Desde que el género Sus, al que pertenece la especie actual del jabalí europeo, surgiera hace unos 2,5 millones de años, su desarrollo natural ha estado ligado a la evolución de la especie humana. Su apreciada carne y su provisión de grasa han sido durante miles de años una fuente energética esencial para el desarrollo de la humanidad, especialmente en los últimos 10.000 años, donde su domesticación ha sido, quizá, el hecho más relevante en esta interacción hombre-cerdo salvaje. Este proceso ganadero de selección ha marcado profundamente el desarrollo del jabalí, contribuyendo a la pérdida de rusticidad de la especie salvaje, a un incremento del peso de los animales y a variaciones en su tasa reproductiva.
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