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Identifican tres grandes cárteles dedicados al tráfico ilegal de marfil

«Los grandes envíos actualmente dominan el comercio ilegal de marfil. Alrededor del 70% de las incautaciones de marfil entre 1996 y 2011 se realizaron en grandes envíos de, al menos, media tonelada».

Según informa ABC, con fecha 9 de octubre, En un artículo publicado recientemente en la revista Science Advances, un equipo internacional, coordinado por la Universidad de Washington (Estados Unidos), concluye que las pruebas de ADN realizadas a las incautaciones de marfil practicadas por los cuerpos de seguridad de distintos países durante 2011-2014, cuando su tráfico llegó al punto máximo, vincularían los envíos múltiples de este material con una misma red de traficantes, la cual operaría desde un puñado de puertos africanos.

Los investigadores conectaron los envíos de marfil después de desarrollar un riguroso régimen de clasificación y análisis de ADN de colmillos en diferentes envíos de marfil. Este método permitió a los científicos identificar pares de colmillos que se habían separado y trasladado en diferentes envíos a distintos destinos en todo el mundo. Sin embargo, se habían enviado desde el mismo puerto, casi siempre con 10 meses de diferencia entre sí, y dándose una gran superposición en cuanto al origen geográfico de los envíos de colmillos coincidentes.

«Nuestro trabajo anterior en pruebas de ADN de envíos ilegales de marfil mostró que los principales lugares de furtivismo de elefantes en África eran relativamente pocos», comenta el principal autor, Samuel Wasser, director del Centro de la Universidad de Washington (UW) de Biología de la Conservación. «Ahora, hemos demostrado que el número y la ubicación de las principales redes de contrabando de estos grandes envíos de marfil fuera de África también son relativamente pocos», añade.

Utilizando dicho protocolo, el equipo identificó lo que parecen ser los tres cárteles de contrabando de marfil más grandes en África, operando desde Mombasa, en Kenia; Entebbe, en Uganda; y Lomé, en Togo. De los 38 grandes envíos de marfil analizados, pudieron vincular 11 de ellos mediante la identificación de pares de colmillos que se separaron tras la caza furtiva de los elefantes a los que se los arrancaron, pero que fueron enviados al extranjero desde el mismo puerto durante el periodo 2011-2014, cuando el tráfico de este material alcanzó cifras de récord.

Los grandes envíos actualmente dominan el comercio ilegal de marfil. Alrededor del 70% de las incautaciones de marfil entre 1996 y 2011 se realizaron en grandes envíos de, al menos, media tonelada métrica, según un estudio de 2013 publicado en PLOS ONE.

«Revelamos conexiones entre lo que de otro modo serían confiscaciones aisladas de marfil. Nuestra herramienta de investigación puede ayudar a los funcionarios a rastrear estas redes y recopilar evidencias para casos criminales», sugiere Wasser. «De esta forma se podrían agregar múltiples cargos a casos de tráfico abiertos contra los líderes de las operaciones de contrabando, que a menudo son juzgados por eventos únicos. La reciente absolución de Feisal Mohamed Ali, que había sido condenado a 20 años de cárcel por liderar una banda organizada dedicada al tráfico de marfil en Kenia, es un buen ejemplo de ello», concreta el biólogo.

El comercio internacional de marfil de elefante es ilegal desde 1989, pero el número de elefantes africanos sigue disminuyendo. En 2016, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza citó la caza furtiva de marfil como la razón principal de la asombrosa pérdida de alrededor de 111.000 elefantes entre 2005 y 2015 en África, dejando, en la actualidad, una cifra total de 415.000 ejemplares silvestres supervivientes en el continente.

Fuente: ABC

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