La Consejería de Medio Ambiente, para la Transición Ecológica y Sostenibilidad va a invertir 44.000 euros dentro del proyecto de protección y conservación de ese felino.
Con ese dinero, la Medio Ambiente va a comprar 122 toneladas de cereal para que se lo coman 3.590 conejos. Animales que a su vez servirán como gran aporte alimentario para las hembras de lince. Cereales y conejos se distribuirán entre diversas parcelas del valle del Matachel, en el sureste regional. Allí se establece la mayor población de lince ibérico de Extremadura.
Desde hace años la comunidad autónoma tiene en marcha medidas para evitar que el lince esté al borde de su desaparición e incrementar notablemente su censo.
Por este motivo la plataforma de contratación pública del Estado recoge la licitación de dos contratos, uno de 19.205,3 euros y otro de 24.916,24, que pueden llamar la atención.
Soltarán 3.590 conejos vivos
El primero se presenta como suministro para la alimentación de especies presas del lince ibérico, esto es, para que se alimenten los conejos. El segundo contrato se denomina suministro de alimentación con conejo de hembras reproductoras de lince ibérico con cachorros.
En este caso, lo que se va a hacer es adquirir 3.590 conejos vivos de granja que serán soltados por el valle del Matachel para ser devorados por las felinas.
92 linces en libertad se contabilizan en cinco áreas diferentes de la comunidad autónoma
Se especifica que serán conejos de capa parda/oscura, que tengan un peso de entre 800 y 1.200 gramos. En cuanto al suministro de cereales para esos conejos, se concreta que se van a distribuir 61 toneladas de trigo blando y otras 61 toneladas de cebada a granel, «con humedad entre 12/13%, libre de impurezas, para su aporte alimentación a la población de conejo en el área de distribución del lince ibérico en Extremadura». Tanto los conejos como los cereales deben estar comprados antes de que acabe el mes de diciembre.
Trabajo de conservación del lince
Desde la Consejería para la Transición Ecológica, de Medio Ambiente, se valora el trabajo realizado para la conservación del lince ibérico. En el año 2000 se aprueba entre España y Portugal el plan de acción y la estrategia ibérica para la protección de este animal y en 2005 se crea el programa de cría en cautividad y conservación, con la construcción de 4 centros de cría. Tres de ellos son en España, y entre ellos, el extremeño de Zarza de Granadilla. Otro se sitúa en Portugal (Silves).
Asimismo, en 2011 se inició el proyecto Life+Iberlince, cuyo objetivo es crear una población estable de linces en siete nuevas áreas de reintroducción en Extremadura, Castilla la Mancha, Andalucía y Portugal.
Se pretende conseguir un aumento cuantificable de la conectividad entre los núcleos de población de este animal. «Extremadura se postula así como territorio esencial en dicha conectividad, ya que además de ser lugar histórico de presencia de lince, es un espacio de interconexión crucial entre los ejemplares de Portugal, Andalucía y Castilla la Mancha, lo que garantizará el adecuado intercambio genético de los ejemplares en libertad de estos territorios», resalta Transición Ecológica en respuesta a HOY.
Desde 2014
En Extremadura, las primeras liberaciones de ejemplares tuvieron lugar en el valle del Matachel en junio de 2014. Es la principal área para la especie, presenta un hábitat idóneo para el lince ya que cuenta con numerosa población de conejo. Y una adecuada red viaria que evita en gran parte los atropellos, una de las principales causas de mortalidad de este peculiar felino.
Actualmente está constatada la presencia de 92 linces ibéricos en libertad, con 36 cachorros nacidos en libertad a lo largo de este año.
Según la información de Medio Ambiente, la población de lince se distribuye en cinco zonas diferentes de la comunidad autónoma.
Se trata del valle del río Matachel, el área de Hornachos-Alange, Valdecigüeñas, zona del río Ortiga y el entorno de Valdecañas-Ibores, en la provincia cacereña.
Fuente: Hoy