Desde el pulpitillo

Carlos E. López

Desde el pulpitillo

Acosados por el hambre, los furtivos vuelven al monte

Tenemos una crisis asoladora. El Gobierno está haciendo todo lo que no se había hecho en los últimos ocho años para intentar superar este listón, que tenemos difícil. La oposición, que no fue capaz de hacer nada que no fuera despilfarrar dinero público y llevárselo calentito, de paso –en lugar de intentar colaborar para levantar España, no contra unos ni contra otros, sino a favor de todos–, intentan buscar argumentos en cualquier sitio para boicotear la acción de Gobierno, prometiendo que ellos harán lo que no hicieron en todo el tiempo que tuvieron. 

Desde el pulpitillo

El ganchito de Valdecanales

Ayer celebramos el ganchito del coto de Valdecanales. Este año la organización estuvo a cargo de Pepe, Pedro Miguel, Gabriel y Antonio, y no podemos por menos que felicitarles: modificaron la entrada de las rehalas de años anteriores, exigieron silencio riguroso al poner las armadas, y cambiaron algunas posturas de años pasados, que si bien podrían haber tirado en caso de estar ocupadas, dejaron salida a los guarros para correr por la mancha y vaciar escopetas y algunos rifles. 

Desde el pulpitillo

¡Perdidos! Y encontrados gracias al WhatsApp

La gran utilidad del ya famoso WhatsApp (supongo que se escribe así), me ha pillado un poco de sorpresa. Todo el mundo habla de la posibilidad de enviar mensajes sin que nos cueste un real (hasta que le pongan precio), pero ayer me explicaba mi hijo mayor una de las utilidades que para mí era desconocida y a la  creo importante dar difusión, sobre todo entre los que ya tenemos unos años y las innovaciones tecnológicas nos han pillado a contrapié. 

Desde el pulpitillo

¡Vamos, ‘arrempujando’ que queda menos!

 

Acababan de salir de Almonte y a la carreta le llegaba la arena a media rueda, pero el conductor de los bueyes no se arredraba y sus gritos de ánimo hacían que los animales, con la nariz atascada de tierra, tiraran con el mismo entusiasmo con el que empujaban los romeros.  El esfuerzo de todos, empujando a la misma voz y en idéntica dirección, sacaron aquella carreta del “atascaero”.