Estas cumbres azotadas hoy por los vientos han sido testigo del paso de los nuestros.
Ellos son la principal razón de que hoy estemos aquí.
Viento que vuelve silenciosa a la piara de cochinos antes de entrar al cortadero, silente al venado rompiendo monte…
Se esfuerzan los perros bramando más que ladrando para que su esfuerzo no sea en vano, para vencer al viento.
Yo lo sé, hoy estáis aquí con nosotros, no os habéis ido, estáis con César, con María José y con Paco, con José Ramón, con Machuca, con Cañete, con Javier, con Loli y con Gonzalo, con Gracia y con Gustavo, con Jesús, con Pindado, con Tomás, con Juanito, con Malén y con Nico, con Pilar y con Manu, con Gonzalo y con Mario… estáis conmigo.
Como sé con certeza que hoy nos habéis preparado un día especial.
Me encuentro bien, estoy en la Gloria.
La Hondonada, 12 de noviembre de 2011.
Va por vosotros
Tú, ISMAEL BAÓN, cómo ibas a faltar de tu casa, imposible, al quite siempre para que todo saliera bien; vosotros, JULIO TIEMBLO y PEPE CEA, que también dejasteis vuestra huella en estos montes; ironía, ¿te acuerdas ANTONIO SÁNCHEZ de aquel enorme venado caballar que cruzó con toda tranquilidad el cortadero justo mediado entre tú –en el 5 de la Cuerda del Corcho– y yo –en el 6–, y que creyendo ambos que estaba más cerca del otro no le tiramos? Fue el mismo y lejano día de noviembre de 2011, que CARLOS FERNÁNDEZ cobró un precioso venado de 14 puntas, Carlos, tú eras fijo todas las temporadas en La Hondonada, tenías un excelente gusto.
Carlos Fernández, siempre estarás con nosotros.
Y tú, poeta-cazador ANTONIO MATA, paisano de Ismael, que hace poco tomaste el camino del club de los poetas buenos y que aquel día que diluvió en La Hondonada fuiste capaz de escribir una crónica sublime.
Va por vosotros, se os echa mucho de menos.
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CRÓNICA DE LA HONDONADA
GONZALO PALOMO SERVICIOS CINEGÉTICOS
Antes
Volaban las grullas organizando seguramente ya su largo viaje a sus cuarteles veraniegos en el norte de Europa.
Estábamos esperando a reunirnos todos los Monteros del Alto Sorbe (MAS) y allegados, ya que como viene siendo costumbre y de acuerdo entre las partes, todas las temporadas nos quedamos con un par de armadas en La Hondonada.
Reunidos todos pusimos rumbo a la casa de la finca.
Después de saludar a los cofrades de MAS en la quedada previa, saludaba ahora a los monteros fijos de Gonzalo Palomo Servicios Cinegéticos que también son amigos…
Es una gozada cazar con la familia: Abel, José e Iván Rodríguez.
A la familia, mi primo José Rodríguez había ido acompañado de sus dos hijos mayores, Abel e Iván, cazadores, monteros cuajados, es una gozada cazar con la familia. Son asiduos de Gonzalo Palomo SC.
Saludos especiales a otra familia, a los Palomo Aranda (Loli, Gonzalo padre e hijo y Mario) y a su equipo, y, por supuesto, a la propiedad, César E. Dotu, y a mi hermano, el gestor de la finca, Paco Largo.
Esta temporada tendríamos a disposición de los MAS las armadas de Pata Negra y Cuerda del Corcho.
Paco Largo y José Luis Cañete preparando el sorteo de los MAS en presencia de Jesús G. Navamuel y su hijo Pedro.
Tanto saludo a tantísima gente –y como casi no me enrollo– que, por primera vez, no estuve atento a la llamada del sorteo de los MAS, que dirigía con su habitual presteza José Luis Cañete.
Cuando al fin llegué la suerte quiso que fuera al 1 del cierre de Pata Negra, en lo más alto de la sierra.
