- La presidenta del CES considera imprescindible que se ponga en valor la repercusión de la actividad cinegética
- Gallardo destaca que la caza social afronta como grandes retos la recuperación de la caza menor, el relevo generacional y la incorporación de la mujer
La Federación Extremeña de Caza ha presentado hoy el tercer informe “Situación de la Caza en Extremadura”, un documento que analiza los datos de la temporada 2017/2018 y que se ha convertido en un documento de referencia al ofrecer por primera vez series históricas del sector en los últimos años.
En este sentido, el presidente de la Federación Extremeña de Caza, José María Gallardo, ha destacado que “debe ser tenido en cuenta” en la elaboración el anunciado Plan Estratégico de la Caza de la Junta de Extremadura, puesto que “pone negro sobre blanco la situación del sector, sus problemas y sus grandes retos”. Para Gallardo en el caso de la caza social hay tres grandes retos, como son la recuperación de la caza menor, el relevo generacional y la incorporación de la mujer.
Por otra parte, ha recordado que es imprescindible contar con datos reales de las capturas, porque sólo desde la generación de ese conocimiento se podrá reivindicar ante las Administraciones el papel de la caza como herramienta imprescindible para la gestión de ecosistemas y para conservación y recuperación de especies protegidas.
Gallardo ha admitido que la actividad cinegética vive un “momento muy delicado”, “con graves problemas en fauna menor y una presión creciente animalista”, a pesar de lo cual se mostró “optimista de cara al futuro”.
Por su parte, la presidenta del Consejo Económico y Social de Extremadura, Mercedes Vaquera, ha destacado que “la sociedad extremeña no es consciente del impacto socioeconómico del sector cinegético, así como los ingresos que genera, públicos y privados”. Para la presidente del CES, el sector de la caza es “la mejor alternativa a muchos de los cambios que están sucediendo”, principalmente por su potencial en la lucha contra la despoblación, la atracción de turismo y la generación de riqueza en entornos rurales. “Hay que ver al sector cinegético como esa alternativa que se necesita”, ha añadido.
En esta línea, Mercedes Vaquera ha apostado, además, por que la caza se incluya dentro de todos los estudios que se realicen sobre las políticas económicas, sociales y culturales de la región, y también porque se trabaje para “explotar y mejorar estos recursos”.
El director del informe, Manuel Gallardo, ha destacado algunos datos del informe. Así, el documento refleja “el envejecimiento y la masculinización de las sociedades locales”, así como que los terrenos cinegéticos ocupan actualmente más del 83% del territorio extremeño. Asimismo, disminuyen los cotos de caza menor y aumentan los de caza mayor, y la caza sigue aportando a las arcas públicas cada año algo más de 6 millones de euros de retorno a través de tasas e impuestos.
Otro dato relevante es el de la carne de caza mayor comercializada, cuyo valor alcanzó el año pasado los 8,1 millones de euros, un 51,6% más que la temporada anterior debido al aumento del volumen de carne de ciervo.
Por último, Sebastián Redero, miembro del equipo técnico que ha elaborado el informe ha resaltado que este extenso documento indica que en la provincia de Badajoz en los últimos seis años el número de capturas de conejos cae un 75,41%, mientras que en Cáceres por segundo año consecutivo se abaten más ciervos que conejos. Asimismo, en la temporada analizada se llevaron a cabo más de 1.600 monterías en la región.
Descargar aquí el informe completo.