Armas y munición

Maral de Browning. El cerrojo de un solo movimiento

Armas Caminar significa dejar camino atrás. A cada paso, por pequeño que haya sido,  un nuevo horizonte distinto al anterior se abre ante nosotros. Pararse a reflexionar está bien, aunque, tras el reposo, el camino nos espera de nuevo. Crear es así, pensar y hacer, innovar, y en eso Browning ha destacado desde su fundación. Inquietos, sus desarrollos históricamente abarcan todos los campos que el arma de fuego nos ofrece, tanto militar como deportivo. En el mundo de la caza es difícil encontrar un sistema que no lleve la marca en catálogo. El salto ahora llega dispuesto a hacer temblar al universo del cazador, porque éste no es un rifle más, este rifle es el Maral.

Cerrojo Observe el cabezal del cerrojo giratorio. La única diferencia con el BAR es que, para recargar de nuevo, el cazador es quien tiene que tirar del cerrojo hacia atrás para desbloquearlo.
Cerrojo
Observe el cabezal del cerrojo giratorio. La única diferencia con el BAR es que, para recargar de nuevo, el cazador es quien tiene que tirar del cerrojo hacia atrás para desbloquearlo.

Un nuevo concepto, un solo movimiento

El Maral es distinto a todo lo conocido, es un nuevo concepto y  sistema, es un cerrojo que simplifica a sólo uno los movimientos que el cazador ha de hacer para repetir el disparo. La forma de proceder ha sido aparentemente sencilla, utilizando para ello la plataforma de su reciente BAR Zenith. Está claro que en Browning siempre han sido atrevidos, tanto en la puesta en marcha de nuevos desarrollos como, sobre todo, en la adopción de una estética completamente rompedora. Ésta es para mí la diferencia que permite a la marca innovar de una manera tan absoluta, esa falta de complejos, esa alegría.

Maderas, cantonera, anillas... Maderas de grado tres acabadas al aceite  embellecen a una culata con lomo de jabalí, carrillera bávara y schnabel. Se remata con una cantonera de goma de grosor medio. Las anillas portafusil son desmontables, desapareciendo el enganche en el guardamanos a partir de la prolongación de la toma de gases. El picado es fino, en rombos y muy bien realizado. El Maral se entrega dentro de un maletín, con la culata desmontada. El tornillo de apriete se encuentra justo detrás de la parte baja del pistolet.
Maderas, cantonera, anillas…
Maderas de grado tres acabadas al aceite embellecen a una culata con lomo de jabalí, carrillera bávara y schnabel. Se remata con una cantonera de goma de grosor medio. Las anillas portafusil son desmontables, desapareciendo el enganche en el guardamanos a partir de la prolongación de la toma de gases. El picado es fino, en rombos y muy bien realizado. El Maral se entrega dentro de un maletín, con la culata desmontada. El tornillo de apriete se encuentra justo detrás de la parte baja del pistolet.

Posiblemente a muchos ya se nos había pasado  por la cabeza lo que ahora el Maral materializa y, de hecho, ya hace mucho tiempo que vi algo similar en carabinas del .22 LR, concretametne en algunas Gevarm, permitiendo el bloqueo y disparo tiro a tiro mediante repetición manual. Tras el cerrojo convencional de cuatro tiempos, entró con fuerza el rectilíneo destapando un nuevo universo en cerrojos. Muchas son las marcas que tienen el suyo, incluso Browning con su Acera lo tuvo.

Elementos de puntería El grupo de elementos de puntería metálicos está conformado por alza de batida en ‘V’ muy abierta –corregible en altura- contrastando con guión en torpedo –corregible en deriva-. Se utiliza la fibra óptica para mejorar el contraste. Roja en el punto y verde en la pletina unida al alza.
Elementos de puntería
El grupo de elementos de puntería metálicos está conformado por alza de batida en ‘V’ muy abierta –corregible en altura- contrastando con guión en torpedo –corregible en deriva-. Se utiliza la fibra óptica para mejorar el contraste. Roja en el punto y verde en la pletina unida al alza.

Está claro, es irrebatible, que la rebaja de movimientos a la hora de recargar, permite una repetición más rápida por parte del cazador. Esto eleva las posibilidades de cobrar caza cuando ello dependa de la velocidad en repetir. En lances de rececho, donde el cazador hará en general un solo disparo, preciso y meditado, la diferencia es nula; pero, en cambio, en monterías y batidas, con piezas lanzadas y muchas veces enmontadas, todo el tiempo que empleemos en recargar nuestro arma jugará en contra de nuestra eficacia. Dicho esto sólo hacía falta atrevimiento para poner en marcha este nuevo sistema.

Ergonomía Heredero de la tradición en semiautomáticos, uno de los puntos fuertes del Maral es su ergonomía, su equilibrio y encare. Si usted conoce como se pone un BAR, conoce como lo hace el Maral. Su disparador es similar también, esperemos que pronto monten una unidad más típica de cerrojo, a ser posible con pelo incluido. Esto, de algún modo, lo apartaría algo más de un semiautomático ‘capado’, dándole una nueva proyección y sentido distintos, haciéndolo más eficaz en recechos.
Ergonomía
Heredero de la tradición en semiautomáticos, uno de los puntos fuertes del Maral es su ergonomía, su equilibrio y encare. Si usted conoce como se pone un BAR, conoce como lo hace el Maral. Su disparador es similar también, esperemos que pronto monten una unidad más típica de cerrojo, a ser posible con pelo incluido. Esto, de algún modo, lo apartaría algo más de un semiautomático ‘capado’, dándole una nueva proyección y sentido distintos, haciéndolo más eficaz en recechos.

