En la prensa

Nace un lince boreal por primera vez en los Pirineos 100 años después

Esta nueva cría abre la puerta a la reintroducción del lince boreal en España, una especie que se consideraba extinguida.

Hace más de 100 años que no nacía un lince en los Pirineos, pero por fin se ha obrado el milagro. Por primera vez en más de un siglo, una pareja de linces boreales ha alumbrado una cría de esta especie en un centro de recuperación de fauna del Parque Nacional de Aigüestortes y Lago de San Mauricio, en la provincia de Lleida, en pleno pirineo catalán. La acción del hombre, tal y como ocurre con el lobo, acabó con este delicado animal hace décadas.

El lince boreal es una especie que vive en algunas zonas de Europa central, en los países escandinavos, el CáucasoRusia o Mongolia. Sin embargo, se consideraba extinguido en nuestro país desde hace años. Ahora, el nacimiento de esta cría abre la puerta a la reintroducción del lince euroasiático en la cordillera pirenaica, cuyas características, con bosques caducifolios, coníferas, pinos negros y abetos, podrían favorecer su desarrollo y proliferación tras años de ausencia.

El nacimiento, que tuvo lugar en mayo pero acaba de ser anunciado, se produjo gracias a una pareja de linces boreales que llegaron en 2008hasta el Centro de Recuperación de Fauna Mon Natura, que gestiona la Fundación Cataluña – La Pedrera. «Ha nacido después de muchos años de que no hubiera linces en los Pirineos», ha asegurado Miquel Rafa, director del área de Territorio y Medio Ambiente de esta organización en declaraciones a RNE.

Según Rafa, la función de este nuevo lince, que actualmente pesa 8 kilos pero que puede llegar a alcanzar hasta los 30, «va a ser educativa», ya que es «una pieza que faltaba en el ecosistema pirenaico». «Se trata de un ejemplar que está en cautividad y que da esperanza para que algún día se pueda plantear un proyecto de reintroducción», ha insistido el también biólogo.

El lince boreal es la especie de mayor tamaño y envergadura, pudiendo llegar a medir hasta 130 centímetros de largo (más la cola) y hasta 75 centímetros de alto. A diferencia del lince ibérico, cuyo pelaje suele ser leonado, con manchas oscuras, la especie euroasiática tiene un pelo rojizo y amarillento, que se torna grisáceo durante el invierno. Así, esta especie es un animal eminentemente carnívoro, que se alimenta principalmente de liebres, cabras salvajes, corzos, gamos, ciervos y otros animales.

Además, se trata de un depredador cuyo radio de acción puede llegar a extenderse hasta los 185 kilómetros cuadrados en el caso de los machos, y de hasta 120 en el caso de las hembras. Ahora, el nacimiento de este nuevo lince abre una puerta a la esperanza para su reintroducción en una de las cordilleras más importantes de nuestro país y controlar así la superpoblación de otras especies como los corzos, liebres, rebecos e incluso de zorros, equilibrando un ecosistema que asistió a su desaparición hace años.

Fuente: El español

 

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