Panorama montero

Los sueños: fin de semana montero del RCM

Los sueños montería
Los sueños…

Los sueños están para cumplirlos. El fin de semana del 17 al 19 de noviembre de 2023 el Real Club de Monteros (RCM) vio, por fin, cumplido el sueño de celebrar un fin de semana montero completo, monteando sábado y domingo, y no sólo completo en lo que a la práctica cinegética se refiere, si no a la convivencia que perseguíamos desde hace tiempo entre todos nuestros socios. 

Desde el primer momento se gestó, predestinados estábamos a ello, esa camaradería que sólo puede entablarse entre personas educadas, amables, cariñosas, con ganas de disfrutar y ponerlo fácil, imbuidas por la magia del monte y unidas por una afición común, esta pasión que es la caza y en particular nuestra tradicional montería.

Los sueños montería
Monteros atentos a las indicaciones sobre el monteo de la mancha.

Acierto organizativo Los sueños

Tras muchos esfuerzos llevados a cabo por la actual Junta y de la mano de Miguel Ángel Perlado Sotodosos y Pablo Fernández Gasset, por fin se trazó el plan, que se ejecutó, con la inestimable guía y experiencia de Alberto Muñoz-Calero, en las manchas Cuartel de la Garganta, en Toledo, y Guadarranquejo, en Cáceres. 

El acierto organizativo llevó a que se tomase como cuartel general de nuestro encuentro la localidad toledana de La Nava de Ricomadillo, buscándose múltiples alojamientos en pueblos limítrofes (v.gr. Gargantilla, Sevillleja de la Jara, Buenasbodas etc…) para albergar a la gran multitud de socios que acudieron a la cita. Tres generaciones de cazadores se dieron cita para compartir un fin de semana cinegético para el recuerdo. Gran cantidad de jóvenes socios junior animaron el encuentro, ansiosos por compartir y escuchar las historias de los más veteranos que, con su sapiencia, paciencia y sabiduría, en agradables conversaciones, se relacionaron con aquéllos para seguir educándoles en este arte que es la montería española.

Cuartel de la Garganta: finca suave, de grandes testeros y barrancos, cuajada de jarales con amplísimos tiraderos

Las cenas se llevaron a cabo en el restaurante La Rueda ubicado en La Nava de Ricomadillo. Allí el viernes, al terminar la cena, se desarrolló el sorteo de la primera montería que tendría lugar el sábado en la preciosa mancha Cuartel de la Garganta. Finca suave, situada entre Sevilleja de la Jara y Anchuras, de grandes testeros y barrancos, cuajada de jarales con amplísimos tiraderos. Los dos días resultamos bendecidos con un tiempo sencillamente espectacular. Sol, y prácticamente ausencia de viento, como tónica general, nos dispusieron a dos jornadas de plácida montería. Batimos el sábado casi mil hectáreas cerrando la mancha con sesenta y dos puestos. 

La mañana comenzó con un estupendo desayuno en la finca El Horcajuelo en el que dimos cuenta de las tradicionales migas etc… terminando, antes de salir al monte, con el rezo de nuestra hermosa Salve Montera y una foto de familia arropados por nuestra enseña nacional.

El cervuno protagonista indiscutible Los sueños

En la montería el cervuno fue el protagonista indiscutible. Las constantes carreras de las reses, empujadas por las veintiuna rehalas que batieron, pusieron a prueba la pericia de nuestros socios que tras disparar más de 470 tiros dejaron en el tapete la increíble cifra, monteando en abierto, como reza nuestro credo, de 144 animales (15 jabalíes, 31 venados y 98 ciervas), a los que se rindió cumplido homenaje en un tableau fantástico. La grandísima mayoría disfrutó de lo lindo. 

Nuestros amigos de AEPES concurrieron a la cita y cobraron con la maestría de sus perros y guías alguna res y jabalí heridos. 

