Panorama montero

El regreso de Monteros de Mérida

el regreso

Día de nervios, ilusión y muy duro el del pasado viernes. Así denominan desde Monteros de Mérida su primera jornada tras cinco años de inactividad montera…

El regreso de Monteros de Mérida, esta es la crónica su primera montería un lustro después.

Con un lleno total y muchísima responsabilidad volvían los ‘romanos’ a conquistar la sierra y para ello dieron cita a su guardia pretoriana a las nueve de la mañana en la gasolinera de Oliva de Mérida.

Resurgir de las cenizas en ‘Las Marañas’

Las Marañas era la finca escogida para resurgir de las cenizas, finca ésta de las que pueden llegar a quitarte el sueño, ya que se necesita un trabajo constante en su cuidado durante todo el año, finca donde es muy complicado ver la caza y que crea ese halo de misterio e incertidumbre.

El día amaneció insoportable, con una intensa lluvia con intervalos en los que flojeaba e incluso llega casi a dejar, únicamente con un chispeo, pero estos últimos eran los menos.

Por ello, Ángel Díaz preguntaba a sus gladiadores si querían suspender, a lo que por unanimidad respondían con voz decidida: «¿A qué hemos venido aquí? A cazar…».

Y a cazar se dijo.

Tras un rápido desayuno comenzaba el sorteo de las cincuenta posturas que los allí presentes íbamos a tener el honor de defender en esta complicada jornada.

Un aguacero de narices

Así, mi nombre salía junto al primero de los cierres, el de Vista Alegre, y el reloj marcaba las diez y cuarto cuando partíamos hacia la finca con un ‘aguacero de narices’.

El primer contratiempo lo tuvo un todoterreno que pasaba ‘las de Caín’ para subir un repecho en el camino a las posturas, pero se pudo salvar tras varios intentos.

No paraba de caer agua y los monteros apeaban de sus vehículos envueltos en capotes y con los paraguas en la mano.

Se auguraba un día complicado en el regreso de los ‘romanos’.

Pasadas las once y media soltaban las rehalas en un punto muy cercano a mi postura y a pesar del golpeteo incesante de las gotas en mi paraguas ya había podido escuchar varios disparos cercanos.

Caza había, y mucha, pero la batalla entre monteros y animales fue ardua. Inteligentes estos últimos aprovechaban el más mínimo descuido para atravesar como «almas que llevan dentro al demonio» los cortitos cortaderos, rayas y caminos, que son el ochenta por ciento de las posturas de esta finca.

Los rehaleros iban cantando la caza conforme iban sacándola y no pararon de hacerlo de principio a fin.

A la tercera fue la vencida con el cochino de la montería

El protagonista de la jornada fue el cochino de la montería, que fue levantado y perdido por los perros en dos ocasiones, pero como se suele decir, a la tercera va la vencida, las ‘pirañas’ de JV Pestorejo, volvieron a dar con él, y en un descuido del marrano lo apresaron tras atravesar varias posturas envuelto en canes.

Como mandan los cánones, el dueño de la rehala puso fin a la contienda cobrando así el mejor jabalí de la montería.

Los disparos no se escuchaban con la lluvia y la incertidumbre de todo aquel que ocupaba puesto a la antigua usanza, es decir sin emisora, fue total. Además de llegar a ser agobiante el agua y fuerte viento.

Aquello era el diluvio, montería cancelada

Pasadas las dos de la tarde comenzó a caer un diluvio tal, que se ordenó a las rehalas volver a los furgones sin cazar y retirar a los monteros de sus posturas, dando por finalizada la montería.

Pero ahí no terminó la odisea, los caminos totalmente embarrados, las fuertes pendientes y los coches de juguete propiciaron que el tractor de la finca no diera abasto desatascando vehículos.

Un par de horas después, paró el diluvio y permitió a los monteros, eso sí, arrimados a la candela, disfrutar de una buena comida mientras se sacaba la caza.

El resultado final fue de cinco venados, dos de los cuales se sacaron al día siguiente, y 17 jabalíes, entre los que había cuatro buenas bocas, destacando de sobremanera el anteriormente mencionado.

Hubo un montón de monteros que pincharon caza y debido a lo complicado de su rastreo con una lluvia que borraba cualquier evidencia y sangre, realizaron pisteos infructuosos, por lo que la organización seguirá buscando las reses que los monteros pusieron en conocimiento de haber quedado heridas.

El regreso: agradecimiento

La jornada terminó con un inmejorable ambiente entre amigos, que se alargó hasta bien entrada la noche.

Desde Monteros de Mérida quieren agradecer la confianza a todos los cazadores que asistieron a este «nuevo estreno».

Dar las gracias al grupo de Julio Otero, a Enrique Garrido, a David Rando y a Isaac Álvarez por atender todas las llamadas y peticiones de colaboración.

el regreso

Por supuesto dar las gracias a las rehalas que con sus perros realizaron un trabajo encomiable en una batalla ardua, siempre mal reconocido. También agradecer al Catering Murillo por su profesionalidad y calidad y a los trabajadores de la finca, que han hecho un excelente trabajo.

Sin duda volveremos a vernos pronto, en lo que esperamos sea un gran día de caza.

Crónica y fotografías Carlos Casilda Sánchez

DATOS DE LA MONTERÍA

Organización: Monteros de Mérida

Fecha: 22 de noviembre de 2019

Finca: Las Marañas / Finca abierta / Hectáreas monteadas: 600

Localidad: Oliva de Mérida, Badajoz

Puestos: 50 / Sin cupo / Rehalas: 18

Venados: 5

Jabalíes: 17 (4 navajeros)

GALERÍA FOTOGRÁFICA

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