Una aficionada a la caza que vive en la comarca de Quiroga (Lugo) presentó esta semana una denuncia para tratar de parar el acoso que asegura sufrir desde que inició una discusión a través de Internet con defensores de los animales. La mujer afirma haber recibido amenazas de muerte y graves insultos. No quiere revelar su nombre completo porque es profesora y tiene miedo de que las personas a las que ella acusa puedan promover algún tipo de acción de protesta o intimidatorio en contra ella en su lugar de trabajo.
La denunciante tiene 25 años, sus iniciales son A.R.S y es socia de uno de los cotos de caza activos en la comarca de Quiroga. Suele participar en las batidas de jabalí que se organizan dentro del terreno de su coto. La semana pasada leía una noticia sobre el campeonato de caza de zorro que se celebró el pasado día 13 en el municipio coruñés de Cotobade y la convocatoria lanzada por organizaciones de defensa de los animales para tratar de entorpecerlo, y decidió replicar a otra lectora que había dejado su opinión, contraria a los cazadores y a favor del boicot. Ahí empezó todo.
Ella asegura que en los días sucesivos recibió una avalancha de comentarios críticos, unos publicados directamente en el muro de Facebook de la persona con la que inició la discusión, y otros mediante mensajes privados a su cuenta en esa red social. Algunos simplemente criticaban a los cazadores, pero ella afirma que algunos también la insultaron y otros además le dirigieron amenazas.
«Se me decidín a escribirllle no seu Facebook foi porque cando entrei vin que estaba cheo de comentarios moi agresivos contra os cazadores, con algunha acusación que me parece directamente indignante, como que somos os responsables de que arda o monte», explica la denunciante.
Pasados unos días, y desbordada por los ataques la cazadora decidió suspender su cuenta en Facebook y denunciar lo que estaba pasando. Contactó con un abogado y presentó la denuncia en el cuartel de la Guardia Civil de Quiroga. El juzgado de Monforte que investiga el caso tendrá que decidir si pide a la Guardia Civil que investigue a las personas que están detrás de los insultos más graves y de las amenazas. Para hacerlo tendrían probablemente que pedir a las empresas de telefonía que les proporcionan conexión a Internet que los identifiquen, porque muchos usan seudónimos.
No es el caso de la persona con la que la denunciante entabló la primera discusión, que se identifica en Internet con su nombre de pila y su primer apellido. Se trata de una una activista en defensa de los animales conocida sobre todo en la comarca de O Salnés, donde gestiona un refugio en el que viven varias decenas de perros y algunos caballos. En su página de Facebook publica con frecuencia entradas sobre animales abandonados o enlaces a noticias sobre campañas contra la caza y, en general, contra el maltrato animal.
«Se os debería prohibir tener niños, por mí os castraba y os cortaba la lengua»
«Hijos de puta asesinos, deberíamos ir a por esa escoria», «puta cobarde, a ti te reventaba yo a tiros, bastarda», «ojalá algún día de revienten los sesos, perra asquerosa», «a personas como tú se les debería prohibir tener niños, por mí os castraba a todos y os cortaba la lengua, así que hay que oír más sandeces». Esos son algunos de los textos que la denunciante recibió, en unos casos mediante mensajes directos y privados y en otros visibles en entradas públicas en muros de Facebook. También hubo quien le recordó el caso de Mel Capitán una defensora de intensa actividad en las redes sociales que el año pasado se suicidó.
Pero incluso más que este tipo de insultos y amenazas, le indignaron las referencias a su profesión. Algunos de quienes se enfrentaron a ella en Facebook averiguaron que es profesora y se pusieron a atacarla por ello. «Están publicando mi cara por todos los lados –se queja–, y poniendo en duda mi capacidad profesional como docente».
A A.R.S. le preocupa las consecuencias que estos comentarios puedan tener en su trabajo, tanto en el caso del centro en el que está actualmente como en los que pueda intentar entrar en el futuro.
Fuente: lavozdegalicia.es