Y yo, como veterano neófito en el asunto, siempre dispuesto al aprendizaje, me vuelvo a preguntar ¿lo tenemos todos claro con el venado ibérico?
Deambulo mucho por este sector de la caza, y al respecto de esta incógnita hablo con los unos y los otros, con los de aquí y los de más allá, con los legos y los versados y cada día tengo una empanada mental de mayor calibre al respecto, les tengo que confesar. Hay dos factores que no tenemos nada claro: ni lo que tenemos ni lo queremos, y así no hay forma de unidad.
Sobre los orígenes de toda esta insana controversia también oigo varias historias y subterfugios, que no haré públicas por no disponer de toda la información al respecto. Sobre los intereses de unos pocos y de unos muchos, sobre batallas quijotescas en defensa del adalid de la verdad absoluta. Supuestos señores, supuestos pactos, supuestos misterios maquiavélicos.
Al respecto, he tenido la fortuna de haber recibido auténticas clases dogmáticas, magistrales, cargadas de prosa y argumentaciones, en uno y en el otro sentido, sobre lo ibérico y lo no ibérico. Les diré que algunas de ellas, las menos, con el ataque a la postura contraria como única defensa, descalificando, en lugar de uniendo y construyendo, pues muchos son los celos, envidias e intereses que hay en este mundo. Todo sea dicho.
Sobre el establecimiento de pautas inequívocas para la distinción de la pertenencia de un ejemplar a una u otra subespecie, a nivel personal, les diré que en cuanto a este punto, la cosa debería ser relativamente sencilla, pues a simple vista, si usted me pone un ejemplar de cada enfrente, no dudaré en identificarlos sin problema a primera vista. Muchas son las características morfológicas que los diferencian, tamaño, cuerna, color, barbas…etc.
No obstante, ¿qué sucede cuando esa sangre europea fluye por las venas ibéricas en una
tercera o cuarta generación de venados, machos o hembras, cruzados? ¿Le resulta a usted tan fácil -desde luego a mi no- distinguir un venado fruto de una hibridación proveniente de cinco generaciones atrás, cuando ya ha perdido selectivamente el 80% , sino más, de las características morfológicas diferenciadoras?
Para complicar un poco más el asunto, en nuestra valoración en verde sobre un animal en concreto, no hemos de olvidar las posibles influencias de los nuevos piensos y productos alimenticios que se administran a estos animales, algunos de ellos de auténtica “ciencia-ficción”, y que consiguen lo que se les antoja con sus desarrollos. ¿Y los continuos cruces y mejoras de sangre, tan de moda últimamente por algunos pagos? ¿Son éticamente admisibles o son una aberración? ¿es legal, es ilegal, es alegal?
Cierto es que años atrás se realizó un bien intencionado trabajo en este camino, en el intento de, mediante el análisis genético del ADN, determinar las bases de lo ibérico que era un animal u otro, pero en el punto el que estamos, en el que el rumor está en la calle, y desde aquí lo hago público, hay muchas dudas por parte del sector acerca de la correcta determinación del patrón tomado como base y, desde este modesto púlpito, ruego a los estamentos pertinentes que de una vez por todas se pronuncien de nuevo al respecto, refrendando lo existente o planteando el tema a debate y estudio.
Y ahí no acaba la cosa. Del cochino ya hablaremos.