Caza Mayor Relatos

Crónicas de Olsón, donde caza gente buena (III). La mirada de Jara

de Jara Caza
A la izquierda, Jara Bibián Aliaga tranquilizando a Zipi, herido por un navajero el 8 de enero de 2021 en Olsón. A la derecha, con Balín.

de Jara Caza

El 8 de enero de 2021 se celebró un resaque grande en Olsón, al que acudieron cazadores prácticamente de toda España.

Jara y Manuel Cantavieja, el joven cazador turolense cobró un navajero que hizo mucho daño a los perros.

Aquel 8 de enero de 2021 ocurrió un caso singular en Olsón. Jara Bibián Aliaga cazó su primera pieza con pólvora.

La joven estaba en la espera (puesto) con su padre Jorge, éste iba siguiendo un corzo que venía de lejos con los prismáticos.

–Jara, prepárate que es selectivo –susurró Jorge–.

No hizo falta que le dijera más.

Con temple, esperó el momento adecuado, y cuando el corzo ofreció el flanco a una distancia adecuada, disparó acertando de pleno, ¡en su primer disparo!

Era su primera pieza de caza mayor con pólvora, sin embargo, tenía, a pesar de su juventud, una dilatada experiencia como resacadora, los perros son su pasión.

Un corzo macho, con la cuerna con borra, pero que en aquella temporada y en esa época se podía tirar en Aragón.

Selectivo porque el animal presentaba una herida mal curada y de feo aspecto.

de Jara Caza

La mirada de Jara a su ‘abogado defensor’, Joaquín González, como diciendo «Joaquín defiéndeme algo más, hombre».

El ‘noviazgo’

Por la tarde, en la junta, el incombustible Cesáreo Martín, decano de nuestra prensa cinegética, no tardó ni un segundo en olfatear la noticia, y eso que no había parado fotografiando y grabando el cobro de jabalíes usando una tirolina, una de las peculiaridades de Olsón y que nos da una idea de lo profundo de sus barrancos.

‘Noviazgo’ al canto, aunque es algo que no se estila mucho por estos pagos.

Ni un segundo tardó Cesáreo en organizar el ‘noviazgo’, más que nada una cosa graciosa y que no fuera desagradable para la joven, al revés.

El implacable ‘fiscal’ Cesáreo Martín en acción.

Actuaron ante un público entregado, Joaquín González como defensor, Roberto Sistac como juez y el propio Cesáreo como fiscal.

Tras el juicio sumarísimo se condenó a Jara a seguir siendo como es y a mantener su afición por la naturaleza, los perros y la caza practicada de manera ética.

Puedo dar fe que está cumpliendo a día de hoy con gusto su condena.

A pesar de tan festivo momento, Jara tenía la mirada perdida, estaba como triste.

Tranquilizando a Zipi.

La mirada de Jara

Pronto se supo el motivo.

Un navajero de rectas y afiladas navajas había herido a cuatro de los perros de su padre, que es lo mismo que decir a sus perros.

Zipi tenía un puntazo importante, y la joven sólo estaba pendiente de su llegada.

En cuanto Zipi llegó, todos coincidieron que no había tiempo que perder, y que lo mejor era desinfectar y coser la herida.

Producía desazón el lastimero aullido de aquel buen perro blanquinegro, hasta que llegó Jara, y simplemente con sus caricias el animal se calmó, incluso antes de ponerle la anestesia.

La mirada de Jara al unísono con la de Zipi decían todo sin pronunciar palabra: ¡cuánta ternura y delicadeza!

No tardó Zipi en volver a latir con alegría y sin amilanarse en los resaques.

Los perros valientes pagan su arrojo, y más aquí que normalmente no hay perros de agarre, por ejemplo, Jorge y Jara no tienen ninguno.

de Jara Caza

Innumerables cosas interesantes vi desde El Caganer: preciosos y escondidos pueblos o una corneja volando de lado.

Desde El Caganer

En aquella ocasión el resaque en Olsón estaba más cerca de la montería que del gancho, y eso es posible por la multitud de escenarios que se dan en su amplio terreno.

