En la prensa

Un ‘pastor’ electrificado para proteger las cenizas de Deva

Fuente: elcomercio.es

El Cementerio Municipal de Deva reforzó ayer el cierre de la zona dedicada al esparcimiento de cenizas, después de que la semana pasara se detectara la irrupción de jabalíes en el recinto. En concreto, se ha instalado un ‘pastor’ electrificado, esto es, un cierre formado por dos cables por los que pasa una corriente de baja intensidad, de forma que los animales que intenten acceder al espacio vedado reciban una pequeña descarga que les haga desistir de su intención. Se trata de un equipo similar al que muchos ganaderos utilizan para evitar que vacas o caballos salgan de los límites de las fincas en las que pastan.

Esta protección se ciñe al espacio donde reposan los restos de difuntos incinerados, dado que es ahí donde se han detectado daños de los jabalíes y la parte más sensible de la necrópolis, al estar las cenizas al aire libre, mezcladas con el césped y el terreno. No obstante, también se trabaja en el refuerzo del cierre perimetral del cementerio en su parte Norte -la ubicada a una cota más baja, cerca de la entrada-, por donde se supone que accedió el animal o animales que escarbaron la tierra. Además del ‘pastor’ electrificado, en este lado se colocará una malla cinegética adicional al cierre ya existente, para dificultar el paso de los jabalíes o cualquier otra alimaña que pueda dañar el camposanto.

Fuentes municipales señalaron que el jabalí entró a esta parte del cementerio el pasado jueves. El Comercio publicó ayer varias imágenes tomadas por un visitante del cementerio, en las que se veían los desperfectos causados por el animal, que levantó parte de la tierra en el entorno del denominado Bosque de las Cenizas, un espacio donde además de esparcir las cenizas se pueden plantar árboles con una placa que recuerda a los difuntos que descansan allí. Los daños pudieron subsanarse con un simple trabajo de jardinería. El Bosque de las Cenizas forma parte de un conjunto formado por cuatro zonas diferenciadas, todas ellas dedicadas a los restos incinerados. Lo completan la Pradera de las Cenizas, un espacio ajardinado de 500 metros cuadrados donde se pueden esparcir libremente y de forma gratuita, el Jardín de las Cenizas, donde se pueden enterrar cofres biodegradables, y el Pebetero, un gran receptáculo en el que las cenizas se pueden verter, también de forma gratuita. En todos los casos se da la opción de añadir placas que recuerden a los difuntos que reposan en ese lugar.

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