Con independencia de que los hechos recientemente acontecidos en relación al intento de apuñalamiento a un agente medioambiental de la Junta de Castilla y León no tengan mucho que ver con la práctica deportiva de la caza, la Federación de Caza de Castilla y León considera que las medidas que está estudiando la Consejería de Fomento y Medio Ambiente para proteger a los agentes son absolutamente necesarias y deberían haberse adoptado ya con anterioridad, sobre todo el que no se sigan realizando servicios en solitario.
Y decimos que no es un acto derivado de la actividad cinegética y sí de la actuación particular de unos individuos reconocidos por su actividad penal en cualquiera de sus ámbitos de actuación, porque no se puede considerar legalmente cazador aquel que caza incumpliendo de forma flagrante la normativa vigente. Será en todo caso un furtivo o un delincuente, pero no un cazador, y no hay ningún cazador deportivo que, siendo una persona normal, ante la reclamación de un agente de la autoridad, le amenace con una navaja, que es un arma que portarán y utilizarán los delincuentes en cualquier lugar y situación de su vida, pero que desde luego no es un utensilio para practicar la caza.
El apoyo solidario de los cazadores a los agentes que cumplen de forma eficaz con su trabajo, y que deben realizar con todas las garantías de seguridad.