Nada me sorprende a estas alturas de la vida, llevo más de 25 años dedicado a este tinglado del medio natural y de forma especial al mundo de la caza, la pesca y el medio rural.
He visto de todo. tonto
Una Administración capaz de acabar con las reservas de caza –esa propia Administración que incumple su propia Disposición General de Vedas cazando rebecas–; he vivido como se intentó tapar un disparo accidental a un guarda haciendo controles de población de jabalíes amparados en el silencio de la noche, intentando hacernos creer que se había caído y se había golpeado –el TSJA dejo claro lo ocurrido–; he asistido a una conferencia en tiempos de la ínclita y nefasta Belén Fernández, en la que un biólogo, Christian Gortázar –que dirige el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos, IREC–, nos hablaba de la extraordinaria salud de la que gozaba la fauna salvaje asturiana, los corzos se morían por cientos y la sarna estaba haciendo estragos con los venados, los rebecos aún se estaban recuperando de la sarna y ni tan siquiera se sonrojo (poderoso caballero es don dinero).
Podría estar así durante horas… tonto
Un insulto a la inteligencia y al medio rural
Y ahora, ¡aparece una noticia que es un insulto a la inteligencia y al medio rural! Un estudio sugiere que los lobos ayudan a controlar las enfermedades del ganado, titula y sostiene el artículo.
La revista científica Scientific Reports, ha publicado los resultados de una investigación multidisciplinar en la que se señala que los lobos pueden ser grandes aliados de los ganaderos, al contribuir al control de enfermedades del ganado.
Un equipo hispano-británico ha estudiado la compleja relación entre lobos, jabalíes y vacas, en relación a la tuberculosis.
El jabalí mantiene esta enfermedad en el medio natural, siendo la vaca su principal víctima.
El estudio demuestra que el lobo regula las poblaciones de jabalí, lo que puede conllevar una marcada reducción de la infección por tuberculosis.
La profesora Ana Balseiro, del Departamento de Sanidad Animal de la Universidad de León, y coautora del trabajo, afirma que «la tuberculosis disminuye en el jabalí cuando hay lobos, y aumenta en vacas cuando no los hay».
Jaime Marcos, del Servicio de Caza del Principado, sugirió que «los lobos podrían jugar un papel clave en el control de la tuberculosis».
En Asturias, dijo, el coste anual de la compensación a los ganaderos por daños de lobo, algo superior al millón de euros, es una cuarta parte del plan de erradicación de la tuberculosis, que supera los 4,1 millones.
Para Christian Gortázar, en Asturias, el lobo resulta positivo para la conservación e, incluso, para la imagen turística.
Hemos pasado de la utilización de datos falseados a llegar a conclusiones con premisas falsas, ¡vergonzoso!
Desconocimiento preocupante tonto
El desconocimiento que nos muestran con estas conclusiones es preocupante.
En Asturias se abaten 10.000 jabalíes anuales, los casos de tuberculosis son casi inexistentes en el jabalí, no así en el tejón, por ejemplo.
Las poblaciones de jabalíes en Asturias están perfectamente reguladas donde la acción de caza está presente, no así donde la gestión cinegética no existe, refugios y zonas de seguridad.
No voy a perder un minuto en analizar las manifestaciones del jefe de la Sección de Caza del Principado, ni de las del biólogo del IREC, por sus hechos les conoceréis y ambos ya son de sobra conocidos.
Al jefe de sección sí le diré que me aclare si el muflón y la cabra son especies cinegéticas en Asturias y al eurobiólogo sí le digo que con la dignidad no se debe negociar.
«Que bien vivíamos en los pueblos cuando solo había un tonto»
Mi conclusión es que el lobo jamás será ni el gran ni el pequeño aliado del ganadero, que en las zonas de montaña ha dejado las poblaciones de jabalíes bajo mínimos y que está ayudando de forma importante al abandono del medio rural.
El día que en los pueblos ya no viva nadie –en muchos de esos pueblos ya no vive nadie– no habrá tuberculosis, ya que las vacas no existirán y los lobos campearan a sus anchas.
Desconozco lo que comerán, eso sí, venderemos la imagen turística de la que nos habla el eurobiólogo.
Una frase: «Que bien vivíamos en los pueblos cuando solo había un tonto».
Un dicho: «Muy buenos para las matemáticas y muy torpes para los recados».