Hay varios tipos de errores que se pueden hacer en la mejora genética de un grupo o población de ciervos: uno de ellos es pensar que la caza selectiva puede tener un resultado rápido y efectivo. Otro es pensar que traer uno o unos pocos machos con trofeos impresionantes será la varita mágica que convertirá a un coto de caza de ciervos en la élite de la cría de venados.
Los productores buenos y con experiencia saben que para tener buenos machos como el de la fotografía tienen que tenerse en cuenta varios factores, factores que se pasan por alto por aquellos que quieren resultados rápidos sin prestar atención a la experiencia de los mejores criadores, y la ciencia que hay detrás de la selección de los mejores trofeos: cuestiones como el tamaño corporal, la Ley de Kleiber y la importancia de las hembras, la regla del 2,5%, y tener en cuenta otros factores adicionales.
Tamaño corporal
Empezaremos con un consejo indirectamente relacionado con la cuerna: el tamaño corporal. La relación entre las cuernas y el peso corporal (1 a 5%) es una de las más antiguas que se conocen: se mencionó por primera vez en un artículo de 1931 (Huxley, 1931) basado en datos de Dombrowsky de 1889. Más recientemente, en 2012, Gómez et al. mostraron que las cuernas constituyen el 28% del peso corporal del esqueleto en adultos. Se referían al esqueleto, porque las cuernas crecen tan rápido que el material para hacerlas se saca del esqueleto (produciendo así una osteoporosis temporal de la cual semanas más tarde se recupera el esqueleto). Lo que es importante para los productores de ciervo es que para tener cuernas grandes necesitan ciervos grandes. Esto significa que la genética para hacer machos grandes, aunque no directamente, también significa genética para hacer cuernas grandes.
El tema del tamaño corporal es el punto donde se encuentra la genética con la nutrición, otros cuidados al animal y una buena salud. Como indicaremos más tarde, muchos criadores o gestores del ciervo que no son expertos en cría olvidan olvidan el papel de las hembras. Su papel genético se disctute más abajo, pero es importante dares cuenta de que su tamaño también es importate. Hay una ley, llamada la Ley de Kleiber, que dice que muchos caracteres y variables están relacionadas con el peso elevado a la potencia de 0,75. ¿Qué significa el 0,75? Significa que cuando un animal crece en tamaño, el efecto se frena. El efecto más claro en esto es el de la necesidad de comida. Mientras que un colibrí necesita su peso corporal en comida diariamente, un gallo necesita sólo el 3% de su peso corporal.
La ley de Kleiber también es importante para el peso corporal del gabato, de modo que el 0,75 significa que si tienes una hembra de 2 veces el tamaño de otra, el recién nacido de la segunda no es 2 veces mayor, sino 2 elevado a la potencia de 0,75, lo que significa 1,68 veces mayor.
En un artículo de 2003, Landete-Castillejos y colaboradores actualizaron la Ley de Kleiber para los ciervos y por primera vez la aplicaron a la composición de la leche. Mostraron que había las siguientes relaciones entre el peso materno y: 1) peso del gabato al nacimiento; 2) producción de leche; 3) contenido en proteína de la leche (en porcentaje). Esto es, elija una madre grande porque: 1) tendrá un gabato más grande; 2) producirá más leche que otras madres y esto le hará crecer más al gabato; 3) la leche es mejor por litro, porque tiene más proteína, lo que aumenta el crecimiento. Esto también es importante si realiza una manipulación reproductiva. Un macho puede tener mucha descendencia porque produce millones de espermatozoides pero…, una hembra sólo puede gestar un gabato por estación reproductiva. ¿La solución a este límite? Tomar óvulos fecundados de una madre con una buena genética y colocarlos (buena madre y buen padre) en varias hembras más. Esta es una buena idea, pero no olviden la Ley de Kleiber: elijan a una madre GRANDE, porque si no una buena genética del embrión colocada en una madre pequeña producirá un gabato pequeño con buena genética, pero con cuernas menores de las que podría tener.
