El arte de la suelta
Hablemos de perros. Como montero y dueño de rehala he vivido siempre el inicio de la montería con especial ilusión, similar a cuando se abre la puerta de cuadrillas en una plaza de toros.
Como testimonia el maestro AGUAYO, en su libro ‘La sierra, los lances, los perros’, se relate uno como un cachorro deseando ver la primera suelta.
Llamamos inicio, al momento de la suelta de las rehalas. Antes hay preparación, organización y estrategia.
El CONDE DE YEBES, en ‘Veinte años de caza mayor’, apunta con precisión los tres actos que concurren en la echada de una mancha: concierto, armada y suelta o vocería.
La montería aparece y despierta al monte cuando los perros entran en escena.
La jauría: baba densa, jadeo, coral de encías y los arcos de los rabos inquietos fustigando el paisaje, como describía majestuoso ORTEGA Y GASSET en su famoso ‘Prólogo’, en el que comparó, a la rehala, por su perfección, al invento de la polifonía, al elevar la cacería a su más alta complicación, a su forma más perfecta.
El arte de la suelta, un momento de gran belleza pero complejo
Pero ese momento, de gran belleza, es altamente complejo, de tal forma que un error en su diseño y/o ejecución puede determinar el fracaso de la montería o, al menos que ésta no se dé como se esperaba.
Actores y espectadores deben ser conscientes de su importancia, aprendiendo a valorar su correcta ejecución. Los rehaleros y organizadores como partícipes directos y los monteros como críticos de la faena que se desarrolla ante sus ojos.
La forma en la que se desarrolla la suelta en una montería debe ser bien valorada, para ello hemos querido recoger las opiniones y experiencias de algunos de los más reconocidos organizadores y rehaleros. Unos a través de sus obras escritas, otros han soportado nuestro cuestionario, al que han contestado con generosidad.
Esperamos estar a la altura de sus conocimientos y dar adecuada forma al saber qué nos han transmitido.
El arte de la suelta según Valdueza y Perico Castejón
Como señala el MARQUÉS DE VALDUEZA, el diseño de las sueltas compete al organizador o capitán de montería, que debe auxiliarse de guías conocedores del terreno, en caso necesario.
En esta labor influyen muchos y complejos factores a tener en cuenta que deben ser valorados, siendo en primer lugar necesario conocer la mancha a la perfección, así como a las rehalas y podenqueros que las guían.
Según VALDUEZA, y en esta opinión veremos que hay una práctica unanimidad entre los consultados, depende en gran medida el éxito o fracaso de una montería.
En esta línea PEDRO GONZÁLEZ DE CASTEJÓN en su obra ‘La montería tradicional española y sus rehalas’, añade dos factores determinantes, como son la importancia del viento y cazar con las rehalas necesarias, ni más, ni menos.
Recordando la frase del Longo, un viejo perrero de Castilblanco de los Arroyos, «Mientras más gatos, más ratones».
El arte de la suelta y sus tipos según Yebes
En la citada obra del CONDE DE YEBES encontramos una clasificación de tipos de suelta que tomaremos como referencia.
En palabras del autor, se pueden considerar las siguientes formas de echar la mancha. Entera en un solo sentido, al tope, cruzadas y dándoles la vuelta.
Citamos literalmente:
⇒ La primera, como su nombre indica es empezando en un extremo y terminando en el opuesto.
→ La segunda consiste en colocar una armada principal dividiendo el centro de la mancha y soltar un grupo de rehalas en un extremo y otro grupo en el otro, marchando éstas al encuentro o tope, que tiene lugar en la armada central.
⇒ La tercera, variante de la anterior, consiste en que las rehalas no se detengan en el encuentro, sino que cruzándose, continúen hasta terminar, respectivamente donde terminaron las otras. Con esto se obtiene el batir de un modo perfecto la totalidad del terreno, pero requiere gran cantidad de escopetas y perros, ya que hay que rodear totalmente y además meter una armada importante en el centro.
→ Finalmente, la última que puede ser dando la vuelta entera a la mancha, consiste en empezar las rehalas en un punto para terminar en el mismo, después de haber recorrido toda la superficie.
