La Xunta reconoce la magnitud de un desafío que, apunta, no puede asumir en solitario, aunque ya adoptó medidas de su competencia y prepara un grupo de trabajo.
Al incremento de la caza se unirá a otras acciones que impliquen a cazadores, agricultores, animalistas o conductores.
El incremento en la población de jabalíes está generando una amplia serie de problemas a distintos niveles como la agricultura, la ganadería o incluso cinegético. La Xunta no es ajena a esta problemática tan seria. Reconoce que en la actualidad se está dando una situación de superpoblación de jabalí que lo expulsa de su hábitat natural. Hasta el punto de que desde la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda apuntan que se trata de «unha realidade na que hai que buscar un equilibrio».
Para conseguirlo crearon un grupo de trabajo que deberá de poner sobre la mesa medidas a adoptar. Éstas van a ser interdisciplinares y afectarán a toda la sociedad como cazadores, agricultores, animalistas e incluso conductores.
Grupo de trabajo
Añaden que se trata de uno de los animales que más está proliferando en Galicia. «Tal e como poñen de manifesto as imaxes destes animais salvaxes transitando por zonas periurbanas ou estradas».
Por eso aseguran que «a Xunta non deu as costas a esta situación e impulsou un grupo de traballo para facer fronte aos danos causados por esta especie, xa que se comparte a necesidade de reforzar as actuacións que se están a facer e buscar novas medidas propostas para o control do xabaril».
Dichas medidas ya anticipan que serán de varios tipos, y tanto paliativas como preventivas. «Combinando a súa xestión e mantendo á súa vez o aproveitamento cinexético, pero minimizando os danos nos cultivos».
Todos los sectores
La Xunta quiere alcanzar una solución «global, integradora e compartida. Require da colaboración responsable de todos os sectores: cazadores, agricultores, gandeiros, animalistas, condutores, forzas de seguridade, administracións locais, provinciais, autonómica e estatal e sociedade en xeral».
Algunas de las medidas que el Gobierno gallego tiene ya aprobadas para establecer medidas de control de la población de jabalíes es la prolongación de los periodos de caza. También emplear nuevos métodos selectivos de captura como jaulas-trampa, apostar por nuevas regulaciones o el proyecto de decreto que está ya publicado en el portal de transparencia.
Modificar legislación caza
En el apartado de la caza se harán cambios importantes y se modificará la legislación. «De xeito que se poda autorizar a caza en man ou ao salto, modalidades que se adoitan a empregar na caza menor», apuntan desde la Consellería.
También se modificará la resolución anual de vedas que se publicó el pasado 2 de octubre. «Co obxectivo de que en todos os concellos as autorizacións de caza por danos se realicen de xeito inmediato e así dar unha solución á situación que está a provocar esta especie, cada vez máis habitual nas zonas periurbanas».
La actual situación está provocando una gran cantidad de daños. Muchos de los afectados no saben cómo reclamar o ni tan siquiera si tienen derecho a hacerlo. Además de quejarse con frecuencia de que los cobros que reciben son tardíos e insuficientes con respecto a los daños provocados por los jabalíes en sus cultivos.
La propia Xunta tiene estudiada la incidencia de la población de jabalíes a la hora de detectar los daños que causan. Y apunta que «os principais son os danos sobre cultivos, pero tamén na seguridade viaria, desperfectos en zonas axardinadas e no mobiliario urbano como contedores ou papeleiras».
También realizaron un estudio sobre las razones que llevan a estos animales a acercarse tanto a ámbitos urbanos. En principio, su propia naturaleza debería tender a alejarlos. Fuentes de Medio Ambiente señalan que «a posible causa pode deberse á súa elevada capacidade para adaptarse a calquera tipo de ecosistema ao ser un omnívoro oportunista, adaptable ás dispoñibilidades do hábitat no que vive, e a súa grande capacidade reprodutiva».
Zonas prohibidas para la caza
A ello unen la existencia en los alrededores de las ciudades o de núcleos de población importantes de zonas apropiadas para su encame. Además de una ausencia notable de presión por parte de los cazadores, que no pueden operar por ley en esos entornos donde hay gente en lugares próximos.
Influye «a falta de coidados e o abandono por parte dos propietarios de fincas localizadas en áreas periurbanas. Esto ocasiona que os animais atopen zonas de refuxio cómodas e próximas aos centros das cidades».
Con todo, acotan que no se trata de un fenómeno exclusivo de Galicia. «En Europa xa supón un novo e crecente desafío. Todos os estados están adoptando medidas en eidos tan dispares como a agricultura, a seguridade viaria, as infraestruturas urbanas, a biodiversidade ou a sanidade animal».
Fuente: El Progreso