Imagine un semiautomático al que anulemos su sistema de repetición. Dejemos que funcione sólo manualmente la liberación del bloqueo del cierre a través de la palanca de armado, eso es, ni más ni menos, el Maral. Plataforma idéntica al Zenith, tanto que, mirado por su lado izquierdo, es prácticamente imposible diferenciarlos, algo parecido a lo que sucede con los Sauer S 202 y S 303. En cambio, mirado por su lado derecho, sí que apreciamos la diferencia, ¿cuál? Pues, realmente, sólo una: han sustituido la palanca de armado por un cerrojo con una larga maneta con bola al final. Es ésta, sin duda, la característica más crítica del rifle, pues debido a la posición de arranque, obliga a alargarla hacia atrás mucho, pariendo finalmente una forma algo enrevesada. Posiblemente, sólo Browning se atrevería a lanzar algo así, aunque apuesto a que la seguridad en las mejoras ergonómicas a las que nos tienen habituados, cubren con creces el miedo a una estética rompedora.

Cargador El cargador de petaca desmontable actúa de retén al estar descargado, apareciendo su teja verde por la ventana de la acción. La colocación de los cartuchos es al tresbolillo con capacidad para cuatro en estándar y tres en mágnum, más, lógicamente, el de la recámara. Tras llenar el cargador e introducirlo, sólo tendremos que tirar levemente del cerrojo hacia atrás para que éste se libere y alimente la recámara.
Cargador
El cargador de petaca desmontable actúa de retén al estar descargado, apareciendo su teja verde por la ventana de la acción. La colocación de los cartuchos es al tresbolillo con capacidad para cuatro en estándar y tres en mágnum, más, lógicamente, el de la recámara. Tras llenar el cargador e introducirlo, sólo tendremos que tirar levemente del cerrojo hacia atrás para que éste se libere y alimente la recámara.

Pues ya lo tenemos, funciona así. Imagine un BAR al que le quitamos el cargador. Si usted lo encara y tira de la palanca hacia atrás, soltándola en la posición más atrasada, ella sola volverá hasta acerrojar de nuevo. Eso mismo es lo que haremos con el Maral, diferenciándose sólo en que el cierre estará bloqueado y sólo podrá abrirse tirando del cerrojo hacia atrás, es decir, si disparamos y no actuamos sobre el cerrojo, la carga no se producirá. Está claro que hemos reducido a un solo movimiento la acción de repetir, es decir, justo la mitad de movimientos que un cerrojo rectilíneo convencional. Junto a ello, el encare, visto que el cerrojo va completamente encapsulado dentro de la carcasa, no se modifica en absoluto, pues el tirador no tiene la impresión de que pueda tocarle con la parte trasera, ayudando a ello el que sólo tiremos hacia atrás de la maneta. El punto crítico del Maral es su estética, difícil y no siempre entendible. Al final estamos ante un semiautomático con cerrojo, es lo que parece y, sencillamente, es lo que es. Por mucha madera de grado tres con la que lo vistamos, su apariencia es muy moderna y trasgresora, alejada de todo clasicismo. A ello se suma una maneta que, aunque personalmente no me disguste, reconozco que es al menos rara y difícil de digerir.

Seguro Hand Cocking El nuevo mecanismo seguro tensor de Browning se llama Hand Cocking y responde a la tendencia actual en aras de una mayor protección y seguridad durante las jornadas de caza. Realmente, los tensores no son un seguro, son mucho más. Destensan completamente el muelle del percutor haciendo que éste quede sin armar. Es el cazador quien, al apretarlo hacia delante, lo tensa. Para desmontarlo basta con apretar el botón que incorpora encima, permitiéndole bajar.
Seguro Hand Cocking
El nuevo mecanismo seguro tensor de Browning se llama Hand Cocking y responde a la tendencia actual en aras de una mayor protección y seguridad durante las jornadas de caza. Realmente, los tensores no son un seguro, son mucho más. Destensan completamente el muelle del percutor haciendo que éste quede sin armar. Es el cazador quien, al apretarlo hacia delante, lo tensa. Para desmontarlo basta con apretar el botón que incorpora encima, permitiéndole bajar.

En definitiva, el Maral muestra al mundo todo el potencial que Browning es capaz de sintetizar, dando, una vez más, una lección absoluta de capacidad de desarrollo. CyS Michel Coya. michelcoya@ gmail.com

Secuencia de tiro con el Maral Tras disparar, sólo tenemos que hacer un movimiento con el cerrojo: tirar hacia atrás de él hasta expulsar la vaina disparada.  Luego, lo soltamos y él solo vuelve a alimentar un nuevo cartucho, acerrojándose y estando listo ya para el siguiente disparo. Como no podía ser de otra forma, medí el tiempo que se tarda en hacer tres disparos, arrojando poco más de dos segundos… y eso que me quedaba bastante largo.  Viene a situarse detrás de los semiautomáticos y al nivel de los de palanca en capacidad de repetición.
Secuencia de tiro con el Maral
Tras disparar, sólo tenemos que hacer un movimiento con el cerrojo: tirar hacia atrás de él hasta expulsar la vaina disparada.
Luego, lo soltamos y él solo vuelve a alimentar un nuevo cartucho, acerrojándose y estando listo ya para el siguiente disparo. Como no podía ser de otra forma, medí el tiempo que se tarda en hacer tres disparos, arrojando poco más de dos segundos… y eso que me quedaba bastante largo.
Viene a situarse detrás de los semiautomáticos y al nivel de los de palanca en capacidad de repetición.

 

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