

LA RIBERA ALTA (LAGUNILLO)
MONTERÍAS RIQUELME
Aunque ya menguante, la Luna del Cazador iluminaba los alrededores de la carretera. Viaje con embrujo.
No eran aún las 7:30, en el patio la casa principal de La Ribera Alta se veían mesas iluminadas con farolillos.
Qué madrugadores Álvaro Franco y su equipo del Grupo Hospederías Catering (@grupohospederiascatering), me dije, ya están preparando las migas.
Jesús Riquelme nos había citado a las 7:30, «va a hacer mucho calor, Adolfo, cuanto antes empecemos, mejor», pero daba por hecho que allí, además del catering, sólo estaría el equipo de Monterías Riquelme (@monterias_riquelme).
Jesús
El propietario de La Ribera Alta, Jesús Fernández-Hijicos, y Jesús Riquelme, máximo responsable de Monterías Riquelme, llegaron a un acuerdo para que Riquelme gestione la caza de la finca, y éste se ha rodeado de un equipo formidable:
Jesús Torres, Alejandro Camacho, Daniel Fernández, Fran Ortega… además de la inestimable colaboración de Jorge Delgado.
Desde el acuerdo, han trabajado muchísimo, y especialmente se habían dejado el alma en este Lagunillo.
Me quedé boquiabierto, ¡prácticamente llegaba el último! Ya estaban los monteros desayunando.
Me uní, como es usual cuando coincidimos, a Jesús Martín y su equipo de Nova Toma (@novatoma_oficial), al que en esta ocasión también acompañaba su hijo Jesús a los mandos del dron.
Sorteando al amanecer
No lo había visto nunca, convocar a una hora tan temprana y que todo el mundo respondiera.
Se iba a sortear al amanecer en un lugar histórico de la montería moderna, en un lugar histórico de la montería… ¡y a una hora histórica!
En cuanto hubo un poco más de luz natural, Riquelme, escoltado por Jesús Torres y Jorge Delgado, tras rezar un padrenuestro, comenzó su alocución.
Hizo especial hincapié en la seguridad, por mucho que Lagunillo sea una mancha amplísima para nueve puestos.
Y repitió una y otra vez, «yo no puedo asegurar que vayan a cobrar bocas, esto ante todo va ser una montería divertida».
Lagunillo
Lagunillo fue en su día un amplísimo recinto de unas 300 hectáreas de aclimatación para reses. Entró en desuso.
Es un a modo de valle, estrecho y alargado, con mucha comida y agua y laderas y cabezos de monte.
Fue llenándose de cochinos, de jabalíes de todas las clases de edad, de la misma finca, cochinos naturales y totalmente salvajes, tantos que mereció la pena plantearse dar un gancho, y ese fue el empeño del equipo Riquelme para abrir la temporada.
Era la primera vez que se monteaba de manera comercial y, lógicamente, había muchas dudas…
Tantos cochinos había, que se fijó un cupo de diez, y si llegaba un momento que una mayoría de puestos lo completaban: ¡caño libre!
Además, de colocar nueve posturas, en vez de las siete previstas, dada la extensión de la mancha.
La locura antes de soltar
Aquello fue la locura antes de soltar, incluso antes de que se colocara la traviesa Central.
¡Algún puesto completó el cupo antes de la suelta! Teniendo que abstenerse de tirar más hasta la orden de «caño libre».
¡Se calculó unos 400 tiros con lo perros aún en los remolques!
Yo me encontraba con Riquelme que estaba controlando desde fuera de la mancha que se cerrara correctamente y que no hubiera contratiempo alguno.
¡No dábamos crédito!
Cuando todo estuvo en orden y los monteros en sus posturas, me acercó hasta la que ocupaba José Juan Berbel.
Eran las 8:30.
Buenos tipos
El puesto de Berbel estaba sobre un inmenso zarzal, con un puntal de monte que llegaba hasta él y por donde se presumía debían entrar los cochinos.
Delante del zarzal, una balsa.
Si venían zorreados, los podría tirar en el puntal sin problema alguno.
Pero si entraban enmontados o muy apretados, cruzarían como una exhalación hacia el zarzal, justo donde Berbel tenía la posibilidad de tirar.
Me pareció un puesto muy difícil.
Eran las 9:00, José Juan había cobrado un cochino y había tirado otro que le dio tiempo a ganar el zarzal y lo mismo estaba pinchado.
Estaba con él Jesús Torres, ese hombre orquesta que, primero en el sorteo, ahora con Berbel, más tarde cargando los cochinos cobrados o después colocándolos en el plantel…
Como el resto del equipo de Monterías Riquelme.
Jesús demostró saber mucho de montería y campo, asesorando perfectamente al montero.
También estaba Jesús Martín con su cámara grabando los lances y colaborando igualmente con Berbel.
Por la estructura del puesto allí podíamos estar sin molestar al montero, además a él no le importaba.
Berbel sonreía exactamente igual cuando sólo había cobrado un jabalí a mitad de batida, que cuando al finalizar ésta había bajado una docena con alguno muy bueno.
In crescendo
El montero y ambos Jesús confirmaron mis sospechas de que el puesto no era nada fácil.
¡Y me dijeron que antes de llegar yo se habían metido en el zarzal de 25 a 30 guarros! Pudiendo tirar solo a dos. ¡Grabado estaba!
–Verás cuando lleguen los perros al zarzal la que se va liar.
Y es que en el monte era lujo lo que había más que rehaleros con sus perros, compruébenlo:
Rehala Moya (@rehala_moya), Rehala AR (Antonio Raya y María Jesús Solís) (@los_a.r), Rehala El Agarre (Carlos Rubio) (@agarrecarlos) y Rehala de Beagles Hilario (Hilario Rubio) (@beagleshilario).
Poco antes de soltar y nada más soltar se produjo como un receso, como si la batida comenzara otra vez.
Con los perros ya cazando, poco a poco, comenzaron otra vez los tiros, esta vez acompañados de ladras y carreras.
Más lentamente que antes de soltar, pero in crescendo…
Como in crescendo iba el puesto de Berbel, animándose cada vez más.
Es humilde, decía que solo los acertaba a parado, ¡y qué va!
Por ejemplo, se quedó con un cochino que era una locomotora intentando ganar el zarzal, lo enganchó al primer tiro justo cuando entraba en lo espeso, era un precioso albar, metido en kilos y con unas defensas importantes.
¡Guirigay en el zarzal! ¡Emoción!
Pero el culmen llegó cuando las rehalas llegaron al zarzal.
Poco antes algunos punteros se refrescaban en la charca, esperando a los rehaleros y a la fuerza de los perros.
Llegó Riquelme a la altura del puesto de Berbel y se desató la emoción.
Rompió a llorar, era mucha la carga emocional, mucho el trabajo invertido, todos le abrazamos, José Juan, Jesús, Jorge que venía con él con la mano, los rehaleros, su gente… Un momento muy emotivo…

