Panorama montero

Por fin en Almogía con Juan José Jiménez, mereció la pena el viaje

en Almogía con Juan José.
Juan José con Alejandro, uno de cazadores cántabros asiduos en Almogía, con el buen navajero que cobró el segundo en Lagar del Fraile.

Tenía unas ganas tremendas de ir después de estar dos años, por distintas circunstancias, sin poder acudir a la fiesta jabalinera de Almogía de Juan José Jiménez Morandeira.

La intención era llegar la tarde-noche del jueves 3 de noviembre a la casa rural de la familia Jiménez Fernández, Venta Las Palomas, centro de reunión por esos días de cazadores, algunos de ellos amigos cántabros de Juan José.

Después del gancho en Cerro la Dehesa para el equipo de Juan José Jiménez Gestor Cinegético.

Pero de nuevo todo se torció.

¡Otra temporada más multitud de imprevistos hacían peligrar mi presencia en Almogía!

Mucho trajín después, por fin el sábado día 5 pude arrancar en dirección a la localidad malagueña, por lo menos llegaría al cierre de la fiesta.

El día asoma a Venta Las Palomas, desde arriba Almogía vigila.

La Venta Las Palomas tiene mucho encanto, natural, histórico y cinegético, situada debajo de Almogía, en un lugar privilegiado sobre el río Campanillas, y decorada con preciosos y grandes trofeos de Juan José y de su hija María José, aquí no se esconde la condición de ser cazador.

Por cierto, Venta Las Palomas también tiene su historia, situada en la antiquísima carretera o más bien calzada Madrid-Málaga, se dice que Isabel Ia Católica, en sus cuitas con los musulmanes, pernoctó allí.

Tan intrincados como bonitos son estos Montes de Málaga, merecedores de visita reposada, mucho que ver, saborear y disfrutar.

Desde que conocí a Juan José Jiménez Morandeira en El Pozuelo, en octubre de 2019, me causó muy grata impresión.

Juan José Jiménez Morandeira

Conocí a Juan José no hace mucho en aquel paisaje lunar de El Pozuelo, en octubre de 2019, en la montería que echó cuando era la mitad de Cinegética Montes de Málaga.

Cien piezas entre cervuno y jabalí bajaron ese día a la junta de carnes, tras mucho bregar.

Me causó muy grata impresión, me pareció una persona sencilla, de buen trato y que sabía mucho no, muchísimo de campo y de caza.

Habla muy bien la caza, sobrado de conocimiento, con la suficiencia del capaz que no del engreído. Y lo demuestra en el campo.

Si hay una docena de cochinos en la mancha, es capaz de meter una quincena a los puestos.

Es un hombre muy trabajador, familiar, tranquilo, sincero, buen tipo, por el que tengo respeto y admiración y con el que he hecho muy buenas migas.

FOTOGALERÍA DE LAGAR DEL FRAILE

Los monteros con el gran cochino cobrado en Lagar del Fraile.

Arriba, Alejandro con su paisano Juan José, y sobre estás líneas con Ra, y el estupendo cochino que cobró en Lagar del Fraile.
Plantel de Lagar del Fraile.

Menos cochinos que otras temporadas

Como ya he comentado, el jueves se cazó Cerro la Dehesa para lo más allegados de Juan José, al igual que el año pasado, las 13 escopetas que cerraron la mancha se fueron bolos, cero.

Pocos más puestos el viernes en el Lagar del Fraile, 15, que consiguieron cazar 10 cochinos, con tres buenos verracos, especialmente uno de ellos que habrá que medir.

Como casi todas las temporadas, el sábado se cazó La Robla, una de las monterías grandes. Se montaron 48 puestos para cobrar 18 jabalíes con cinco navajeros.

En La Robla Juan José tuvo que hacer verdaderos malabarismos con los perros para remeter los cochinos a la mancha, pudiéndose cobrar al final los 18 referidos.

Posiblemente por la pertinaz sequía de la comarca en los últimos tiempos –por esa época llevaba meses casi sin llover–, aunque seguramente había alguna causa más, el caso es que había menos jabalíes que otras temporadas.

Para que se hagan una idea, en los tres primeros días esta temporada se han cobrado 18 (con ocho navajeros), por 47 (con dos navajeros) en la 2021-2022 y 90 (con 12 navajeros) en la 2020-2021, en los tres primeros días, repito, sin contabilizar la montería del domingo.

FOTOGALERÍA DE LA ROBLA

Francisco Javier con su padre Curro y un espectacular doblete de La Robla, un gran navajero y un zorro para medir.
en Almogía con Juan José
María José con Antonio Galiano, de Producciones Galiano, que graban habitualmente la fiesta jabalinera de Almogía.
Los monteros con otro de los navajeros cobrados en La Robla.

