En esta ocasión el hotel de Monesterio era la sede para Monteros de Siempre, que de nuevo en solitario volvía a casa a cazar la finca El Machado.
Esta finca consta con un extenso pinar y una fuerte mancha que corona la sierra. Un sopié bañado de encinas crea un hábitat ideal para acoger al cervuno y al jabalí.
Así, año tras año va arrojando unos resultados satisfactorios, lo que hace que todo montero busque cazarla en alguna ocasión.
Con estas premisas acudían los cazadores a la cita con Isaac Álvarez quien tras las últimas indicaciones y poco pasadas las ocho y media comenzaba con el sorteo, dado que el calor apremiaba cazar temprano.
Tras sortear a sobre puesto, las armadas se fueron distribuyendo desde este punto y partían a la finca que se encuentra muy cerquita del pueblo.
El calor haciendo de las suyas
El día amaneció como se esperaba con un sol justiciero y poco viento aunque fresco.
La falta de lluvias hasta el momento hacía que el terreno estuviera seco y aspero y la mancha carece de agua, por lo que se dispusieron varios depósitos en la mancha para intentar aliviar la sed de los perros de las rehalas.
Aunque se intentó soltar rápido, fue imposible hacerlo antes de las once y media y fue en este momento cuando comenzaron a escucharse disparos disueltos por la gran extensión de esta bonita mancha.
La caza, estuvo muy mal repartida, encontrándose concentrada en la parte de la umbría en esta ocasión, cosa rara dado que es habitual encontrarla en la cara opuesta.
Extraños intervalos de silencio desde primera hora, hacían presagiar que algo raro pasaba, los perros, tras las primeras carreras con las reses, llegaban a los abrevaderos extasiados, buscando beber, y donde permanecían gran rato echados en alguna sombra.
El empuje de los rehaleros fue máximo y gracias a su empeño se fueron sacando las reses de los encames, costando mucho más los cochinos que con gran intensidad, les sacaban ventaja a los canes y los perdían entre la espesura.
De umbría a solana iban atravesando los animales que iban quedando a medida que transitaban las rehalas la mancha ante los disparos de los monteros que unos con mas fortuna que otros iban jugando sus cartas.
Menos calidad por las condiciones climáticas
Pasadas las tres de la tarde se daba por finalizada la montería y comenzaba el goteo de asistentes al punto de reunión, donde esperaba el catering para ofrecer la comida a los monteros mientras se bajaba la caza de la sierra.
Finalmente, en El Machado, se cobraron 8 jabalíes destacando tres buenas bocas, sobre todo el de Sergio González y un total de 16 venados con una calidad por debajo de lo que nos tiene acostumbrados esta finca. Seguramente debido a las malas condiciones de la pasada primavera, que se sufren ya varios años consecutivos.
De estos cabría destacar el de doce puntas abatido por Jose Venancio Moreno, de las Rehalas JV Pestorejo, que lo levantó ya terminando la montería, y agotada la res fue apresada por sus pirañas, poniendo fin al agarre cuchillo en mano en una bonita ladra, intenso agarre y complicado remate.
Destacar algunos monteros con varios lances jugados y el buen ambiente de la comida y el post-montería.
Una crónica y fotografías de Carlos Casilda Sánchez
DATOS DE LA MONTERÍA
Organización: Monteros de Siempre
Fecha: 1 de noviembre de 2019
Finca: El machado / Finca abierta / Hectáreas monteadas: 1.000
Término: Monesterio, Badajoz
Puestos: 69 / Sin cupo / Rehalas: 21
Venados: 16
Jabalíes: 8
Ciervas: 20