Fuente: elmundo.es
Los montañeros, senderistas, ciclistas, excursionistas y demás aficionados que estos días salen al monte saben bien lo que pasa. Es como si fueran a la guerra. Literalmente. A más de uno, y de diez, según fuentes de los colectivos afectados, las balas les han pasado silbando. El pasado 15 de febrero, sin ir más lejos, una mujer que participaba en una montería en el término madrileño de Valdemorillo, recibió un disparo en una pierna, teniendo que ser hospitalizada en estado grave.