Pero, más grande o más pequeño, el resaque siempre lo es en Olsón, y aunque actúen rehalas grandes tipo zonas típicamente monteras, los resacadores, unos con arma –algo permitido en Aragón– y otros no, siempre entran a resacar con sus pocos, pero excelentes perros en Olsón.

de Jara Caza

Ahí tienen a otro insigne cazador, muy vinculado a AEPES con sus sabuesos de Baviera, Fernando Mogollón con su hijo Tomás, ¿saben el nombre del puesto en el que están?: La Ballena.

En Olsón no es habitual hacer sorteo, se asigna a cada cazador su espera, que normalmente tiene nombre propio.

El mismo día de todo lo relatado, el cronista ocupó la espera de El Caganer, ¿a qué se debería tal nombre? Por cierto, magnífico puesto.

El postor era uno de los arrendatarios del coto, Alberto Mainar Burguer.

de Jara Caza

Carlos Tejero con parte de sus magníficos perros.

El caso es que en el último tercio del resaque se arrancó una ladra espectacular, el tocino pasó justo por donde no lo podía ver perseguido por la magnífica jauría de grifones de Carlos Tejero, que estos sí, pasaron un metro por encima y los vi perfectamente.

Los extraordinarios grifones no cejaron en su empeño hasta llevar al jabalí, que por lo que hizo no debía ser pequeño, hasta el tiradero de otras dos esperas donde los cazadores no estuvieron acertados.

Con qué mimo y cariño recompuso Carlos, resacador sin arma, su preciosa, preciada y pequeña jauría.

de Jara Caza

de Jara Caza

La partida de caza en Tres Caminos poco antes de salir al monte.

Tres Caminos

Aquel día del puesto de El Caganer no fue mi primera visita a Olsón, ya había estado antes en un día de pequeños resaques.

El día del citado puesto, 8 de enero de 2021, fue más bien de características de montería grande.

Joaquín secundado por el resto de socios arrendatarios, dio las pertinentes instrucciones y organizó la salida de las armadas perfectamente desde el complejo Tres Caminos (El Grado), igual que al día siguiente para un resaque de dimensiones más reducidas.

¡Cómo se come y que a gusto se duerme en el Tres Caminos! Además, el trato es excelente.

El caso es que un día de primeros de octubre de 2020 fuimos a dar dos pequeños ganchos, para entendernos.

de Jara Caza

Bernardo Gibaja preparado ante la ladra con la cúpula de la iglesia de Santa Eulalia de testigo.

Otoñada

El campo estaba pletórico por la magnífica otoñada.

Llovía, salía un poco el sol, vuelta a llover con fuerza. Caminos embarrados.

Espectacular cómo asomó en lontananza la iglesia de Olsón al levantar un poco las nubes.

Ver a ese MONTERO impertérrito que es Bernardo Gibaja aguantar el chaparrón, siempre preparado.

A su hermano Antonio estar en prevengan durante unos largos minutos con un cochino que dio mucho juego pero que no pudo tirar.

O a sus tocayos, Antonio Machuca, padre e hijo.

Antonio Machuca Jr. se marcó hasta un doblete allá por noviembre de 2019.
Fotografía: Antonio Machuca.

Hay relevo de calidad

Cómo les ha enseñado lo fundamental de la caza Antonio a sus hijos (como Jorge, Paco Largo o Ernesto Navarrete), seguridad con las armas, respeto a la gente, en especial a los que trabajan para que otros disfruten, a lo que se puede tirar y lo que no y cuando lo puede hacer…

Dos de los cuatro, Miguel además de Antonio, decidieron seguir los pasos de san Eustaquio.

Todo a su tiempo: morralero compartiendo días con sus hermanos; con los primeros papeles, con la escopeta y acompañado de su padre u otro mayor; después con el rifle, siempre acompañado hasta la mayoría de edad, donde ya, poco a poco, solo en un puesto.

Antonio Machuca Bárcena es otro joven cuya trayectoria cinegética es digna de comentario y elogio, como la de Jara.

