'El Lituero' y 'El Colmenar', mucho jabalí en abierto y una organización perfecta de Pérez Mataix - Cazawonke

El Lituero y El Colmenar. montería Pérez Mataix — El matrimonio Pérez Mataix-Santos, José Vicente y Cristina, y su sobrino José María, que también es participe en la organización, con parte de los navajeros cobrados en ‘El Lituero’.

‘El Lituero’ y ‘El Colmenar’ eran citas obligadas para nosotros esta temporada, pero por los imponderables de esta maldita pandemia, no pudimos asistir, la próxima daremos cumplida crónica de ambas monterías.

Metódico y perfeccionista como es, José Vicente Pérez Mataix tuvo retrasar hasta 20 y 21 de febrero la organización de estas dos fiestas de la montería.

Aunque esta vez fueron menos fiesta, ya que no se organizaron ni desayuno ni comida como es preceptivo, y eso es algo que José Vicente cuida mucho.

El taco que se dio a los monteros para el puesto fue excelente, pero no es lo mismo.

Eso sí, se ofreció ambos días, guardando un estricto protocolo Covid, corte de jamón y bebidas frías al finalizar el ojeo correspondiente.

Tampoco se establecieron las ‘gradas’ que con tan buen gusto sitúa la familia Pérez Mataix-Santos y su equipo tras el plantel para la foto final.

Lo que sí se pudo organizar, siempre con un riguroso protocolo sanitario, fue una tirada de plato, algo es algo.

José Vicente y Cristina con el cochino grande cobrado en ‘El Colmenar’.

Orden y seguridad

Lo que no cambió nada ninguno de los dos días fue el orden en la salida de las armadas y la seguridad tanto en la normas como en la colocación de los puestos. Es algo marca de la casa.

Por estar, están hasta señaladas las rutas de cada armada. Lo dicho, una organización perfecta.

Otra cosa que no varió respecto a una temporada normal fue la exhaustiva preparación de las manchas, y la información sobre «cómo está la cosa» que envía de continuo José Vicente. Fotografías de los cochinos captadas por las cámaras de trampeo incluidas. Generando esa ilusión que es tan importante en la montería.

Sobre las manchas de ‘El Lituero’ y ‘El Colmenar’

Nos sirve perfectamente la exposición que hicimos del monte en la crónica de ‘El Lituero’ de la temporada pasada para describir ambas manchas.

«Esta mancha de ‘El Lituero’ se adapta perfectamente a la definición de paisaje del Campo de Montiel de Albacete: “suaves cerros, frondosos valles y tierras coloreadas”.

«Monte normalmente bajo, predominio de encina, chaparral, aunque hay cierta variedad de matorral, con incluso pies de enebro.

«El de ‘El Lituero’ es un monte generalmente cerrado, aunque zonas donde ‘respira’ algo más. Buenos encames y defensa para los guarros.

«Las 700 hectáreas -ha- que se cazaron lo eran de monte y barbecho, este se distribuye sobre todo en el ‘vallejote’ central un tanto irregularmente, con islas de monte y tiras de este que unen las manchas.»

Esta descripción es válida también para las 1.000 ha que se montean de ‘El Colmenar’, solo que en esta mancha hay un porcentaje mucho mayor de labor y el monte no es tan cerrado como en ‘El Lituero’.

De tal manera que en ‘El Lituero’ más de la mitad de los puestos son válidos para tirar con escopeta, mientras que en ‘El Colmenar’ el 80% tienen amplios tiraderos.

Por cierto, en esta comarca los guarros rompen a los barbechos a lo limpio sin reparos, es a lo que están acostumbrados, y no se crean que son fáciles de acertar. No los suelen cruzar al trote cochinero, lo hacen como centellas y cuando están apretados por los perros.

Detalle del cochino grande cobrado en ‘El Colmenar’.

Monteando

El Covid obligó a cazar ambas manchas en días seguidos, por lo que estas no se cazaron cuando suelen estar más cargadas de jabalíes, se fijaron las fechas impuestas por las restricciones de movilidad, pero es que además faltaron 10 o 12 monteros cada día para cerrar completamente, y cerrar bien una mancha es algo esencial para los cochinos en abierto.

Pero José Vicente Pérez Mataix pone mucho empeño en todo lo que hace, el esmero y cuidado extremos antes de cazar, el orden y la seguridad dieron sus frutos.

Con menos fiesta, con más tristeza y separación, sin abrazos, apretones de manos, desayuno y comida, pero con caza, mucha y buena caza.

Un total de 37 y 28 jabalíes cobrados respectivamente

De tal manera que los 52 puestos que cerraron al final ‘El Lituero’, se quedaron con 37 guarros.

Montería divertida, con movimiento y con calidad.

Se cobraron seis navajeros grandes, de los que llenan bien una tabla, y aunque están pendientes de homologación posiblemente ninguno llegue a bronce.

José Vicente, subido en una atalaya para dominar al máximo la montería y tener de paso cobertura, tenía un paso en una gatera, y se quedó con los tres cochinos que le entraron chorreados a mojadedo. Se lo merece.

En ‘El Colmenar’, debido a sus características, se puede montear más extensión con menos puestos.

Fueron 34 posturas las que cerraron en esta ocasión la mancha.

Y otra vez una jornada de los más divertido, ya que se cobraron 28 guarros, con cuatro navajeros, y esta vez sí, uno de ellos llegará mínimo al bronce.

Mala suerte para dos monteros en la armada de ‘Los Pinos’, en el 8 se fallaron siete guarros y en el 13 se fallaron tres.

José Jesús Rodríguez, por su parte, sí anduvo fino y cobró dos cochinos cada día; como Carmelo Romero que también cobró jabalíes en ambas monterías.

Excelente trabajo de las 18 y 14 rehalas que cazaron respectivamente.

La temporada que viene volveremos a hacer las fotos cuidadas con el plantel.

Volverá la fiesta de la montería, volveremos

Recordemos que estás monterías no son comerciales, las organizan la familia Pérez Mataix-Santos para sus amigos, familiares y allegados y se cobra para cubrir gastos.

Para las temporadas normales hay que reservar puesto, nosotros ya lo tenemos reservado.

Sabemos que iremos a monterías cuidadas al máximo, bien organizadas y con seguridad, eso está garantizado. Después el campo dictará sentencia, que cazar en abierto, manchas tan complejas y jabalíes no es nada sencillo.

Volverá la fiesta de la montería, la cena la noche anterior en casa de los Pérez Mataix-Santos, el flamenco, los estupendos desayunos y comidas, la cuidada foto con el plantel… volveremos.