En la prensa

«En la caza mayor nunca se había visto una explosión demográfica tan grande como ahora»

Felipe Vegue es presidente de la Oficina Nacional de Caza (ONC) y de la Asociación de Rehalas Regionales Española, Caza y Libertad (Arrecal), uno de los colectivos de cazadores más importantes de España.

-¿Es la rehala una actividad en vías de extinción?

-No. Lo que sí creo es que la rehala tiene que adaptarse a los nuevos tiempos. Y en esa adaptación, todo rehalero tiene que invertir, no solamente su tiempo, sino que tiene que dignificar el trabajo que hace la rehala, invirtiendo en la mejora de los núcleos zoológicos. Y eso, el cazador, el montero, tiene que saberlo para que la rehala reciba una justa contraprestación.

-¿Cuál es la salud y evolución actual de la caza, sigue estancada?

-Ni mucho menos, todo lo contrario. En los dos últimos años hemos experimentado un notable incremento en el número de cazadores, gente que está volviendo. No solamente aquellos que ya tenían su permiso de armas, sino nuevos cazadores, gente joven entre los 18 y los 24 años, que ya prácticamente habíamos dejado de contar con ellos. Esto es posible gracias a la reactivación económica. No hay que olvidar que la caza es una actividad económica más de este país.

-¿Y a nivel cinegético?

-En la caza mayor nunca antes se había visto una explosión demográfica tan grande e importante como hasta ahora. La caza mayor atraviesa por un buen momento, lo único que ocurre es que hay que adecuar los cupos de captura para ser más exigentes a su vez con las piezas que se cazan. Tenemos que bajar la densidad de reses para evitar contagios como la brucelosis, tuberculosis o controlar la población de jabalí para que la peste porcina africana no sea una continua amenaza en ciernes.

-¿A qué se debe el auge de los partidos animalistas?

-La culpa de lo que está pasando en este país en materia de bienestar animal, en ataques en las redes sociales contra cazadores o todas aquellas personas del mundo rural la tienen esas marionetas, esos animalistas dirigidos por políticos del más rancio nacionalismo y contrarios al progresismo, esta palabra tan de moda por la izquierda ultrarradical, y que lo único que quieren es soliviantar los intereses de un país.

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