Pilar Largo con su padre Paco y el buen cochino que cobró.
Fotografía: Paco Largo

Y como antes lo fue su hermano Miguel –que se ha prodigado menos que Antonio por los montes oscenses–, o Pilar Largo Celdrán, o años antes los hermanos Nacho y Ernesto Navarrete Pardo, curiosamente Nacho nunca acompañó a su padre a Huesca mientras que Ernesto Jr. es hoy uno más de la cuadrilla o colla.

Todos han seguido el mismo aprendizaje antes comentado y están totalmente integrados.

De tal palo tal astilla: Ernesto Navarrete padre e hijo.
Fotografía: Ernesto Navarrete

Pilar, por ejemplo, cazó un cochino muy bueno, Antonio Jr. ya lleva tres o cuatro tocinos, destacando un día con un doblete, mientras que Ernesto Jr. lleva ya bastantes cazados.

No es porque sean mis AMIGOS, es que todos ellos son CAZADORES enormes.

Como lo son los que ese día soltaron perros, David Aguilar Pepino –socio del coto–, Unai Martínez y Roberto con Jara.

Trabajo ejemplar, sacaron todo lo que el monte dio, ellos tienen mucho oficio y sus perros son extraordinarios.

‘Pepino’ tiene magníficos perros y no rebla nunca. Ahí le tienen en una cárcava vertical por donde se tiró un zorro que falló este cronista.

Centella

Regreso a primeros de octubre de 2020 en Olsón.

Comentar a nivel personal que en el primer resaque estaba en una gran hoja de cereal por sembrar, pero con lindes muy marcadas para que las tomara un cochino, incluso con monte en la del río.

Si entraba algo por allí, por la parte baja tirarían los Machuca y por la parte alta yo.

Lo que entró por mitad hoja fue un cochinete, de 25-30 kilos, que iba como una centella, con los perros latiendo muy lejos.

Miren que he visto cochinos en mi vida, pero correr este nunca a ninguno, ¡madre del amor hermoso!

El tocino, más bien tocinete, erizaba las cerdas como queriendo parecer más grande, ni por esas.

No tenía duda alguna en no tirar, pero con lo preguntón que soy no había preguntado si había que tirar a los marranchones para cortar la carrera de los perros, y aunque a distancia, el tocinete llevaba unos pocos detrás.

Si hubiera decido tirar ya me habría quedado sin balas, tenía mucho campo.

Entonces discurrí, apunté por delante, paré la posición del rifle, paso la centella por el visor en una micra de segundo, cuando ya no había jabalí disparé, me quedé ¡unos metros por detrás! pero cubrí el expediente.

¡Lástima de reportaje fotográfico!

Volvieron más tarde los perros, todos, una alegría, el jabato salvo merecidamente la pellica, otra alegría, después de lo que hizo, hoy estará camino de ser un buen macareno con la defensa que tiene el jabalí en Olsón y alrededores.

de Jara Caza

«Ya que no pude fotografiar al tocinete centella, sí lo pude hacer a una corza que siguió sus pasos minutos después».

Esperas con vistas

Otro de los atractivos de Olsón son las vistas de algunos puestos o esperas…

Simplemente las vistas al paisaje del propio terreno prepirenaico, sensacional, o a Olsón con la espectacular iglesia de Santa Eulalia –la catedral del Sobrarbe– dominando la localidad, pero además no pocas esperas dan vistas a las soberbias y cercanas moles pirenaicas…

de Jara Caza

Cumbres tan importantes, muchas de ellas dentro del Parque Nacional de Ordesa, como: Marboré (3.248 m); Macizo de las Tres Sorores (mayor macizo calcáreo de Europa): Cilindro (3.328 m), Monte Perdido (3.355 m ¡con 2.000 metros de desnivel positivo!) y Añisclo o Soum de Ramond (3.263 m); Punta de las Olas (3.022 m); La Suca o Pico Inferior de Añisclo Inferior (2.802 m) y las Tres Marías superando todas las 2.700 m; Peña Montañesa (2.295 m); o Pico Cotiella (2.912 m)… por ejemplo, se pueden dominar desde una espera.

La imaginación entonces llena aquellas colosales paredes de sarrios o de bucardos que fueron.

