Qué les puedo contar que no les cuente Rafael González Muñiz en el vídeo adjunto sobre su padre, Roberto González Menéndez, Roberto ‘el Moscón’.
Lo de ‘el Moscón’ no es un apodo, es porque Roberto nació en Grado, y el gentilicio del concejo es moscón / moscona.
Rafa lo comenta en su programa Orbayu Naturaleza, de APQ Radio, Roberto cambió con agilidad la caña por la escopeta o el rifle; la trucha, por el conejo, el zorro, el corzo o el jabalí…
Cazador y pescador fino, amante y defensor de la naturaleza, fue mucho más allá, micólogo, experto en plantas medicinales, taxidermista…
También crió y cazó con excelentes perros de rastro. Tirador y montero avezado en la caza del jabalí a traílla.
Y recechista, y por supuesto tocó prácticamente todos los palos de la caza menor.
Todo lo del campo se le daba bien.
Una mirada profunda
Fue de esas personas anónimas, de esos hombres con un currículo campero magnífico que, en lo que nos atañe, en lo cinegético, fue tan sobresaliente que nada tendría que envidiar al de grandísimos cazadores de reconocido prestigio.
Pero personalmente con lo que me quedo es con la mirada de Roberto, esa mirada profunda, de aquel que sabe pero no necesita alardear de ello.
Esa mirada de buenísima gente, de un gran tipo que es lo que era, por encima de todas las cosas. Pescaba, tiraba y cazaba muy bien, ¿y? Peccata minuta comparado con su talla personal.
Un pequeño detalle
Les comentaré un pequeño detalle que ni su hijo Rafa, íntimo amigo mío, sabe.
Estábamos recechando corzos, y no recuerdo bien el porqué, pero tenía en ese momento el privilegio de estar acompañado por Roberto.
En un enganchón se me descolgó la correa del rifle y este se cayó al suelo. Como es mi costumbre, no llevaba bala en la recámara, sólo en el cargador.
Roberto sólo vio como, extremando las precauciones, cogí el rifle, le quité el cargador, comprobé los posibles daños y que no hubiera entrado nada en el cañón.
Enganché la correa de nuevo y le dije «no ha sido nada, ¿seguimos?».
Me contesto «sólo por lo que he visto eres un gran cazador». No me vio tirar, ni entrar a un corzo… me vio tener cuidado con el arma, sólo eso, y para mí esa contestación es uno de los mejores trofeos que tengo, de esos que no hace falta colgar en una pared pero que son indelebles.
Eso no me lo había dicho cualquiera, y me sentí enormemente halagado.
Ya sólo puedo unirme al dolor del amigo, darle a él, a su familia y a los más allegados de Roberto, en nombre de esta redacción y el mío propio nuestro más profundo pésame, que se queden con los años que han podido disfrutar de un gran hombre.
De corazón, Adolfo Sanz Rueda
Emotiva despedida de Rafa González a su padre Roberto ‘el Moscón’ (vídeo)