Una solución no recomendable y rehalas de refresco
Dentro de esto caben variantes tal como mover una parte de las escopetas a otra armada nueva una vez que han pasado los perros, solución nada recomendable.
Cabe situar estratégicamente alguna rehala de refresco en un punto querencioso y fuerte de monte para cuando llegan el resto de las rehalas ya fatigadas, actuar de refuerzo o que dicha rehala de refresco entre por su cuenta en una zona que no pueden alcanzar las otras.
En fin, numerosas variantes que siempre dependen de la configuración, escopetas y del terreno y circunstancias del momento, perros, etc.
Fin de la cita.
El arte de la suelta según Ignacio Higuero
Expuesta esta autorizada opinión, los rehaleros y organizadores consultados no han venido sino a confirmar la complejidad de este lance, su importancia, así como esta clasificación básica con sus variantes.
Para IGNACIO HIGUERO, que destaca la importancia del respeto a las tradiciones y la vestimenta, hay mucho más de estrategia de lo que parece a simple vista.
Este organizador y rehalero de estirpe, incide en la necesidad de equilibrio en la distribución de las rehalas, momento de las diferentes sueltas para distribuir el resultado de la mancha, así como en la importancia que personas de confianza de la organización entren en el monte con las rehalas.
El arte de la suelta según Roberto Wilson y Agustín Duque
A la complejidad de la tarea y en la línea del anterior, ROBERTO WILSON añade que la dirección del capitán de montería le da flexibilidad a este equilibrio.
Para este organizador y dueño de rehala, los podenqueros deben realizar la suelta de forma escalonada hasta formar la mano y marcarse con el resto de rehaleros para mantener el orden y las distancias.
Nos recuerda al famoso rehalero de Sierra de San Pedro, AGUSTÍN DUQUE, cuando afirma que el rehalero no debe andar sin perros que lo apoyen.
Para WILSON cada mancha tiene su suelta, señalando como factores a tener en cuenta la dimensión y orografía de la mancha, el tipo de monte, así como de especies que predomina, siendo partidario en manchas de jabalíes, soltar cerca de los encames para darle a la montería más alegría desde primera hora.
En cuanto a los tipos de suelta, respecto de la clasificación de YEBES, opina que el choque de las rehalas debe ser flexible, dependiendo de las circunstancias de la echada y no en un punto fijo.
Como una modalidad de echar, típica en Portugal, nos indica la suelta tipo ‘culebra’, utilizada en zonas de manchones, en la que las rehalas sueltan en puntos diferentes, buscando los encames, cazando sin una dirección fija y volviendo por pasos distintos.
Termina puntualizando sus consideraciones, al recomendar que no se suelte a favor de querencia, para evitar que se vacíe la mancha demasiado rápido.
El arte de la suelta según Sebastián Pérez Arjona
La recomendación de soltar contra querencia también nos viene de SEBASTIÁN PÉREZ ARJONA (más conocido en el mundo rehalero como Sebastián el de Olías) quien, en lo que se refiere a cómo debe ejecutar el rehalero la suelta de sus perros, nos deja una serie de recomendaciones, que no debemos echar en saco roto, a saber:
⇒ Orientar el coche. Soltar al revés no es bueno.
→ Si tienen quien le abra la puerta, retirarse y llamar los perros tocando, para que los perros vayan derechos donde quieres.
Hoy en día los perros salen muy sueltos y tardan mucho en recuperar la mano. Mientras más te retires, mejor.
⇒ Hay que montear sin prisas. Hoy en día se montea con demasiadas prisas.
→ Al llegar donde se vuelve es bueno darles dos toques de caracola a los perros para que sepan que han llegado al tope.
El arte de la suelta según Juan de Dios Pliego
SEBASTIÁN, en una opinión compartida por JUAN DE DIOS PLIEGO, dueño de rehala, organizador y presidente de la Asociación de Rehalas de Córdoba, aporta que la rehala debe estar equilibrada (opinión idéntica a la que nos transmite IGNACIO HIGUERO).
Para PLIEGO, de acuerdo con la necesidad de cazar sin prisas, el organizador debe diseñar la echada para que dure unas tres horas.
Si los organizadores quieren contar con buenas rehalas, opina que deben avisarlas con la mayor antelación.