Normal que los que no estamos acostumbrados a estas maravillas quedemos embelesados y se nos pasen los tocinos.

Peña Montañesa desde una espera de Olsón.

Otras peculiaridades

Otras características de los resaques en Olsón son comunes a gran parte de Aragón e incluso a todo el norte peninsular.

Peculiaridades para los foráneos acostumbrados a otra manera de entender la batida, la montería, son más bien valores.

Hay resaques en los que además de cazadores de prácticamente toda España, los hay andorranos, franceses, alemanes… e incluso finlandeses, como Ohto Nuotamo amigo de Antonio Gibaja.

No hay ánimo de lucro, se caza a gastos, es poco dinero.

Los arrendatarios del coto, caso de Olsón, ponen su parte alícuota y no pocas veces se meten a resacar en vez de ponerse en una puerta.

O cocinan, o hacen las veces de postores en los resaques grandes, o las curas a un perro herido…

En algunos resaques se permite tirar corzos. Antonio Machuca padre e hijo con un corzo cobrado
Fotografía: Antonio Machuca

Aquí se valora el dinero lo estrictamente necesario, es algo secundario, pero, y aunque necesitan cazadores para las cacerías más grandes, por falta de personal local, no es fácil poder cazar en Olsón, como no se conozca a alguno de los arrendatarios.

Prima el compañerismo, el valor de la colla o peña de caza, todo el mundo ha de hacer de todo en la medida de sus posibilidades, sobre todo en los resaques típicos y más pequeños.

No se deja nada de lo cazado en el monte, cueste lo que cueste sacarlo.

El naranja o verde fosforescente en las prendas de resacadores, cazadores y acompañantes ya está totalmente implantado hace años.

Incluso hay resaques, sobre todo en los más pequeños, que no se hace el plantel al uso en otras zonas.

Antonio Machuca Jr. y Ernesto Navarrete Jr. sacando algunos de los tocinos cazados.
Fotografias: Antonio Machuca

CAZADORA. Crepúsculo en el Tozal de la Iglesia, leyendas

Habíamos dejado a Jara con la mirada triste…

Con el paso del tiempo ha crecido su dimensión cinegética, si cabe, aún más, la esencia la tiene, la educación ha tenido la suerte de recibirla de sus padres, hay muchísima afición, pero también mesura, de hacer cada cosa a su tiempo, no antes…

Así sucedió, el pasado 4 de febrero de 2023, en un resaque típico de muy poca gente en Olsón, en el que Jara, ya mayor de edad, ocupó la espera de nombre Tozal de la Iglesia (al lado de la ‘catedral’ de Santa Eulalia), le entró un buen tocino ya en el crepúsculo…

Era hora de ánimas y espectros, leyendas de brujas, ¿leyendas?, que lejos de amilanar a Jara lo que hicieron fue templar su pulso ante la presencia de gran jabalí.

¡Cazó su primer jabalí con rifle en Olsón, fue medalla de bronce con 100,75 puntos y rodó al primer disparo!

de Jara Caza

‘Pepino’, Jara y Jorge con el cochino del Tozal de la Iglesia.
Fotografía: Jorge Bibián

de Jara Caza

En Olsón con tanta defensa, hay cochinos que llegan a viejos, con ejemplares formidables como este que cazó Jorge.
Fotografía: Jorge Bibián

De Zipi a Balín

Mucho antes de este hecho, ya Jorge, Jara y Roberto se habían interesado por ver cómo podía funcionar un podenco andaluz con sus perros de resaque.

Pablo Pando, uno de los miembros de la Peña El Viernes en El Pabellón (como lo son Ernesto padre, Antonio Gibaja, Cesáreo o el mismo cronista), se comprometió a hacerles llegar un podenco andaluz, pero de talla chica, más bien considerado como conejero. Regalo para Jara.

Pero son tan buenos los podencos… y de esa talla además son perfectamente válidos para el resaque.

De tal manera que Miguel A. Galán, que también ha cazado en estos pagos oscenses, es el propietario de El Pabellón (restaurante que da nombre a la peña), donde cocina de maravilla, especialmente la carne de caza, y además de todo eso es un entusiasta del podenco andaluz de talla chica.