Mañana gris y ventosa. Desapacible y con clara intención de llover, de hecho descargaron algunos chaparrones. Más nubes que claros.
Pilar Largo no se quiso perder las migas de los León: ¡no me extraña, estaban buenísimas!
El 1 de Pata Negra, inmejorables sensaciones
Antes de ponernos a montear, ¡cómo estaban las migas de Salones León! ¡Madre del amor hermoso! Como rico y variado fue el almuerzo.
Hasta el puesto me acercaron los hermanos Antonio y Roberto García Navas, que, como todo el equipo de Gonzalo Palomo SC, no pueden ser más cordiales y atentos.
Antonio y Roberto García Navas.
Una vez en el 1 de Pata Negra se confirmaron los vaticinios meteorológicos.
Sobre todo, el viento era muy molesto más que nada por no dejar oír la caza, algo esencial en puestos de cortadero, pero, por otra parte, no aireaba.
Sin embargo, era tan buen puesto, estaba tan a gusto…
El 1 está en una especie de cruce de cortaderos y caminos, el plano lo explica mucho mejor que yo.
Cortadero abajo y lejísimos el 2, ni siquiera le veía. Hacia arriba el cortadero estaba más sucio, pero podía tirar sin problema al no haber puesto alguno, como lo podía hacer al camino de la izquierda –mirando hacia abajo– y al cortadero de la derecha que, aunque estaba fuera del ojeo, muy bien podría tomar tanto los cochinos como el cervuno vaciándose de la mancha.
Un escape en toda regla.
Así, de repente
Después de la cura de humildad que tuve el fin de semana anterior en Las Laderas, decidí dejar el móvil a buen recaudo en el fondo del macuto.
Sólo una fotografía rápida para enviar al grupo de los MAS y presumir de puesto.
Faltando mucho para soltar, ya se estaba tirando y no poco, magnífica señal, había que dejar el móvil ya.
Nada más enviar la foto al grupo, levanté la vista y una enorme piara de 12-15 cochinos de todos los tamaños, cruzaban tranquilos el cortadero por abajo a no más de 50 metros de mí.
¡Ya la lié!
En mi descargo, el viento no dejaba oír absolutamente nada, era una súper piara silenciosa escaqueándose.
Lo que hubiera sido escoger, valorar a qué jabalíes tirar, si es que decidía hacerlo, se convirtió en una decisión más apresurada.
Dejé pasar lo que me parecieron un par de cochinas muy grandes, enormes, con primaloncetes de librea rojiza recién estrenada, y me centré en el último ejemplar solitario de unos 60 kilos.
Por lo menos la muestra, me dije.
¡Pim, pam! dijo el 9,3×74 R, a lo que el/la marran@ respondió acelerando algo el paso antes de ganar lo espeso.
La comprobación al finalizar la montería confirmó la sensación que tuve al tirar de que no le había rozado.
Los dominios del 1 de Pata Negra: historia de nuestra montería. Se señala por donde la gran piara ganó el monte.
Rumor ascendente
No sé qué tiene esta hondonada que los tiros suenan diferente, será por ser una mancha tan montera con la mayoría de los puestos en cortadero.
El caso es que no se había soltado aún y arreciaban los disparos, normalmente uno o dos, sólo con el movimiento que se generaba al colocarse las traviesas.
Una vez cerrada la mancha, las detonaciones continuaron.
Y eran los guarros, no el cervuno, confirmando lo que Mario, los Gonzalos y Paco insistían: «hay muchísimos cochinos».
Que se movieran los jabalíes tanto sin soltar, sólo podía ser porque La Hondonada estaba sopada.
Fue soltar, que en esta parte de la mancha se suele hacer de abajo hacia arriba, aunque otra mano de rehalas soltó al choque desde la Cuerda de Cabañeros, y poco a poco, a cámara lenta, se produjo un rumor ascendente de ladras incesantes acompañadas de disparos cada vez más numerosos que iba inundando todos los recovecos de La Hondonada.