Después de la comida, celebrada en el mismo lugar que el desayuno, muchos acudimos a la misa que se celebró en La Nava a las 20,30 horas, oficiada por el joven P. Héctor para los socios del RCM, y de ahí acudimos de nuevo a la cena en el restaurante La Rueda para disfrutar al final del día de una copiosa cena y del sorteo de la montería del siguiente día, que tendría lugar en Guadarranquejo, con la algarabía que nos caracteriza y la paciencia de los organizadores. Las jóvenes monteras ayudaron en la recaudación de los distintos gastos para gozo de todos.

Guadarranquejo es una de las manchas más salvajes y duras de nuestro suelo patrio

Guadarranquejo tiene para el que suscribe un encanto especial, evocador de gratos tiempos pasados, pues fue la mancha en que abatí hace muuuchos años mi primer jabalí, un bonito navajero, con una escopeta del 12 regalo de mi difunto padre. 

Es Guadarranquejo una de las manchas más salvajes y duras de nuestro suelo patrio, situada en plena sierra alta de Altamira (Las Villuercas). 

Coronada por unos riscos graníticos espectaculares en lo alto de la sierra, que deja caer sus empinadas faldas sembradas de pedrizas, jarales y regatos, cuajados de madroños y encinas, hasta morir en el arroyo Guadarranquejo –que da nombre a la finca– del que parte la otra falda de la mancha, más corta y suave que la anterior, repleta de árboles típicos del bosque mediterráneo, y que sube hasta la armada de la cuchilla que cierra la finca por el lado opuesto a la sierra, lindando con la reserva de Matallana, Guadarranquejo compone un cuadro montero de muy difícil parangón.

Las vistas desde casi cualquier postura, son, sencillamente, para el recuerdo

Sus vistas, desde casi cualquier postura, son, sencillamente, para el recuerdo. Más de un montero al que animé a subir a la cuerda de la sierra (puesto que se colocaron de forma voluntaria) al acabar me indicó que nunca había estado en un puesto tan bello de montería. La falda de la sierra se cubre con amplios cortaderos y los puestos naturales por encima de estos están al pie de bellos callejones por los que se zorrean las piezas provocando lances de una plasticidad inolvidable. 

Se batió la dura mancha esta vez con veintidós rehalas. La montería se desarrolló con gran intensidad y muchísimos disparos, casi tantos como el día anterior, que acabaron con otro resultado espectacular, 83 animales cobrados (20 guarros, 25 venados y 38 ciervas) en abierto. En la posterior comida en el Puerto de San Vicente, dónde también se desayunó, la alegría era desbordante.

Nuestra presidente con algunos miembros de la Junta del RCM.

Un inolvidable encuentro de familia por encima de la caza y la suerte en los lances

Pero por encima de la caza y la suerte en los lances, lo que vivimos, queridos socios, fue un inolvidable encuentro de familia, que estrechó, sin ambages, los fuertes lazos de amistad entre los socios concurrentes, demostrándonos que el espíritu del RCM está más vivo que nunca y que la pasión que nos ata, la montería, es un regalo divino, si respetamos sus tradicionales normas, que no hay motivo alguno para cambiar y que, además, hay renuevo. Nuevas generaciones de jóvenes e ilusionados cazadores. 

Agradecer de nuevo a Miguel Ángel, Pablo y Alberto el gran trabajo llevado a cabo para que disfrutásemos tantísimo. Todos nos quedamos con ganas de repetir. Si Dios quiere repetiremos el próximo año este encuentro de fin de semana con vocación de permanencia en el tercer fin de semana de noviembre. ¡Ya queda menos! 

Como gritó nuestra fantástica presidente al acabar cada rezo de la Salve: 

«¡Viva España!, ¡Viva el Rey!», y añado «¡Viva el RCM y la montería española!». 

Un crónica de Ramón Menéndez-Pidal

Los sueños Comunicación RCM

 

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