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La Generalitat Valenciana recomienda pautas para las siembras cinegéticas

Siembras Cinegeticas

Llega el otoño y antes de empezar la temporada, todavía tenemos por hacer importantes trabajos de gestión en nuestros acotados. Entre ellos, uno de los más importantes de cara a procurar una mejor alimentación de las especies cinegéticas es la realización de siembras para beneficio de la caza.

La alimentación es el principal factor limitante o condicionante de la productividad de las poblaciones y la capacidad de carga (cantidad de animales que puede soportar en buenas condiciones el medio). Por tanto, es el principal factor determinante de la calidad del hábitat para la fauna.

Su influencia radica en su papel de atributo clave en la supervivencia, ya que mejora el estado sanitario, la respuesta frente a predadores, la capacidad de búsqueda de recursos, la permanencia en la zona en el caso de migratorias y como no, la tasa de reproducción (tamaño de la camada o nidada).

El momento óptimo para estas siembras es con la llegada de las primeras lluvias del mes de septiembre, buscando siempre que el terreno presente las condiciones de tempero adecuadas para su implantación. Las principales consideraciones que se deben tener en cuenta para planificar estas siembras son las siguientes:

Deben realizarse en superficies de tamaño reducido, no muy anchas y lo más largas posibles (en forma de «tiras»), aprovechando rincones perdidos, e intercaladas entre la vegetación leñosa, intentando conseguir una estructura en mosaico. Para ello, son ideales los numerosos bancales de cultivo abandonados que aparecen por todo nuestro territorio.

La densidad de siembras ideal es de al menos una 1.500 metros cuadrados cada 20 hectáreas, procurando su distribución por la totalidad del acotado.

En cuanto a las especies, se recomienda emplear una mezcla de gramíneas y leguminosas para lograr un aporte completo de proteínas, hidratos de carbono y fibra durante la mayor parte del año. La proporción ideal estaría en torno a 2/3 leguminosas y 1/3 gramíneas, con una dosis próxima a los 150 kg/ha.

En nuestra región, las especies que mejor pueden funcionar son: entre las gramíneas, la cebada, la avena y el trigo blando, y entre las leguminosas, la veza y los yeros (también la alfalfa, aunque esta última tiene unos requerimientos hídricos mayores que las anteriores).

Además este tipo de siembra puede combinarse con tiras de una sola especie de gramíneas (trigo o cebada).

Finalmente, es recomendable el abonado de estas siembras con un abono fosfatado (dosis en torno a 100 kg/ha.). Por el contario, se desaconseja el uso de fitocidas (herbicidas) y productos fitosanitarios; de esta manera, por un lado, aumentaremos el número de insectos para los perdigones y otras especies desde verano hasta el otoño, y por otro, se disminuirá el riesgo de afecciones negativas a las piezas de caza.

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