El precio del cerdo sube un 40%, y la importación de esta carne en China, un 63%.
Según información de La Vanguardia, la peste porcina africana ha sido catalogada catalogado como la “mayor pandemia animal del planeta”, y no es para menos. Cerdo que la coge, cerdo que muere. No hay vacuna que la prevenga ni cura que la sane. El virus, inofensivo para los humanos, es altamente contagioso entre los gorrinos, por lo que la solución más factible es sacrificar a todos los ejemplares susceptibles de haberlo contraído. Por si fuera poco, es altamente resistente en diferentes estados, lo que facilita su rápida extensión por vastos territorios. Una auténtica pesadilla para autoridades y ganaderos.
Aunque originario de África, el último brote está haciendo estragos en Asia. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de la pasada semana, en la región se han sacrificado más de 3,7 millones de cerdos desde que se detectó en China en agosto del año pasado. “El mundo nunca se ha enfrentado a una epidemia tan peligrosa, difícil, compleja y cara como esta”, resumió recientemente el ministro vietnamita de Agricultura, Nguyen Xuan Cuon.
Hasta la fecha, su país es el más afectado, con más de 2,6 millones de tocinos muertos, un 10% de su cabaña total. Le sigue China, donde han matado 1,1 millones. También se han registrado episodios más pequeños en Hong Kong, Camboya, Laos, Mongolia y Corea del Norte. Otros, como Tailandia, Malasia o Corea del Sur, extreman las precauciones para evitar su entrada, mientras los afectados luchan por poner coto a la expansión de la peste.
“El mundo nunca se ha enfrentado a una epidemia tan peligrosa y cara como esta”, dice el Gobierno de Vietnam
Pero está demostrado que eso no es tarea sencilla. Muchas de las granjas en Vietnam o China son pequeños negocios familiares en los que andan escasos de recursos para implantar medidas de control y desinfección. Además, los ganaderos se muestran esquivos a la hora de informar de la detección de algún caso en sus piaras, ya que esto acarrea el sacrificio de toda su cabaña (con las pérdidas económicas que eso conlleva). Para evitarlo, las autoridades han optado por la zanahoria y el palo: compensaciones por cada ejemplar muerto o subvenciones para la compra de nuevos animales en algunos casos; duras sanciones para los que no informen de los brotes detectados en otros.
Aunque Vietnam se lleva la palma en el número de ejemplares sacrificados, la principal fuente de preocupación para los analistas es China. Aquí, el cerdo es el producto cárnico más consumido con diferencia y fuente principal de proteínas para una población de casi 1.400 millones de personas. Eso lo convierte en un asunto de Estado, hasta el punto de contar con la única reserva estratégica nacional del mundo de este producto (estimada entre 100.000 y 200.000 toneladas de carne congelada). Para saciar sus necesidades, el país sacrificó para su consumo unos 700 millones de cerdos el año pasado (cerca del 50% mundial). Pero este ejercicio, pese a que el Ministerio de Agricultura chino aseguró hace días que el brote de peste está controlado, no llegarán a esa cifra, y ya advirtieron que la oferta nacional se contraerá. En abril, la entidad financiera Rabobank ya estimó que la producción china podría reducirse entre 150 y 200 millones de cabezas, un tercio del total.
Los efectos de esta situación ya se han dejado sentir en los mercados. A nivel global, el precio de la carne de cerdo ha subido en torno a un 40% interanual, con diferentes estimaciones apuntando a que seguirá creciendo durante los próximos meses conforme aumentan las exportaciones a China (que en mayo fueron un 63% más). “Si la situación de la enfermedad se escapa del control, la carne de cerdo podría alcanzar precios antes nunca vistos”, auguró el analista Jean-Paul Simier. Tampoco se descarta que provoque un aumento de la inflación en los países más afectados y un encarecimiento del resto de las carnes, llamadas a cubrir el vacío dejado por el descenso de la producción de porcino. “Es probable que el brote de peste porcina africana en el este de Asia tenga un impacto notable en los mercados de carne y piensos de todo el mundo”, corroboró en su informe la FAO.
Fuente: La Vanguardia