Valgan estas líneas para dejar claro que los fines de nuestra Asociación de Rehalas de Córdoba, desde su fundación en febrero 1986, hace ya 33 años, fueron, como meta prioritaria, dar a conocer a la sociedad en general este fenómeno del arte cinegético denominado rehala y sus estereotipos bajo punto de vista moral.
Por tanto, valoramos por igual y sin distinción alguna en cuanto a su integridad, cualquiera de los dos tipos de rehalas actualmente existentes:
• Las ahora llamadas comerciales, donde el titular es al mismo tiempo el podenquero, percibiendo una retribución para intentar nivelar su sostenimiento, el cual en muy raros casos, llegan a conseguir.
• Las rehalas que siempre han existido desde el empiece de esta modalidad de caza, el propietario ocupa el puesto y podenquero, percibe un extra por su hacer.
Expuestos ambos casos, nuestra preocupación como propietarios de rehala que ocupamos puesto y apelamos a un reconocimiento para nuestro perrero/podenquero, no es que estemos faltos de monterías, que en algunas zonas sí sucede ya, es la progresión de orgánicos aferrados al euro o desatentos dueños de coto, que poco valúan a las rehalas y que inevitablemente condenan a la montería sin nuestra presencia. O desaceleramos este impulso o nuestra leyenda como la historia reconoce a este duplo rehala/puesto se acaba.
Queda muy pocos aficionados que aprecien los buenos perros de rehala, su casta, belleza y actitud en el monte; respetarlos y disfrutar de su trabajo es propio de los buenos cazadores, ignorar su labor es, entre otras cosas, perder el espíritu y el pleno disfrute. Hay que reconquistar su estima, patrón vital en este diseño de caza única en el mundo, porque sin rehalas no existiría la montería.
Dueño de rehala o rehalero, como quieran llamarnos, tan solo se puede considerar aquel que es el propietario de los perros y si no lo es, jamás podrá considerarse como tal, puesto que al verdadero dueño de rehala, comercial o no, esta afición le supone un capítulo presupuestario muy elevado, aparte de sacrificio y dedicación; por el contrario el simulado rehalero, tan solo le cuesta lo que cobra al día una rehala comercial, exigiendo además el correspondiente extra para el podenquero como si de verdaderos dueños se tratase, tratando así de economizar su arriendo. Si tanto les gusta, que integren una rehala de verdad, pero que no intenten suplantar ni confundir a nadie.
«Dueño de rehala o rehalero, como quieran llamarnos, tan solo se puede considerar aquel que es el propietario de los perros y si no lo es, jamás podrá considerarse como tal, puesto que al verdadero dueño de rehala, comercial o no, esta afición le supone un capítulo presupuestario muy elevado, aparte de sacrificio y dedicación»
Se debe cuidar a las auténticas rehalas; a las comerciales pagándoles un precio justo que les permita, como mínimo, la compensación de su esfuerzo y a las que su dueño ocupa puesto, con el trato que justamente merecen, viendo así compensada la ilusión para ambos en hacer buenos perros de caza y en mantener toda la gestión que ponen al servicio de la montería.
«Se debe cuidar a las auténticas rehalas; a las comerciales pagándoles un precio justo que les permita, como mínimo, la compensación de su esfuerzo y a las que su dueño ocupa puesto, con el trato que justamente merecen»
Somos conscientes que en estos últimos años, bien por cánones fiscales, exigencias administrativas, visión meramente comercial, etc, gran parte del sector se ha resquebrajado, promoviendo la retirada de grandes aficionados y estos, por desgracia, en mayor número que los nuevos aspirantes; a estos hay que persuadir que si sus inicios de socialización en esta actividad no los han tenido en su adolescencia o ámbito familiar, hay que formarse tanto en su componente material con técnicas y saberes de oficio, como en su ideario de normas, valores, conductas, etc, configurando una cultura de trabajo que se adquiere mediante un proceso, tanto en el monte como con la escucha activa de consejos y recomendaciones de compañeros más curtidos, que a buen seguro ayudarán a conseguir ese nivel deseado; es ilusorio alcanzarlo sin haber recorrido previamente este espacio.
No todos los que nos emplazan asistir a sus monterías, tienen la misma cordura a la hora de laurear una rehala, para unos es prioritario obtener mayores rentas y poco estiman su conducta, dejándose atrás otros muchos valores; por el contrario hay quienes sí juzgan a las verdaderas rehalas cuanto se merecen, sin cicaterías, prevaleciendo el reconocimiento al trabajo y otros apéndices que tanto realzan el manejo de los animales como:
• El toque de caracola tanto en la salida como en las vueltas.
• El buen uso de trabuco.
• Cazar con un mínimo de 30 perros, 24 adultos y seis de menos de 24 meses, como así permite el nuevo ROC.
• Cuidar la vestimenta, entre otras.
Si tanto esfuerzo estamos haciendo por declarar a la rehala y montería española, Bien de Interés Cultural, cuidemos los valores desde su inicio y no confundamos interés cultural con económico, con más énfasis ahora con motivo de la reciente Resolución de 19 de junio de 2019, de la Dirección General de Patrimonio Histórico, por la que se incoa la inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Andaluz, como Bien de interés Cultural, la Montería y la Rehala en Andalucía, donde en su apartado IV redactan «la irrupción de un modelo organizado y de amplia base social de las monterías modernas, sean sociales o comerciales, que ha dado lugar a la formación de las rehalas actuales en las que el titular es al mismo tiempo el podenquero que bate la mancha con sus perros».
«Si tanto esfuerzo estamos haciendo por declarar a la rehala y montería española, Bien de Interés Cultural, cuidemos los valores desde su inicio y no confundamos interés cultural con económico, con más énfasis ahora con motivo de la reciente Resolución de 19 de junio de 2019, de la Dirección General de Patrimonio Histórico, por la que se incoa la inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Andaluz, como Bien de interés Cultural, la Montería y la Rehala en Andalucía»
La posición jerárquica de nuestra Asociación por la contribución desde su inicio a la defensa de estos valores, motiva la toma de esta iniciativa de dirigirnos a todos los dueños de rehala, a fin de que, SIN COSTO ALGUNO, conecten con La Asociación de Rehalas de Córdoba como socios numerarios, para estar al día de cuanta normativa nos afecte, participar en publicaciones, reuniones, etc. Aprovecharíamos un primer encuentro en la gala de los Premios Caracola de Caza y Safaris – Caza Wonke, donde nuestra Asociación ha mediado sea en Córdoba el próximo 21 de septiembre (¡Caracolas 2019: el 21 de septiembre en el palacio de la Merced de la Diputación de Córdoba!).
Si estás de acuerdo, puedes enviarme ([email protected]) correo electrónico y teléfono, así como copia del núcleo zoológico y licencia.
Por último, agradecer y trasladar tanto a dueños de coto como organizadores el papel tan primordial que juega la rehala en nuestra montería española, para todos nuestra mayor consideración y agradecimiento, pues contribuyen con ello a mantener la ilusión de sus dueños y la tradición montera. La rehala no desaparecerá nunca, tan solo tenemos que engrandecerla.