En la línea de los monteros y rehaleros ya citados, hace una llamada al conocimiento y a la imaginación del organizador a la hora de diseñar la suelta, teniendo en cuenta todos los factores que puedan influir.
Destaca, como ya se ha hecho antes, el orden en la suelta y a la hora de formar la mano. Y es que la suelta también tiene su momento, su hora.
Si una suelta demasiado temprano puede estropear la mancha al no estar aún las reses encamadas, soltar demasiado tarde puede provocar que a la mancha no se le dé el tiempo que necesita para ser batida correctamente.
La tradición marca la hora del Ángelus como referencia, pero lo cierto y verdad es que los monteros ya no aguantamos como antes en los puestos y una suelta sobre las 11 de la mañana suele ser un acierto porque se caza más tranquilo y la recogida de los perros y reses se hace con más luz.
El arte de la suelta, ante todo seguridad
Por último queremos destacar la importancia de la seguridad en este lance.
A la hora de fijar el lugar y el tipo de suelta hay que prevenir posibles accidentes. Tal es el caso de la existencia de ganado o carreteras transitadas en las cercanías.
El organizador debe tener en cuenta esta circunstancia y así evitar que la salida de los perros pueda generar algún riesgo previsible.
Normalmente el rehalero no es consciente ya que no conoce de antemano la situación del lugar de la suelta.
Una vez que se abren los vehículos ya no tiene remedio y vienen los disgustos que estropean el día.
Conclusiones El arte
Expuestas las anteriores consideraciones, queremos ordenar las ideas aportadas en las siguientes conclusiones:
⇒ La suelta puede determinar el éxito o fracaso de una mancha.
→ El diseño de la suelta es competencia y responsabilidad del organizador o capitán de montería, que una vez efectuada, le da flexibilidad con sus instrucciones.
⇒ El guía es un auxiliar del organizador con un papel destacado.
→ La confianza en los rehaleros y su seriedad es fundamental.
⇒ En este diseño influyen múltiples factores como el perfecto conocimiento de la mancha, sus reses y encames, los vientos, las condiciones climatológicas, si la finca es abierta o cerrada, calcular el número de rehalas que caben, y en último caso, saber adaptarse a las condiciones del momento.
→ La correcta interpretación de esos factores determina el tipo de suelta a realizar.
⇒ En una clasificación básica podemos hablar de los siguientes tipos de suelta: a una mano, al choque, al cruce y a la vuelta. A esta relación se añaden otros tipos de sueltas más específicas, siempre adaptadas a las condiciones.
→ Es importante que la distribución de las rehalas sea equilibrada. Cada rehala en sí también debe estarlo.
⇒ La suelta de las rehalas debe ser escalonada, si así lo exige la forma de la mano.
→ Es el momento de establecer el orden de las rehalas.
⇒ Se debe soltar contra querencia.
→ El rehalero debe orientar su vehículo hacia la mancha para evitar que se le desmanden los perros al soltar y queden fuera de la mano.
⇒ La suelta tiene su hora, ni demasiado temprano para no mover las reses antes de tiempo, ni demasiado tarde, para dar lugar al trabajo de los perros.
→ El organizador debe tomar las medidas para que sea segura, evitando que ocurran accidentes.
El arte de la suelta, una estrategia en la que deben sopesar múltiples factores
Si queda algo claro tras estas líneas es, que decidir cómo se hace una suelta, es una tarea compleja que carga de responsabilidad al organizador, una estrategia en la que deben sopesar múltiples factores.
Pero si el diseño es complicado, no lo es menos su ejecución, en la que ya adquieren su protagonismo y parte de responsabilidad los guías y rehaleros, que deben demostrar su buen hacer y ganarse la confianza del capitán de montería, máximo responsable.
Esperemos que tras la lectura de estas líneas, algunos monteros sepan valorar mejor todo el trabajo y conocimiento que hay detrás de una buena echada.
De nuevo agradecemos a quienes han colaborado con su experiencia, hacer posible este pequeño estudio de un momento tan efímero y concreto de la montería española, que tiene como único fin dar a conocer su tremenda importancia.
Por ello, en honor a la dificultad y valor de este lance, le hemos llamado, el ARTE DE LA SUELTA.