El clímax se produjo al llegar a la cumbre, aunque por entonces la zarabanda era total por toda la mancha.
Tenía la sensación de ser partícipe de una montería de esas que se dan sólo muy de vez en cuando en la vida de un montero.
La finca, aunque esta mallada perimetralmente, se puede considerar como abierta, y más para los cochinos.
Cervuno montería de La
Según subían las rehalas, que trabajaron muy bien, sólo el cervuno asomó al 1 de Pata Negra.
Un venado cruzó rápido y lejos el cortadero hacia abajo, imposible valorar si merecía la pena tirar, aunque la tasa de abate por venado era asequible.
Me pareció bueno de montería.
Como es costumbre en La Hondonada, se podían tirar jabalíes, muflonas y muflones sin cupo, una cierva y venados según una tasa de abate asequible.
Tres ciervas entraron por la parte alta, una cruzó al viso, y las otras dos se volvieron antes de cruzar el cortadero por sendos revoques del aire, aquí la caza es muy arisca.
Entraban los buenos y valientes perros, corría un poco el marrano y parecía que rompía por abajo, nada, salían los perros solos…
Emoción
Pero la emoción llegó con los perros ya arriba del todo.
Un cochino se hizo fuerte a no más de 10 o 12 metros de la cinta del 1, en lo más impenetrable.
Entraban los buenos y valientes perros, corría un poco el marrano y parecía que rompía por abajo, nada, salían los perros solos, ahora parecía que iba a romper por el camino de la izquierda, tururú, volvía hacia abajo, otra vez nanay…
Así varias veces y durante unos intensísimos minutos, que en el monte parecieron siglos.
Calma chicha, se hizo la paz… ¿ganó el cochino?
Me sonó a treta cochinera, con el 9,3 en guardia alta, solo para encararme el rifle, esperé acontecimientos…
Estaba en el vértice del camino con el cortadero, cansado, porque cuesta mucho mantener esa posición, y más en tal estado de nervios.
De pronto, una locomotora se arrancó a cruzar por el camino, algo que hizo en décimas de segundo, las mismas que tardé en disparar por dos veces.
Era muy grande y a pesar de la cercanía, los disparos de impacto casi imposible, la verdad.
No pensé en recargar, dando por hecho que el gran jabalí se escurriría por lo más apretado del monte…
Cuando, echando la vista hacia arriba, vi como la mole cruzaba el cortadero con tranquilidad, como si supiera que estaba desarmado.
Para hacer eso tuvo que girar la carrera casi 90° a su izquierda y salirse de lo más apretado para cruzar un cortadero.
Chapeau, hermano jabalí, te ganaste salir con bien del lance. Regalaste muchísima emoción.
Antonio y Dani tras una dura pero satisfactoria jornada, éste recogiendo los perros con su padre. Antonio hasta remató un primaloncete. Fotografías: Antonio Machuca y Daniel Alias
Antonio Machuca Duque
Inciso. Antonio Machuca Duque es amigo leal desde la lejana juventud, otro MAS, cazador auténtico y de valores. Ahora, más que tirando él, disfruta haciendo de secretario o de guía de sus hijos Miguel o Antonio, algún otro familiar o amigo.
¡Cuántas expediciones compartidas con él!
En esta ocasión, se caló los zahones, cuchillo de remate al cincho, chaleco naranja y de acompañante con las rehalas de Daniel Alias, padre el hijo.
Junto a Dani hijo en la durísima mano alta soltando desde el río. Aunque Dani padre también tuvo muchísimo ajetreo.
Bregaron de lo lindo e incluso Antonio remató un marrachoncete, en un día que no pudo ser más satisfactorio.
Chapeau también para Antonio y los Danieles y el resto de rehaleros.
Para mí esta foto con Paco es un trofeo formidable.
Feliz montería de La
Había tanta caza, que parecía que la montería no quería acabar.
En estas estaba cuando entró otra cierva por arriba, lejitos y a buen paso, por supuesto que al primer tiro del 9,3 cayó sin rechistar.