Cazador completo, Miguel caza su buen ramillete de conejos con sus podencos, y después, ¡llegó la magia!

Conejo al ajillo, escabechado, con tomate, con caracoles, con patatas, con arroz, etc., etc.

de Jara Balín Caza

Miguel Galán y Pablo Pando en la puerta de El Pabellón con Balín que aún no tenía tres meses y ya era muy vivo, era un 7 de junio de 2022, ese mismo día Pablo se lo llevó a Jara.

El caso es que no tardó Miguel en encontrar un macho muy vivo de una camada reciente, prácticamente canela oscuro excepto una mancha blanca en el pecho, aunque de cachorro era más claro.

Poco tiempo tardó Pablo en presentarse en Huesca con el podenco, que enseguida engatuso con su viveza y buen hacer a su dueña Jara, a Jorge y a Roberto.

Jara le puso por nombre Balín.

Jara con Balín ya con año y medio de edad.
Fofografía: Roberto Sistac.

Aroma a Boletus y Amanita caesarea

Ya teníamos ganas de ver a los amigos oscenses y comprobar cómo trabajaba Balín.

La pasada temporada se presentó la ocasión nada más comenzar, concretamente el tercer domingo de septiembre que se abría la caza en batida del jabalí en Aragón.

Un viaje con Pablo y Ernesto de casi 500 km se hace corto.

Una alegría enorme saludar a la llegada Roberto que ya tenía su casa abierta de par en par para todo el mundo, otra gente tan buena como el Rubio, Butu, Lerés, los hermanos Jarné, Fermín, ÁlvaroBicho o llegados desde navarra José Luis Martínez y su hijo Unai.

de Jara Caza

Roberto, Gracia, Gustavo (arriba), José Antonio, Ernesto, Pablo, Antonio y Unai.

Y a los que llegaron desde Madrid como nosotros, el jefe Antonio Gibaja con su inseparable José Antonio Araque. Gracia García y Gustavo de Agustín habían estado recechando un sarrio, hubo buena suerte, Gustavo cazó un rebeco de trofeo ajustado a lo que pretendían, y mala suerte, porque se lesionó en una pierna, es muy sufrido y se recuperó bien.

Aquella noche del viernes 22 de septiembre, bastante fresca ya en el Prepirineo, se presumía de cena grande en Atarés.

El trajín, los olores…

Mesas llenas con distintos Boletus comestibles, que se estaban dando muy bien en esta parte de Huesca y en Navarra, había incluso ejemplares de la reina, de la Amanita caesarea.

Cena grande en Atarés. Lujo para el paladar.

Roberto nos muestra la bondad de la huerta oscense.

Boletus y la reina, Amanita caesarea

Joaquín y Jorge organizando todos los preparativos del resaque.

El valiente Zipi

Apacible y soleada mañana en Olsón.

Poca gente, 26 puestos, para el resaque de Las Coronas, Joaquín y Jorge organizaban todo a la perfección, a resacadores y a cazadores de espera.

Saludamos a Jara que nos dijo que Balín iba fenomenal, pero por lo valiente que era ya había tenido un encuentro con los colmillos de un tocino, quedó en susto y no mermó en absoluto el empuje del podenco andaluz.

La apreciación de Jara sobre Balín la confirmó también Jorge, «caza bien, tiene buena pasta, estamos muy contentos con él».

de Jara Caza

Antes de arrancar el resaque de Las Coronas, Jorge, Jara con Cala, Pablo y Antonio.

Tanto les había gustado la raza, que Jara nos presentó a su nueva podenca andaluza, Cala, que según Jorge «es la jefa del equipo».

También una hija de ésta, Pulga, muy viva, está dando un resultado estupendo.

Unai con sus perros durante el resaque.

El resaque transcurrió según lo previsto, salieron dos buenos jabalíes que dieron mucho juego, a los perros y a los cazadores.

Dos machos corpulentos, jóvenes, de los que tienen navajas para hacer daño a los perros.

¿Y a quién enganchó uno de los cochinos? Justo a ese, a Zipi.

