Las vacaciones, sin sustituto, del técnico que tramita las peticiones en Medio Ambiente han paralizado monterías y batidas de jabalíes mientras aumentan los daños en cultivos.
No es la primera vez que pasa, por ello el indisimulado cabreo de cazadores y agricultores. Y todo debido al bloqueo de las comunicaciones de distintas modalidades de caza mayor, como ganchos o batidas y esperas en cotos de caza, que han permanecido durante el pasado mes de septiembre sobre la mesa del técnico encargado, que estaba de vacaciones sin que en la sección de Vida Silvestre del Servicio de Medio Ambiente de Zamora se haya habilitado a otro funcionario para dar curso a los expedientes.
La situación tiene más que molestos a cazadores y agricultores, especialmente en estas fechas cuando se suceden los daños en cultivos, fundamentalmente provocados por el jabalí, sin que se hayan concedido las batidas para el control de la especie. «Cuando solicitas batidas o esperas por daños en los cultivos no te puedes dormir en los laureles porque el que se queda sin maíz es el agricultor mientras que al técnico de turno no le entra ni frío ni calor» expresa José Manuel Soto, responsable de Medio Ambiente de la organización agraria COAG.
En este periodo los sembrados de maíz son especialmente vulnerables a los daños, sobre todo del jabalí, que encuentra alimento y refugio en las plantaciones. Es la razón de que se hayan solicitado batidas cinegéticas para el control de la especie salvaje y con ello intentar aminorar daños. «No se trata de una matanza indiscriminada de animales, hay que hacer una gestión y regular los cupos de población» defiende José Antonio Prada, delegado provincial de la Federación de Caza. Por ello se muestra muy crítico con lo ocurrido el pasado mes de septiembre en el Servicio de Medio Ambiente de Zamora, «que por desgracia no es nuevo. Si un funcionario no está, por permiso, vacaciones,una baja o la razón que sea, lo normal es que el cometido lo asuma otro y no tener montones de expedientes paralizados encima de una mesa».
Eso es lo que ha ocurrido con las comunicaciones presentadas en el Servicio Territorial de Medio Ambiente, muchas justificadas por daños de la fauna salvaje en los cultivos de maíz, que han permanecido bloqueadas. La semana pasada se vivió una situación esperpéntica, cuando se requirió la mediación de representantes de cazadores y agricultores para autorizar «in extremis» una montería solicitada para el domingo sin que dos días antes la Junta hubiera dado curso.
Finalmente la intervención del propio jefe del Servicio de Medio Ambiente desbloqueó el problema y pudo llevarse a cabo la jornada cinegética que culminó con 13 jabalíes abatidos en un maizal, aunque «se fallaron unos cuantos y en la parcela quedaron muchos más». Así lo confirman cazadores que participaron en la cacería para certificar el exceso de población de esta especie.
La esperanza de cazadores y agricultores es que con la incorporación del funcionario de Vida Silvestre, este mes de octubre, se desbloquee la situación y puedan llevarse a cabo batidas y esperas, solicitadas muchas por los cazadores a instancias de los agricultores que ven cómo la presencia de jabalíes (y en menor medida ciervos) merma las producciones.
«A ver si se corrigen estos fallos porque las demoras de los permisos de caza traen muchas consecuencias; no solo en los perjuicios para los agricultores soportando auténticas plagas como las del jabalí, también por los accidentes, que son continuos» advierte José Manuel Soto. El sindicalista agrario dice haber sido testigo durante tres días de la presencia de ciervos en la calzada de la autovía A-5, en la entrada de Otero y en Requejo de Sanabria. «Y no hay que irse tan lejos porque estamos viendo los problemas en el entorno de Zamora, donde los jabalíes tienen machacadas las fincas de cultivo».
El representante de COAG exige a la Consejería de Medio Ambiente que dicte una normativa por la cual «no queden las autorizaciones de caza al capricho de una persona, porque la agilidad es importante. No es lo mismo tomar medidas hoy en una parcela de maíz que dentro de una semana».
José Manuel Soto apela a los responsables de la Administración; «no se puede hablar de lucha contra la despoblación y a la vez permitir que se abandone la agricultura por la invasión de la fauna. Porque al final se deja de sembrar y los animales se van desplazando a otras zonas, como está pasando en Tábara, Alba y Aliste que ya están pagando las consecuencias del abandono de los cultivos».
Fuente: El Correo de Zamora