Fuente: hoy.es
Los cazadores tienen un papel fundamental en la lucha contra la zoonosis. Al menos es lo que se considera desde la Junta de Extremadura al elevar el cupo de hembras que se autoriza disparar en cada montería o rececho, las modalidades cinegéticas más comunes en la región. Lo que ocurre es que a los aficionados a esta práctica no les resulta especialmente atractivo abatir hembras, que es a lo que se da luz verde porque lo que les gusta llevarse en el morral son trofeos, machos, en definitiva.
Se trata de una realidad que corroboran tanto el actual presidente de la Federación Extremeña de Caza, José María Gallardo, como el que lo fue hasta hace tan solo 15 días, Rafael Domínguez.
«Contrariamente a lo que se pueda pensar por parte de quienes no forman parte de estos círculos los cazadores no salimos al campo a matar por matar, de ahí que no sea especialmente atractivo abatir hembras», indicó Gallardo.
Considera, sin embargo, que los propios cazadores tienen que hacer un esfuerzo por tomar conciencia del papel que pueden desempeñar en este intento por acabar con la zoonosis y animarse a colaborar.
Apunta, no obstante, que la solución al problema no puede recaer solamente sobre ellos sino que también tienen que hacer un esfuerzo los propios ganaderos «controlando, por ejemplo, la densidad de sus cabañas».