Esto también da un buen criterio sobre qué gabatos escoger: los más grandes de las madres más grandes (y asegurarse de que tienen madres con una buena genética). Alimente a la madre bien para ayudarla a producir leche. El periodo de lactación es el periodo de crecimiento más rápido. En ningún otro momento un mamífero dobla su peso en unos días o semanas, de modo que si quiere cuernas grandes, empiece a pensar en ellas desde el inicio.
Aparte de este factor que puede o no ser genético, tenga siempre en mente que es muy importante tener animales con el menor estrés posible (aunque no conocemos ningún artículo sobre el tema, muchos criadores en cotos de caza suelen indicar que la falta de estrés es tan importante como una buena nutrición). No hace falta discutir de nuevo aquí otra vez que el otro gran pilar para tener buenas cuernas es una buena nutrición, porque esto ya ha sido discutido en otras secciones.
Otro factor que a menudo se olvida es el de las hembras. Tal como el Dr. Dainis Paeglitis apuntó en su charla de DGM 2014, el 60% de la genética proviene de la madre, de modo que piensen también en ella. ¿Por qué el 60% y no el 50%? Pues porque la fábrica de energía de las células (la mitocondria), que proviene del huevo materno, tiene también ADN. Esto mismo asunto sobre la importancia de las hembras fue mencionado por Didier Roques Rogery en el EMAD en 2013. De hecho, el también indicó que es una pérdida de tiempo utilizar machos de alta calidad genética para aparearlos con hembras locales silvestres en cotos de caza (lo mismo es de aplicación en granjas): mucho mejor deshacerse de TODA la genética, y empezar con buenos padres y madres.
¿Cómo puede tener madres de buena calidad genética?
Hay dos formas. La primera es comprar las hembras de un criador que tenga ciervos de buena calidad genética y que sea una persona decente y fiable. La razón es que, debido a que las hembras no tienen cuernas, cualquiera puede decirle que son las hermanas o las madres de machos muy buenos siendo mentira. Compre de alguien de quien se pueda fiar. La segunda forma entra en acción cuando se cría en una granja (más difícil hacerlo en cotos de caza si no tienen una pequeña granja): usted puede usar programas informáticos donde introduce la puntuación de las cuernas de los padres y hermanos de cada hembra, de modo que el programa da un valor genético. Esto es una especie de pronóstico de qué tipo de cuernas producirían si fueran machos. No es fácil de hacer, pero realmente no hay una buena alternativa.
En su charla, Dainis también mencionó otro error común: traer algunos machos, conseguir buenos resultados en la primera generación y olvidarse de continuar la selección, con lo que se vuelve a la etapa previa a traer los machos de alta calidad. Esto es así porque en una población de ciervos,para la cuerna y para otros caracteres (como para la mayoría de las características en cualquier animal o cualidades humanas), la población sigue una curva en forma de campana. En tal curva, llamada normal o gausiana, sólo el 5% puede considerarse en realidad diferente de la población.
Para las cuernas, 2,5% de ése 5% son extraordinariamente buenas, y el 2,5% extraordinariamente malas. Sólo criando ese 2,5% (machos y hembras) con machos y hembras de similar y alta calidad podemos producir una mejora clara en la genética. Para esto es muy importante evaluar que las hembras son madres de machos de alta calidad genética (o calcular su valor genético como se ha explicado antes).
Tal como indican muchos criadores, los cazadores son a menudo coleccionistas: a menudo es posible elegir qué tipo de cuernas seleccionar. Algunos criadores les gusta el trofeo típico, otros prefieren cuernas largas, etc. Esto es particularmente claro en la fotografía mostrada por el criador de ciervo de Virginia o cola blanca de EEUU, Glenn Dice, en el DGM 2014.
Artículos citados:
Huxley J. 1931. The relative size of antlers of deer. Proceedings of the Zoological Society of London 1931: 819–864.
Gómez J. A., Ceacero F., Landete-Castillejos T., Gaspar-López E., García A. J., Gallego L. 2012. Factors affecting antler investment in Iberian red deer. Animal Production Science, 52: 867-873
Landete-Castillejos, T., P. Molina, A. García, J.A. Gómez, y L. Gallego. 2003. Estimate and production of milk energy in two subspecies of captive red deer: Cervus elaphus hispanicus and C. e. scoticus. Journal of Experimental Zoology, 300A: 152-157
Informe realizado por IDUBA