Ha empezado la temporada y con ella la actividad con nuestros fieles compañeros. Sin duda, larga ha sido la espera, tanto para nosotros como para ellos, siendo las ansias de campo nuestro mayor deseo de disfrute.
Pero antes de comenzar nuestras marchas por los campos, hay tener en cuenta una serie de consejos que nos harán disfrutar plenamente de las jornadas cinegéticas y de nuestros compañeros caninos.
1.- Antes de iniciar la caza, aprovechar para realizarle una revisión veterinaria (vacunaciones, desparasitaciones, etcétera…). Es la excusa perfecta para, al menos 15 días antes del inicio cinegético, hacerle un chequeo completo.
2.- Revisar toda la documentación: cartilla veterinaria al día de vacunaciones y desparasitaciones, identificación, seguros…
3.- Comprobar que el transporte se realice siguiendo la legislación vigente. No llevarlo en la cabina sin redes separadoras y, si paramos, proporcionar ventilación suficiente.
4.- Asegurarnos que está desparasitado vía interna, siguiendo el protocolo establecido por el veterinario, y que la colocación de collares externos o pipetas no sea anterior a diez días previos para que su efectividad sea máxima al inicio de las salidas cinegéticas.
5.- No olvidarse del agua, tanto al inicio como durante y, especialmente, al final de la caza. Lo mejor: un bidón de 5 litros por perro, dejándolo a la sombra durante la caza, y una botellita para la marcha garantizará que no privamos del preciado líquido a nuestro sediento compañero.
6.- Tener siempre a mano un botiquín específico para atender las necesidades que pudieran tener nuestro perro: curas para heridas, desinfectantes y agua oxigenada para inducir al vómito en caso de ingestión de sustancias extrañas no ocupa espacio y nos puede ser de gran ayuda. Consultar con vuestro veterinario y os ayudará a confeccionar este pequeño botiquín.
7.- Ya sabemos que no se hace, pero no está de más recordarlo: no eviscerar las piezas en el campo y, en caso de ser inevitable, jamás, jamás y, en caso de duda, jamás, dárselas a nuestros perros. El listado de problemas puede ser infinito y muy caro para todos.
8.- Llevar algunas golosinas caninas y dárselas ante buenas posturas, cobros o muestras. Es una forma de fortalecer no sólo los vínculos con nuestro compañero, sino de mejorar su actividad cinegética. Los primeros en saborear las cosas bien hechas siempre seremos nosotros.
9.- Después de cazar el aseo se hace obligado, revisando bien a nuestra mascota: eliminar garrapatas, espigas o restos vegetales, curar pequeñas heridas, eliminar cuerpos extraños de oídos, ojos o extremidades… Dándole una reparadora y refrescante ducha, si hace calor, garantizamos, además, una barrera a indeseables bichitos tras nuestra jornada campera. No está de más aplicarle una crema hidrante a sus almohadillas para evitar que se aspeen.
10.- Ya en casa llega el momento de la comida reparadora en su justa medida, sin abusar de preparados caseros; lo mejor, el pienso especialmente programado para ellos y ya, al final, una última golosina.