Celebraba su última montería del calendario Grupo Hito en la mañana del pasado 13 de enero.
Montería
Contadero-Selladores, una montería esperada
Una de las monterías más esperadas de la temporada era la que iba a celebrar Bosques y Caza en la mítica finca de Sierra Morena Contadero Selladores. Habían pasado casi dos décadas desde la última vez que se había monteado, precisamente una montería organizada para la Casa Real, y la ilusión de hacerlo de nuevo era brutal.
La Dehesa, un lujo de jornada
No pudo despedir mejor el año esta organización que con este gancho-montería dado en la Dehesa.
Los Quintos de San Martín, un ejemplo de montería
“Organizando esta exigente montería -me decía Guillermo Rowe a comienzos de temporada- quería marcar un paso adelante en mi carrera, un reto más asumiendo para mis monteros la exitosa organización de una montería tan exigente e importante como la recientemente celebrada en Los Quintos de San Martín, Extremadura».
El Bullaque, un día para enmarcar
Nos citaba Molongo a todos los amigos en Alcolea de Calatrava para montear esta dura finca con sólo 25 puestos. Apretada de jara y salpicada con algunos manchones de olivos, los perros de Brazatortas, de Luis Martínez y compañía se las verían tiesas para sacar a los astutos cochinos de sus encames.
El Puerco, ¡esto es caza!
Nos citaba la joven directiva de Los Morrones, con Juan María al frente, en El Chiringuito de San Lorenzo para disfrutar de unas migas, a caldero y lumbre, de las que quitan el hipo.
La Parrilla, destacado plantel cochinero
El sábado 15 de diciembre se dio la montería de guarros de La Parrilla, de Aldeaquemada.
Valles de Navaenmedio, una extraña jornada
La niebla y el aire remolón fueron los protagonistas de la jornada, pues, aunque se podía cazar con normalidad, no vimos el sol en toda la mañana y la mayoría de puestos aireaban.
La Cerrilla, el placer de lo abierto
Con más de 200 disparon contados, el buen hacer de Goro, Juan, Isaac y Eusebio volvió a relucir en esa mancha a los pies de Gredos. Un día espléndido en el que se volvieron a reunir los amigos de Toledo para dar cuenta de que, con puntería y con conocimiento de los terrenos, no hay cochino que se resista.
El Lituero Alto, amigos entre neblinas…
En esta típica finca de los Montes de Toledo, el ambiente fue espectacular, entre amigos; pero, en cambio, el día no ayudó, pues la niebla incomodó a los puestos altos.