Internacional

Los aficionados prometen abolir la prohibición de la caza en Trinidad y Tobago

 

Tras la prohibición de practicar la caza en Trinidad y Tobago desde el pasado octubre (en principio, según el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Hidráulicos de la República de Trinidad y Tobago, por dos años) motivada por “la amenaza de extinción de varias especies”, los más de 13.000 cazadores con licencia de estas islas han decidido batallar contra dicha prohibición.

Los aficionados a la práctica cinegética recurrirán a los tribunales y, además, han recordado al Gobierno que demostrarán su oposición a esta medida en las próximas elecciones nacionales y han comenzado a distribuir una calcomanía que dice: «Sin caza no hay voto».

Los ambientalistas alegaban que los cazadores “gozaban de amplias libertades” que habían “reducido significativamente” la vida salvaje en esta república, citando un estudio realizado en las temporadas de caza 1990/1993, elaborado por las Universidades de las Antillas y de Wisconsin, según el cual hay una sobreexplotación de varias especies, entre ellas ciervos, lagartos, cocodrilos, armadillos y ciertas aves. Por este motivo, el Gobierno decidió reducir la presión de la caza, impidiendo totalmente esta actividad.

Los cazadores afirman que la práctica de cazar con perros es una característica clave de la sociedad rural e insisten que también es una fuente de ingresos que crea miles de empleos. Además alegan que esta veda sólo beneficia a furtivos, ladrones de madera y cultivadores de marihuana, que están tomando el control de los campos y colinas que ya no son transitados por los cazadores y sus perros.

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