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El nuevo Gobierno crea la Dirección General de Protección Animal, a cargo del responsable animalista de Podemos

Protección Animal

El nuevo Gobierno crea la Dirección General de Protección Animal, a cargo del responsable animalista de Podemos, Sergio García Torres, quien será el primer alto cargo que tiene España para el bienestar animal.

El actual responsable del área de protección animal de Podemos será nombrado hoy y el objetivo principal de la Dirección General será sacar adelante las directivas europeas en bienestar animal, como por ejemplo una ley específica sobre la amputación de rabos y orejas a perros. El pacto de Gobierno entre el PSOE y UP contempla, en su punto 3.16, que el nuevo Gobierno impulsará una Ley de Bienestar Animal «que garantice una relación respetuosa hacia todos los seres vivos».

Antes de todo eso –aunque para el caso de las directivas europeas precisamente no aplique–, las fuentes explican que se está negociando qué competencias tendrá la dirección general. Actualmente, a falta de un organismo que centralizase estas políticas, hay cuatro ministerios involucrados, y por si fuera poco, buena parte de las competencias están traspasadas a las Comunidades Autónomas.

El objetivo de la Dirección General de Protección Animal será conseguir cuantas competencias sean posibles, aunque son conscientes de que tendrán sus límites.

Otro de los objetivos de la Dirección General será la identificación de animales de compañía «como el primer paso hacia al abandono cero. Necesitamos unificar algunas cosas en coordinación con las Comunidades Autónomas. Por ejemplo, crear un registro estatal unificado, porque ahora cada región tiene el suyo. Si eres de Madrid y pierdes tu perro en Toledo no hay manera de localizarlo», explican las fuentes.

La protección animal es especialmente sensible para la formación morada y específicamente para su líder, Pablo Iglesias, como se pudo comprobar durante el debate por el que se aprobó ratificar el convenio europeo sobre la protección de los animales de compañía que, entre otras cuestiones, prohibía amputar el rabo a los perros, una costumbre vinculada al mundo de la caza y a ciertas tendencias estéticas con determinadas razas de canes.

Fuente: eldiario.es

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