La Administración regional flexibiliza la estricta normativa sobre el destino de los subproductos cárnicos que no son de consumo humano procedentes de las monterías, publica hoy.es.
La Junta tiene cerrado un borrador, que se transformará en decreto en pocos días y, por tanto, se empezará a aplicar, que contempla dos medidas valoradas por el sector cinegético.
De un lado, no todos los restos de ciervos y jabalíes, señalados como grandes transmisores de la tuberculosis bovina, deberán ser traslados obligatoriamente a plantas de incineración para su completa destrucción. Cuando entre en vigor el decreto, incluido dentro de un paquete normativo pactado entre la Junta, los ganaderos y los cazadores, las vísceras y otros subproductos podrán echarse a los buitres y otras especies necrófagas. Serán su alimento en el que caso de que esos restos no esté infectadas. Si lo estuvieran sí deberían ser incinerados.
De otra parte, el decreto contempla la posibilidad de que, además de los muladares públicos, los gestores de monterías puedan contar con ellos en los cotos privados de caza mayor. «Es una medida positiva», resume Ignacio Higuero, portavoz de la Mesa de la Caza.