Esta vez tenía más daño que en enero de 2021.

A pesar de que era obligatorio llevarlo al veterinario, Jorge, Joaquín y Roberto hicieron las primeras curas, con Jara calmando al bueno de Zipi.

Zipi, un gran perro con mala fortuna, se recuperó también del nuevo accidente, pero la misma pasada temporada, en otro resaque, alguien remató un cochino como no debía, con la mala fortuna que enganchó a Zipi en una pata y hubo que amputársela.

Pero, ojo, que Zipi sigue cazando igual de bien.

Atendiendo en primera instancia a Zipi tras de las heridas que le produjo el navajero.

Zipi y Pulga. Fotografía: Jorge Bibián

Cedo los trastos de cazar al maestro Ernesto Navarrete

Ya es hora de cerrar estas Crónicas de Olsón (III) y ceder los trastos de cazar al maestro ERNESTO NAVARRETE, él pondrá en el ‘(y IV)’ un soberbio colofón.

Y hablando de singularidades, el capitán NAVARRETE aquel día cortó definitivamente la carrera a uno de los tocinos cobrados, tras tirarle desde otras esperas antes, aunque el guarro no desmayó en su trote, al menos desde dos de los puestos se le alcanzó como se pudo comprobar con el rastro de sangre, y como el mismo Ernesto confirmó: «venía pegado».

Las defensas del tocino llenaban muy bien una tabla como ya he comentado.

de Jara Caza

Ernesto con el cochino del relato.
Abajo, Jorge con el tocino con una navaja desmesurada que cobró en el el mismo puesto.
Fotografía (abajo): Jorge Bibián

Era un puesto nuevo, a JORGE le pareció que era un escape que se quedaba sin cubrir, y él mismo lo estrenó la campaña anterior cobrando un gran cochino con una navaja descomunal al tener atrofiada la amoladera correspondiente.

Bien, el cazador que lo enganchó primero, ni se le ocurrió decir «el jabalí es mío», ni nada similar, desentendiéndose totalmente del trofeo.

Joaquín, Roberto y Jorge con gran cochino de los montes del Olsón.
Fotografía: Jorge Bibián

Gente buena

Crónicas de Olsón, donde caza buena gente.

Porque la gente que te abre las puertas de su casa sin pedir nada a cambio es buena.

Es lo que hacen los arrendatarios del coto de Olsón: JOAQUÍN GONZÁLEZ, JORGE BIBIÁN, ROBERTO SISTAC, DAVID AGUILAR (PEPINO), ALBERTO MAINAR (BURGUER) y JORDI FABRA.

Para cazar en Olsón tendrá mucho ganado si conoce a alguno de ellos o en su defecto tiene un buen amigo que los conozca.

Y esa es la maravillosa puerta que un día abrió para nosotros ANTONIO GIBAJA cuando en aquel su primer encuentro profesional con ROBERTO ambos se reconocieron cazadores…

Gracias de corazón por haberme acogido en esta cofradía de ‘olsoneros’, sólo por el mero hecho de ser vuestro amigo.

Una crónica de Adolfo Sanz Rueda

Fotografías: Adolfo Sanz Rueda excepto las que se indican

de Jara Caza

A final ellos son los culpables que nuestro grupo de foráneos (incluso finlandeses) cacemos en algunos montes oscenses en general y en Olsón en particular.
Arriba, Roberto Sistac con un jabalí medalla de oro de Olsón. Abajo, Antonio Gibaja con el buen cochino que cobró en un día de mucho frío.
Fotografías: Roberto Sistac y Antonio Gibaja

de Jara Caza

 

OTRAS CRÓNICAS DE OLSÓN

1.- Crónicas de Olsón, donde caza gente buena (I). Prolegómenos: Atarés

2.- Crónicas de Olsón, donde caza gente buena (II). El punto de vista del decano, Cesáreo Martín

Relacionado

Un ‘cochinazo’ del Pirineo

La casa vieja

 

Próximo capítulo

Crónicas de Olsón, donde caza gente buena (y IV). Colofón del capitán Ernesto Navarrete

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.