Otros jabalíes cobrados en La Robla

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Otro festival jabalinero en Almogía con Juan José Jiménez. Con tres vídeos de Producciones Galiano

Maravillosa la fiesta jabalinera de Almogía con Juan José Jiménez Morandeira, 116 cochinos cobrados en abierto

En El Campillo

También, como es habitual, el domingo se montearía El Campillo, en la que las temporadas anteriores se habían cobrado 46 jabalíes con cuatro navajeros (2021-2022) y 26 con dos navajeros (2020-2021).

¿Qué nos depararía esta?

No veía muy entusiasmado a Juan José, pero tenía un plan B, como en él es habitual, por si se torcían las cosas.

Desayuno y sorteo

La subida de la casa rural a la villa de Almogía es digna de La Vuelta, y para escaladores de los buenos.

Antes de comenzar a subir un puente romano cruza el río Campanillas, ven cómo hay que venir por estos lares.

Almogía blanca, muy bonita, soleada, histórica.

La mañana estaba fresca, pero pronto el sol tomó protagonismo y sobraban forros y chaquetas.

La Posada de Almogía se antoja un lugar ideal para realizar el desayuno y el sorteo de una montería.

Además para disfrutar de los estupendos molletes al gusto del montero, desayuno clásico y continental a la vez.

Juan José hizo las consideraciones sobre la seguridad, y después explicó lo que esperaba del día, fue sincero, y aunque tenía esperanza de que se diera bien, confirmó que había menos cochinos que otros años.

en Almogía con Juan José
Victoria recibiendo su título de montera.

Antes de comenzar el sorteo, Juan José quiso rendir un pequeño homenaje a la mujer cada vez más presente en la cacería, a través de la joven Victoria Rosales, que se hizo montera con un bonito y buen venado que cazó en Puerto de Líbar. María José le hizo entrega del diploma acreditativo de tal hecho.

Sorteo por armadas, muy rápido, con el postor, para que nadie se pudiera perder, presente en la mesa.

Tras salir el primer cierre antes de las 9:30, sin solución de continuidad, Juan José anunció el sorteo del segundo:

«Señores, se sortea la armada de Monterroso, postor Juanillo, aquí presente».

Fui nombrado en segundo lugar y la suerte me envió al 5 de la citada armada.

Juanillo, muy agradable, colocó por orden los vehículos y sin más dilación salimos.

en Almogía con Juan José
Tan familiar es Juan José que en la tarjeta del puesto incluye una fotografía con Pedro, su añorado padre.

¡Qué maravilla de puestos!

Los puestos estaban colocados de maravilla, muy lejos, buscando no molestarse y con mucho tiradero, normalmente de testero, pero eso sí, dominando todas las posibles carreras de los cochinos.

El Campillo no es una mancha al uso, colinas, cerros más altos, labor, barrancos algunos muy pronunciados, desigual de monte, con arroyos y buenas pistas.

en Almogía con Juan José
Desde el 5 de Monterroso el padre de todos los testeros.

Cuando llegamos al 5 Juanillo me dijo: «Aquí tiene usted su testero». ¡Ojo, testero, no puesto!

Y es que aquel era el padre de todos los testeros, ¡madre mía!, podía tirar sin problema al frente y en 180º, teniendo solo cuidado con una pista a mi derecha.

Y podía disparar prácticamente cero a 300 metros.

en Almogía con Juan José
El zoom a tope para poder localizar a Nuria -siempre alerta- en el 6 de Monterroso.

Al 4 ni le veía, no había inconveniente alguno, y allí en la lejanía, lontananza, estaba la joven montera Nuria Criado en el 6.

Nuria grabó un pequeño vídeo en el que se ve perfectamente también su extraordinario tiradero.

 

¡Qué bien! Ya había merecido la pena el esfuerzo realizado para venir a Almogía a visitar al amigo Juan José Jiménez.

Y de pronto, la montería ‘explotó’

Allí se estaba en la gloria, sentado en un a modo de sillón natural entre piedras, dominando todo sin necesidad ni de estar de pie.

Y encima la ligera brisa decía que no aireaba, ¿qué más quería?

Temperatura primaveral. Calma chicha.

Pasaron los camiones de los perros, a lo lejos se les escuchaba ladrar demandando la suelta ya.

Era aún temprano y ya se habían colocado los 49 puestos.

Y de pronto, la montería ‘explotó’.

Justo a las 10:48, lo sé porque me pilló mirando el móvil, sonaron casi seguidos los tiros correspondientes a tres lances distintos.

Como hasta las 11:15 aquello fue el acabose, ¡vaya tiroteo! ¡Qué barbaridad!

Parecía que puestos tan magníficos como el 5 y 6 de Monterroso no iban a tener el premio de un jabalí cruzando su tiradero en este primer arreón.

Ligero receso en la pirotecnia, cuando dos rifles comenzaron a tronar de nuevo en sendos lances distintos.

