En la prensa

Investigan la muerte de un oso adulto localizado por turistas en Somiedo

El ejemplar estaba en avanzado estado de descomposición. El Serida practicará hoy la necropsia para conocer las causas del deceso.

Unos turistas que caminaban entre Gúa y su río, en Somiedo, dieron el aviso en la tarde del sábado. Habían divisado lo que parecía el cuerpo de un oso adulto. La zona es abundante en plantígrados, al punto de que hasta el 30 de septiembre el Principado cerró al turismo la cercana senda entre esta localidad somedana y la de Caunedo. Una vez recibida la información, la administración regional desplazó a un equipo propio que verificó que se trataba de un ejemplar «en avanzado estado de descomposición». Se procedió a «aplicar el protocolo» habitual, indican. Es decir, los profesionales hicieron un reconocimiento superficial de la zona y el ejemplar, y se dio parte a la Fiscalía y al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil.

Hechas las comunicaciones, ayer la administración trasladó al animal hasta las instalaciones que en Deva tiene el Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida). Es el lugar en el que se someterá al cuerpo a una necropsia al objeto de conocer las causas del fallecimiento.

A la espera de los resultados, «tiene lógica que aparezcan más ejemplares fallecidos porque, por un lado, tenemos una población osera mayor y, por otro, contamos en los montes con más gente haciendo senderismo y profesionales vigilando», razona Carlos Nores, doctor en Zoología y vicepresidente de la Fundación Oso Pardo.

El especialista señala que los plantígrados pueden superar los 20 años, pero «es erróneo considerar que como son muy grandes y hay pocos depredadores mayores que ellos, todos lleguen a viejos». Según recuerda Nores, hay un abanico de enfermedades parasitarias que provocan que se queden por el camino. «Los propios perros domésticos se mueren de enfermedades y los osos, que comen lo que encuentran en el suelo, plantas y carroña, más», abunda.

La especie es víctima también de procesos infecto-contagiosos «si bien menos que otros animales. Las vacas están estabuladas, muy cerca unas de otras, y en estos animales silvestres el contacto entre ellos es menor», explica. Cuando se produce, lo hace en ocasiones con resultados fatales. «Hace unos años aparecieron dos cerca de un río, eran dos machos jóvenes que se habían peleado como quien se pelea en una fiesta de prao y acabaron falleciendo», rememora.

Mueren igual que viven

En Somiedo la noticia fue acogida sin aspavientos. La presencia de los plantígrados es cada vez más frecuente y los vecinos recuerdan que «es normal que lo mismo que viven, mueran».

Más recelo mostró el Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas). El presidente de esta entidad conservacionista, Roberto Hartasánchez, recuerda que hasta la legislatura pasada mantenía un convenio con el Principado gracias al cual podían actuar en espacios protegidos. En 2017 fue avistado en Cangas del Narcea otro ejemplar fallecido y las personas que lo divisaron avisaron primero al Fapas. «Nos conocen, fuimos para comprobar si lo dicho era cierto, y una vez verificado avisamos a la consejería. No gustó y nos quitaron el convenio», comenta.

En esta ocasión, Hartasánchez asegura que tras recibir el aviso «el Principado mandó a un taxista a comprobar si era verdad que se trataba de un oso» y que sus llamadas a la administración para conocer del asunto han resultado infructuosas. Desde el Gobierno regional oponen que se ha aplicado el protocolo previsto por los técnicos.

 

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