Cosas de la caza, o de este cronista.
Finalizada la montería, al cobrarla me hice una foto con Paco, que había venido a verme.
Al fondo esos bravos Montes de Toledo, con sus rañas, historia de nuestra montería, historia de nuestra caza.
A menos de 30 kilómetros en línea recta se distinguían las laderas de El Navajo, aún en Retuerta, y donde al día siguiente tendríamos otro asalto jabalinero.
Al ver la instantánea un amigo común me dijo «qué cara de felicidad tienes», y es verdad, por eso me salto de nuevo, y sin que sirva de precedente, mi regla de no salir en los papeles.
No estaba feliz por haber cazado una cierva, estaba feliz por el día tan especial que nos habían regalado ISMAEL, JULIO, PEPE, ANTONIO S. y CARLOS.
Aunque para mí esa foto con Paco es un trofeo formidable.
Luismi y Gonzalo Palomo comentan con Paco Largo las incidencias de la montería.
Una montería enorme
Fue una montería enorme, pero la climatología jugó a favor de la caza.
Por los tiros escuchados se debían haber superado holgadamente las cien piezas cobradas.
Los equipos de Gonzalo Palomo SC trabajaban a tope para formar el plantel lo antes posible, en una mancha en la que no es fácil el cobro.
Tormenta de granizo
Las nubes dieron un respiro: sol y arcoíris, el mismo de por la mañana, sin embargo, cuando llegaban los últimos carros se lió una granizada terrible. Después, otra vez sol; febrerillo, el loco.
Con diligencia y aún con luz, se formó el plantel: 17 venados; 42 cochinos; tres muflones; y nueve ciervas.
Calidad en los venados, un bronce y otra docena muy buenos de montería, buenos jabalíes también, con otro bronce y siete más destacables entre navajeros y navajeretes, y los tres muflones muy guapos.
Como dato curioso, al cobrar alguno de los venados ya habían tirado una cuerna que se pudo recuperar.
Si no llega a ser por el mal tiempo…
De no ser por el mal tiempo… La temporada pasada con la mancha mucho menos cargada de jabalíes los resultados fueron mejores, pero el día en lo climatológico también fue mucho más apacible.
Peco de exagerado, lo reconozco, pero después de lo vivido me atrevería a asegurar que el número de cochinos cobrados se podía haber doblado.
Lo narrado de mi puesto, por ejemplo, pero otros monteros no pudieron tirar a ninguno de los cinco, seis, siete cochinos que vieron, o sólo pudieron tirar a un par de ellos, aunque hubo quien falló cuatro o cinco.
Formándose el plantel
También se podían haber cobrado más muflones y algunas muflonas, los carneros, como listos y huidizos que son aprovecharon las ventajas para irse de rositas.
A mí, sin ir más lejos, se me pudieron pasar perfectamente sin verlos, el 1 de Pata Negra es un puesto que casi siempre ve y tira muflones.
Los venados, al ser por tasa de abate, posiblemente se hubiera cazado alguno más, pero con seguridad fue la especie que menos se notó su disminución por la climatología adversa.
Considero que, con esta propiedad, este gestor y esta organización, la mejor montería en La Hondonada está por llegar.
Un gran equipo el de Gonzalo Palomo Servicios Cinegéticos.
Afortunados montería de La
Un ejemplo de lo que fue la montería, lo podemos poner con nuestra peña de MAS.
Ocupamos 12 puestos, tres no tiraron, aunque vieron mucha caza. Tiramos 13 cochinos, dos venados y cuatro ciervas, cobrando cuatro cochinos, los dos venados y dos ciervas.
Pepe Tiemblo hijo con el cochino que cobró. Fotografía: José Ramón Tiemblo
Un padre exultante, Jesús G. Navamuel, con su hijo Pedro y el venado que cobró éste.