Uno parece que acabó con buena puntería, mientras que el otro, hasta cinco veces ¡pum! Espaciadamente, eso sí.

Y es que en estos testeros tan magníficos, a veces no es fácil acertar a un cochino arreando a mucha distancia.

El lance

El cochino apareció por mi derecha. No era muy grande.

Llevaba un trote cochinero ligero, iba a buena marcha, y más después de las cinco salvas de las que se había librado.

Se paró ante el alto talud de la pista, no quise tirarle ahí.

Por fin saltó al otro lado y tomó otra vez su paso rápido, entonces iba muy enmontado.

Giró un poco a su izquierda, como acercándose hacia mí, cuando giró de nuevo, como para cruzar por la parte baja del cerro, del testero, estaba a unos 150 metros, y ahí le estaba esperando con el visor a ocho aumentos y el pelo puesto.

Ahora el ¡pum! me tocó a mí, y el fallo, aunque debió andarle muy cerca.

Con el rifle desencarado esperé a ver dónde podría tener una nueva oportunidad, le esperé en un clarito al borde de una encina, ya más lejos, y el resultado fue exactamente igual que en el tiro anterior.

Bien es verdad que en todo este trayecto le podía haber tirado cinco, seis, quizá siete veces, ¿para qué?

Tiré dos veces en momentos favorables para mí y simplemente no hubo suerte por muy poco.

Además, el cochino llevaba la carrera franca hacia Nuria, y era su oportunidad, como el 6 estaba tan lejos el jabalí tardó un rato en llegar.

Al fin llegó a su tiradero, Nuria hizo ¡PUM! y adiós jabalí, ni tan mal, muy merecido. Aplausos para la joven.

Y después también grabó un pequeño vídeo donde se ve el jabalí recién abatido.

Nuria con una buena cochina que cobró en otra montería.

Rarísimo

No les voy a decir que me alegré más que si lo hubiera cazado yo, pero casi.

No sé si esto significará cierta pérdida de afición por mi parte, posiblemente, aunque seguramente sea otra forma de ver la caza con el paso de los años.

En estos pensamientos estaba, cuando de pronto la montería se paró, se vino abajo.

Otra vez calma chica. Rarísimo.

Algún tiro lejano, muy de tarde en tarde.

Pasaron las rehalas cazando muy bien por el testero, pero los perros callados, muy lejos de cuando a las 11:00 ladra iba, carrera venía.

Calor. Final. Se había hecho toda la montería prácticamente solo en nuestra zona.

Lluvia tardía pero bienvenida, deseando volver

Estupenda la comida en La Posada de Almogía, apetecían los callos a pesar de la calorina.

Bajé hasta la junta de carnes en la Venta Las Palomas, Juan José y María José estaban tristes, ponen mucho encima de la mesa para que todo salga bien.

Se cobraron 12 cochinos, hice una foto a padre e hija con una cochina grande.

Y eso que Juan José aplicó su plan B, soltando en las 100 hectáreas nuevas que había arrendado añadiéndolas a la batida, zona muy querenciosa cuando aprieta el calor y allí estaban prácticamente todos los cochinos.

También había trazas de haberse chanteado la mancha, una pena, de lo que se libró la zona nueva arrendada.

Con todo, era pronto, ni las 16:30. Nos despedimos.

Se subieron a comer algo y atender a los monteros mientras que yo puse rumbo a casa para pasar lo antes posible la virada carretera hasta la autovía.

Hace nada, más de un mes de la celebración de la fiesta jabalinera de Almogía, telefonee a Juan José. Estaba feliz en lo profesional, había llovido, 150 litros, había llovido vida, de tal manera que era optimista tanto con los olivos como con los almendros.

«Lo que son las cosas, Adolfo, ahora que ha llovido se ha llenado esto de cochinos, como siempre, aquí están para quitarle tranquilamente los 100».

Es que no es raro que en la fiesta jabalinera se pase de los 100 jabalíes cobrados, con varios navajeros, en abierto.

Por mi parte estoy deseando volver, con calma, tranquilo, pasar tres o cuatro días con esta gente maravillosa con la que tan bien me siento.

Y si encima soy capaz de cazar un jabalí, ya sería la leche.

¡Gracias por tu trato y hospitalidad, Juan José Jiménez Morandeira!

Una crónica de Adolfo Sanz Rueda

Fotografías: Adolfo Sanz (El Campillo) y Juan José Jiménez (resto)

en Almogía con Juan José
Juan José y María José con una de las cochinas cobradas en El Campillo.

DATOS DE LA MONTERÍA

en Almogía con Juan José

Organización: Juan José Jiménez Gestor Cinegético

Fecha: 6 de noviembre de 2022

Finca: El Campillo / Finca abierta

Hectáreas monteadas: 650

Término: Almogía, Málaga

Puestos: 49 / Sin cupo / Rehalas: 8

Jabalíes: 12

 

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