Cuando José Luis Garrido me invitó a participar en el proyecto de Naturaleza Real, de la Federación Castellanoleonesa de Caza, he de confesar que tuve alguna reticencia. Ya estamos cansados de bregar un día sí y otro también con aptitudes de intransigencia y críticas desde el desconocimiento más elemental del proyecto, y desde extremos muy distintos y radicales en el rechazo de cualquier instrumento que aúne conocimiento y difusión de acciones protagonizadas por cazadores.