Pero, el súper zarzal y las súper rehalas dispuestas a todo, y eso que una piara de siete u ocho cochinos se escabulló antes de que llegaran los perros.
¡Súper guirigay montero! ¡Vaya jaleo celestial! Cochinos saliendo por todos los lados, ladras, quejidos, agarres, remate de algunos de los guarros que había herido Berbel…
Uno de ellos, también de imponentes defensas, lo pararon por fin los perros y fue rematado al lado del albar, pues bien, este era justo lo contrario, un arocho de cuartos traseros recogidos, no mucha báscula, pero de excelentes defensas, como ya he comentado.
Por entonces ya no era necesario el cupo, «caño libre».
De recogida
Rehalas de recogida, remate.
Disfruté con Berbel del único cochino que entró por el ralo testero enfrente del zarzal, un tiro muy largo, bastante más de 200 metros.
Aprovechó de manera excelente un puesto muy complicado, cobrando doce jabalíes, con cinco machos destacables con los dos de gran trofeo ya comentados, además de una cochina muy grande de cuerpo.

«El mejor premio es ver la cara de los monteros»
Antes de las 14:00 ya pudimos tomar un refresco, hacía mucho calor, fue un acierto total adelantar todo.
No tardaron en llegar los primeros carros con la caza.
El equipo Riquelme a tope.
Refrescaban de continuo con una manguera el patio y los jabalíes para que no se estropeara la carne.
Turno para Antonio Espinosa y su equipo (@taxidermiaespinosa).
La exposición de la caza en el patio de La Ribera Alta es especial y respetuosa para el animal cazado.
Entre carro y carro le pusimos un diez a las carrilleras del Grupo Hospederías Catering.
Jesús Riquelme declaraba a las cámaras de Nova Toma: «Hoy ha sido un día para enmarcar, el mejor premio es ver la cara de los monteros».
Ya lucía espléndido el plantel.
Agárrense: 151 jabalíes cobrados, 151; con 60 bocas, 60.
Bien que entre los 60 había desde algunos ‘pinchaperros’, terminó que me encantó de Jesús Torres, hasta oros.
Antes de cerrar esta crónica (día 10 a las 22:00 horas), Antonio Espinosa ya había sacado los juegos de navajas y amoladeras, y los había medido, vuélvanse a agarrar: 14 oros, 9 platas y 5 bronces.
Y de Antonio me fio midiendo, y mucho.

Mirando al cielo
Ese soberbio plantel en ese precioso patio invitaba a la sesión fotográfica.
Es un merecido premio al trabajo bien hecho, el esfuerzo recompensado.
A Riquelme le gusta fotografiarse con los monteros, con los rehaleros, con el equipo, con su gente… con todos a la vez.
Pero siempre, y siempre es siempre, le gusta mirar al cielo y recordar a los que ya no están.
El 9 de octubre se cumplió el primer sueño del equipo Riquelme de 2025-2026, en Lagunillo de La Ribera Alta.
¿Se puede comenzar de mejor manera una temporada?
Crónica y fotografías: Adolfo Sanz Rueda
DETALLE DE LAS BOCAS DE ALGUNOS DE LOS JABALÍES COBRADOS
DATOS DE LA MONTERÍA
Organización: Monterías Riquelme
Fecha: 9 de octubre de 2025
Finca: La Ribera Alta / Finca cerrada / Mancha: Lagunillo
Hectáreas monteadas: 300
Localidad: Almadén, Ciudad Real
Puestos: 9 / Cupo: 10 jabalíes, una vez los cupos completados, jabalíes libres / Rehalas: 4
Jabalíes: 151 (60 bocas, con 14 oros, 9 platas y 5 bronces)