En Cáceres, hace treinta años, en 1987, había 23.831, mientras que en 2018 se contaron 11.023 licencias.
«Es un problema grandísimo que afecta a todo. El abandono rural está cambiando el hábitat, hay menos gente que cuida el campo», afirma José María Gallardo, presidente de la Federación Extremeña de Caza, al preguntarle por la disminución de las licencias de caza en la provincia de Cáceres, hecho que está relacionado con la despoblación. Según datos facilitados por la Junta de Extremadura al Diario HOY, en el año 2000 había en esta provincia 18.159 licencias de caza. El numero ha ido bajando a lo largo de los años hasta llegar a 11.023 licencias en el año 2018.
Si comparamos la cifra de 2018 con la de hace treinta años vemos que el número de licencias se ha reducido en algo más de la mitad, ya que en el año 1987 había 23.831, según datos del I Congreso Internacional de la Caza en Extremadura que tuvo lugar en 1987 en la ciudad de Cáceres.
José María Gallardo señala que los datos de las licencias de caza, de todas formas, no supone el número de cazadores en la provincia, «ya que un cazador puede tener hasta ocho licencias de caza. Un mismo cazador puede tener licencia para cazar perdiz con reclamo, o con galgo. Eso es una locura, por eso ahora se ha modificado y ya se ha decidido que solo habrá una licencia».
Gallardo lamenta que la despoblación de los pueblos signifique el abandono del campo, de las parcelas. «Está cambiando una manera de vivir ligado al mundo rural, el poder salir de tu casa, coger los perros que tienes al lado, e ir casi caminando a cazar», señala.
La realidad es que si en el año 1960 en la provincia de Cáceres había 556.759 habitantes, según el último padrón aquí viven ahora 396.487 personas. De esos menos de 400.000 mujeres y hombres, 96.720 viven en la capital , lo que supone que uno de cada cuatro habitantes de esta provincia reside en la ciudad de Cáceres, algo que resultaba totalmente impensable hace varias décadas.
Llamó la atención en el último padrón oficial que había 10 localidades en Extremadura que tienen menos de 100 personas. De esas diez localidades, nueve están en la provincia cacereña. Son Valdecañas de Tajo con 99 habitantes, Berrocalejo con 91, Campillo de Deleitosa con 62 vecinos, Ruanes con 65, Cachorrilla con 78, Pedroso de Acim 85, Robledillo de Gata con 91 y Garvín con 98. La población pacense es El Carrascalejo con 67 habitantes.
Se podría pensar que a menos cazadores más caza, pero el presidente de la Federación Extremeña indica que no es así: «No hay caza, sobre todo menor, porque no hay un buen control de depredadores. Hay más jabalíes, más zorros… el campo no se cuida y hay más enfermedades también en la caza menor», asegura.
En el último informe anual de la situación de la caza en está comunidad autónoma, que realizó la Federación Extremeña de Caza, ya se hacía hincapié en el problema de la despoblación.
Gallardo señalaba la importancia de invertir en caza en Extremadura. Aseguraba que la caza es y debe seguir siendo una actividad imprescindible para el desarrollo rural, la conservación de los espacios naturales, la biodiversidad y la conservación animal y humana. «Conservación del humano -recalcaba-, que se antoja especialmente difícil en 14 provincias españolas, donde más del 80% de sus municipios están en riesgo de desaparecer, y con ello llegará el abandono, el frío, la oscuridad, la nada». Se quejaba de que en lugar de preocuparse por evitar un catastrófico «invierno infinito» en el mundo rural, las propuestas de algunos lobbies y grupos políticos, «se centran en prohibir, alejar y excluir a las personas de lo que más quieren, de su cultura antropológicamente opuesta al pensamiento excluyente de nuestros ‘ilustrados’ ecologistas y animalistas».
Los cazadores se examinan para serlo desde los años noventa, siendo Extremadura y Andalucía las primeras comunidades en implantar los exámenes. Una persona puede ser cazador después de realizar un curso en un fin de semana y luego examinarse. «Yo soy optimista -dice Gallardo- porque está aumentando la formación en los cursos federados que damos. Si en el año 2017 se formaron a 900 nuevos cazadores, en el año 2018 esa cifra aumentó en otros 150 más».
Fuente: Hoy, Diario de Extremadura