Parece que cuando elegí el título que encabeza a esta sección barruntaba las abundantes y continuadas brumas que, desde entonces, envuelven al mundo cinegético. Todos […]
Las brumas del Duero
Con derecho a cazar
Asistimos a un crecimiento de los anticaza sin precedentes, interpretaciones de bienestar animal, apoyos ministeriales, subvenciones vitalicias y las tendencias de humanización de todos los […]
Soledad rehalera
Con la última de las manifestaciones que tiene preparada el mundo rehalero, dará comienzo un nuevo periodo de consultas donde la Mesa de Trabajo deberá […]
De ferias y concentraciones
Se habrán dado ustedes cuenta de la proliferación de ferias de caza, llamémoslas rurales, y concentraciones rehaleras, una realidad que aumenta todos los años y […]
Las imprudencias se pagan
¿En cuántas conversaciones sale a relucir el problema con los accidentes e imprudencias con armas de fuego que, desgraciadamente, son más habituales de lo que […]
Rendición incondicional
Ya sabrán todos ustedes que, para dar respuesta a las imposiciones –por llamarlas de una manera tibia– del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, el […]
Iniciativas populares
Se avecinan tiempos de cambio, la Red parece estar tomando un elevado protagonismo entre los mal informados ciudadanos. Solidarios ellos sobre cualquier materia, se ponen […]
Revuelta rehalera (II)
Seguro que a la lectura de estas líneas tendremos algunas novedades sobre el tema que tanta crispación provoca entre las filas de los rehaleros y, […]
Revuelta rehalera
Hasta los requerimientos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, el mundo rehalero ha soportado y se ha ido adaptando a las diferentes normativas que […]
Por los caminos de la rehala
Conservar la rehala después del arraigo alcanzado con su uso en la Península en una modalidad tan nuestra como es la montería española, puede que sea imposible. Considerar la rehala solamente como actividad económica se apunta, a mi juicio, a todas luces inviable, que es lo que parece se pretende con su fiscalización y control. Que nuestros rehaleros y auxiliares en la montería queden sujetos a peonadas me suena a disparate, exigir que se den de alta en el Régimen General de la Seguridad Social, documentando ingresos y cotizando en una actividad primigenia y llena de una contenido pasional y de libertad, me parece, cuando menos, absurdo.