CRÓNICA
Durante los últimos años, La Ropera, finca situada en plena comarca de las Villuercas, muy próxima a la localidad cacereña de Guadalupe, se ha convertido en una de las fincas más emblemáticas dentro del panorama cinegético español. Esto es debido, sin duda, a la profesionalización en su gestión y al buen hacer del equipo humano.
Con el firme propósito de mantener a La Ropera en lo más alto del escalafón montero, la propiedad y los gestores de la finca decidieron mantenerla dos años sin montear, para que la cantidad y calidad de los jabalíes fuese aún superior.
Se monteó la mancha del valle del Arroyo Gordo, que, como su propio nombre indica, comprende un amplio valle que recorre una buena parte de la finca, abarcando solana y una apretada umbría, donde se encaman cochinos con grandes trofeos. La orografía es quebrada, con regatos naturales que propician la colocación de los puestos. Los monteros, ubicados en torretas para garantizar una seguridad total, disponían de amplios tiraderos, de manera que pudieron valorar con suficiente tiempo la calidad de los trofeos.
A las nueve de la mañana se citó a los monteros, que fueron recibidos con un suculento desayuno en uno de los salones de la casa. Tras el sorteo, las dieciséis afortunadas posturas, ocuparon sus respectivas torretas con los nervios propios de lo que, a tenor de los resultados obtenidos en anteriores campañas, prometía ser una gran montería. El día era apacible, y, tras las copiosas lluvias de este otoño, el campo, con el amplio repertorio cromático propio de estas fechas, mostraba todo su esplendor.
Hacia las once de la mañana se soltaron siete rehalas, que se tuvieron que emplear a fondo para dirigir a los cochinos hacia las posturas debido a la gran cantidad de machos de gran porte que había en la mancha. Los cochinos fueron poco a poco cumpliendo hacia las armadas y los primeros tiros no se hicieron esperar. Ladras, carreras, lances y detonaciones no dejaron de sucederse durante las cuatro horas que duró la montería. Al final de la jornada, se contabilizaron 352 disparos, que hacían presagiar un gran resultado y el divertimento de los monteros. En esa línea, las tarjetas de los secretarios corroboraban que la caza estuvo repartida, y que, en varios puestos, más de 50 cochinos atravesaron las posturas a distancia de tiro.
De vuelta a la casa, un catering a la altura del acontecimiento esperaba a los monteros. Suculentos entrantes tales como: ibéricos selectos, tablas de queso, gambas, vieiras y ahumados dejaron paso a un entrecot a la parrilla como plato principal. Postres variados y cafés redondearon una inolvidable jornada. Tras la comida, los monteros se encontraron con un tableau dispuesto con el mismo gusto que se hacen todas las cosas en La Ropera. Las caras de satisfacción y alegría de los cazadores y los animados comentarios reviviendo los lances acaecidos resumían claramente el resultado obtenido. Todos los monteros cumplieron con creces sus expectativas. Un total de 97 jabalíes y dos venados medalla de plata compusieron el impresionante plantel. Cabe destacar la altísima calidad de los jabalíes, con más de un 60% de machos adultos. Tras ser extraídas las defensas en la taxidermia, un total de ocho oros, trece platas y veinte bronces dieron categoría a un plantel que no dejó indiferente a nadie.
Las cámaras de Novatoma fueron testigo de otra inolvidable jornada en La Ropera, finca que siempre cumple con creces y donde disfrutamos de un extraordinario día de caza gracias al buen ambiente, al comportamiento de los señores monteros y al buen hacer de la propiedad.
Una crónica de Manuel Reglero
DATOS DE LA MONTERÍA
Organización: Propiedad
Fecha: 9 de noviembre de 2018
Finca: La Ropera / Mancha: Valle Gordo
Finca cerrada / Superficie monteada: 450 hectáreas
Término: Guadalupe, Cáceres
Puestos: 16 / Cupo: 5 jabalíes, con la posibilidad de uno más opcional / Rehalas: 7
Jabalíes: 97 (8 oros, 13 platas, 20 bronces y 20 navajeros más)