Con la indignación todavía caliente por los incendios de Valencia en los que mi hijo (jefe de autobomba de la Unidad Militar de Emergencias) se ha jugado la vida, junto a otros muchos compañeros para defender la vida y los intereses de muchos ciudadanos de una comunidad autónoma que ardió por los cuatro costados -como consecuencia de la irresponsabilidad de algún hijo de puta y la incompetencia de muchos políticos, que antes de ocupar el cargo público ya habían nombrado diez asesores con cargo al público erario-, me enfrento al teclado para analizar una vez más el tema de los incendios forestales provocados por asesores que asesoran a gente que no tiene ni puta idea de lo que tiene que hacer en el despacho que le han regalado, y que no tienen ningún miedo de perder la paga extra de Navidad porque todos los meses tienen varias pagas extras.
Desde el pulpitillo
Carlos E. López
Primer contacto con ‘Ecolobrón Cientificus’
Andaba julio quebrando voluntades inquebrantables, en uno de esos días en que hasta las chicharras habían dejado de cantar por miedo a salir ardiendo al frotar sus élitros. Entonces lo descubrí. Estaba agachado junto a unas piedras y recogía algo, que no pude determinar, que iba metiendo en un frasco de muestras.
¡Si es que no paran!
Ahora vienen con que la carne de caza no es recomendable para que la consuman embarazadas y niños menores de seis años. ¿Qué me dices? Ahora dirán como el niño que exclama «¿Lo ves, pápa? ya se están metiendo conmigo. ¿Cómo no me voy a meter con ellos?, si es que me buscan». Haberse pegado un pico de años estudiando una carrera para terminar diciendo cosas que parece que las sueltan después de haberse metido un pico de los otros, tiene guasa.
Ecolobrones, Capítulo II
El problema de los ecolobrones es que prosperan como especie, y se van situando en muchos despachos de esas empresas paralelas a la Administración creadas para colocarlos, mediante oposiciones sin más opositores que ellos mismos. Algunos adquirieron un grado cultural más que adecuado para superar el nivel exigido por la Administración paralela (han acreditado saber sumar “llevando”), e incluso saben contar hasta diez en más de un idioma (en casos excepcionales, hasta en tres: castellano, andaluz y catalán por línea materna).
Los ‘ecolobrones’
No es una especie nueva, no. Son los mismos. Rabilargos urbanos, perroflautas, grifotas y marihuaneros de maceta y finde en casa de papá. Los mismos de la hojita de maría tatuada en la oreja, o las mismas de la floritura tatuada en ese lugar mágico donde la espalda empieza a llamarse culo.
Ladrones de nidos
Hablar de ladrones en un país donde la honradez está tan deteriorada en cualquier sitio, comprendo que es poco original. Un gran maestro en esto de amontonar letras dijo «Que un perro muerda a un niño, no es noticia; la noticia es que un niño muerda a un perro». Desde luego no estaba equivocado, y hablar de ladrones, insisto, puede resultar aburrido para quien menos culpa tienen, los lectores.
¡Joder! que se nos encadenan…
¡Anda que ya les vale! ¡A grandes males, grandes remedios! Ahora los paranyers amenazan con encadenarse para poder cazar. Y yo que soy aficionado a la liria desde que era un chiquillo, viendo sus barbas afeitar estoy preparando mi cadenilla. Y volvemos con otro asunto tratado desde la Administración con la más absurda de las ignorancias y la más vil de las incompetencias.
Por ir terminando con el tema del safari del Rey…
Me parece dramático que un señor que se ha pasado la vida trabajando por conseguir una España mejor que la que él conoció en su juventud, que nos libró de las consecuencias que podría haber tenido el golpe de estado del 23-F (otra dictadura militar), que ha sido el mejor diplomático y el mejor embajador de España desde Adán y Eva, que ha peleado en todos los frentes por conseguir lo mejor para España, tenga que explicar a nadie lo que hace en su vida privada y personal.
El tirillo del chiquillo
Aquí todo el mundo se cree con derecho a meter baza en la vida de los demás. Pero sobre todo, se creen con derecho a criticar a quienes han tenido otra educación, otros medios, y han bebido de otras fuentes. En ningún caso intentarán igualarse por arriba, buscando la excelencia. Son los demás los que tienen que bajar a sus niveles y soportar sus insidias.
Pintan bastos para la caza
Carlos Enrique López
Acabamos de cerrar una temporada que no ha sido de las mejores, y rezamos porque la próxima no venga a demostrarnos que fue buena la anterior. Hablo naturalmente de caza menor, pues en la mayor parece que los resultados han sido bastante buenos, quizá no para los organizadores sino para los cazadores, que han visto como las monterías en muchos casos han bajado de precio e incluso han mejorado sus expectativas. Tenemos que admitir tanto cazadores como organizadores que con la crisis económica las aguas han vuelto a su cauce, y que ahora se caza de forma más cercana a la realidad.