Entre los MAS, Jesús G. Navamuel, cedió los trastos a su hijo Pedro, que se quedó con un venado y un cochino. Lo mismo hicieron tanto Pepe Pindado, su hijo Álvaro volteó dos cochinos, y Pepe Tiemblo, su hijo Pepe cortó la carrera a un cochino. Por su parte, Juan Ignacio Sáez de Retana cobró un venado muy bonito.
Raúl Gúzman con dos de los tres venados que cobró.
Abajo con su hijo Raúl y el tercer venado.
Javier Nicolás Guzmán con Loli Aranda y el precioso venado que cobró.
José María Serrano con su mujer, Marián, y con su pequeño Guillermo, que no puede ser más majo.
Abajo, con César Dotu.
César Dotu, Jesús y Pepe Torres.
Francisco Javier Hervás y su hijo Víctor con el muflón que cobraron.
Entre los cazadores de Gonzalo Palomo SC, hay que destacar a ese señor montero, Raúl Guzmán, que tira a todos los venados que le entran, hace muy bien, se lo puede permitir, en esta ocasión le cumplieron cuatro juntos y se quedó con tres, las típicas pelotas de venados que se forman en febrero, el lance, además de emocionante e intenso fue muy complicado de jugar.
Su hermano Javier Nicolás cobró un gran y precioso venado de 14 puntas.
También muy bonito y de 14 puntas el venado cobrado por nuestro amigo José María Serrano.
Pepe Torres prefirió ver montear a su hijo Jesús, que no desaprovechó la ocasión y cobró un venado.
Francisco Javier Hervás y su hijo Víctor cobraron un muflón muy majo.
Mario y Gonzalo Palomo con el gran venado cobrado por Sebastián Aparicio.
El venado de la montería –bronce– se lo apuntó Sebastián Aparicio Pérez de Madrid, mientras que su cuñado Juan Martín Mejías se quedó con otro bien bueno.
Por su parte, Julián Gómez hizo rodar un gran cochino, bronce también; aunque más grande de cuerpo, pero con menos defensas, fue el que cobró Luis Miguel Palomo.
Julián Gómez se hizo con el mejor cochino de la montería.
No lo cambio
No cambio un día como el vívido en La Hondonada por nada (nefasta rima, pero es así).
Fue mucho lo vivido y sentido, e intenso.
Enhorabuena a los afortunados, que yo creo que en cierta medida fuimos todos los asistentes.
Y gracias. A mis amigos por tenerme como tal, me considero un privilegiado.
A César, Paco, Gonzalo padre e hijo, Mario y Loli por acogerme y tratarme tan bien, con ellos me siento como en mi propia casa.
Gracias a ISMAEL, JULIO, PEPE, ANTONIO S. y CARLOS, que velaron por nosotros y nos acompañaron para que todo saliera bien, como así fue.
Sé con seguridad que estáis, ahora acompañados también por ANTONIO M., en un lugar que si no es el cielo es porque le han cambiado el nombre.
Con indudable satisfacción, puse rumbo a la cercana Las Ventas con Peña Aguilera, pernoctar allí en la casa de mi mujer entre cacerías es un lujo.
Y más dando cuenta de un opíparo bocata de venao de charla con Luismi de la Vega en La Posada, porque es el dueño, sino nos hubieran echado por plastas. ¡Qué felicidad!
Mañana a El Navajo, les contaré…
Crónica y fotografías: Adolfo Sanz Rueda
DATOS DE LA MONTERÍA
Organización: Gonzalo Palomo Servicios Cinegéticos
Fecha: 10 de febrero de 2024
Mancha: La Hondonada / Finca cerrada
Hectáreas monteadas: 450
Término: Retuerta del Bullaque, Ciudad Real
Puestos: 46 / Rehalas: 17
Cupo: 1 cierva; venados según tasa de abate. Jabalíes, muflonas y muflones sin límite
Venados: 17 (1 bronce y 12 venados más buenos de montería)
Jabalíes: 42 (1 bronce y 7 navajeros más)
Muflones: 3
Ciervas: 9