversalidad de la caza… que cada uno piense y haga, y deshaga, a su manera y su real gana, claro. Efectivamente, como se predica, no sólo de caza vive el cazador y hay otras muchas opciones, y promesas políticas, a tener en cuenta, pero si, como parece a las primeras de cambio, vamos a volver a las andadas, y las pruebas nos remitimos, ¿qué haremos cuando Diego diga aquello de lo de ‘digo’, o lo que es lo mismo, no nos vuelvan a hacer ni puñetero caso y, ‘como decíamos ayer’, por circunstancias de sillones, haya que ir en contra de lo que dijeron? ¿Haremos otra ‘campaña’ con lo de #LaCazaTambienVota, tomaremos la calle o nos seguirán dando por donde dice el dicho que amargan los pepinos…?
Va siendo hora de dejarnos de monsergas y de tomar algunas decisiones. Qué cada cual tome las que crea necesarias e, independientemente de las muchas ‘promesas vanas’ que reciba, que las va a recibir, no sólo vote en conciencia sino que vote con la cabeza, porque, visto lo visto, lo de la entonces Narbona, y ahora más, puede que se quede en agua de borrajas.
Quizá, como siempre dicen, pequemos de agoreros, pero también se ha dicho, de siempre, que debe saber más, y cuidar más, y hacer más, un ‘tonto’ en su casa, que lo que dicen que sabe más, que va cuidar más, y que va a hacer más, un ‘listo’ en la ajena.
Nos repetimos y van dos… esperemos no tener que decir-escribir lo de los barros y los lodos.
Escopeta negra