Majestad, nada más y nada menos que 2.400 cochinos excedentarios quiere usted quitar de su Casa, La Zarzuela. Ya tiene que haber cochinos si los que sobran sobrepasan con creces el doble millar. Me pregunto cuáles serán los factores que subyacen detrás de tan importante número de guarros excedentarios, pues no quiero creer que en su familia se haya perdido totalmente la afición venatoria que con tanto orgullo han defendido a lo largo de toda su Historia, que es la nuestra, y no sean capaces de autogestionar –junto a la Guardería Real– dicha población. Imagino el disfrute que ha tenido usted que vivir todos estos años atrás, cuando junto a su padre, seguro recorría escopeta en mano estos montes y dehesas achaparrados tan próximos a la capital y que conforman uno de los parajes de Patrimonio Nacional de mayor valor medioambiental de todo el país.
En respuesta a su llamamiento de ayuda para controlar la población de cochinos, que sin duda puede llegar a devastar la riqueza de La Zarzuela, el colectivo de cazadores, que siempre ha defendido y amparado su figura y familia con el máximo respeto y cariño, sólo le pide al respecto una presupuesta: dé y sea ejemplo.
Aproveche la ocasión y eche una mano al campo y a la caza, pues mucho la necesitamos en estos tiempos de tergiversación y confusión mediática. Transmita a la sociedad lo que ciertamente su padre le enseñó sobre el campo y su necesaria gestión. Divulgue el profundo respeto y amor –si es que así lo observó en sus salidas con nosotros, sus compañeros cazadores– que sentimos los cazadores hacia la naturaleza. Pero no caiga en engaños ni ocultaciones: también transmita el necesario entendimiento de sus particulares reglas de funcionamiento y de su oportuna y necesaria labor de gestión para un correcto mantenimiento de la misma, como es el caso en su propia casa.
Aproveche y enseñe a los españoles lo que son los jabalíes, especie cinegética nacional con muchas otras connotaciones que la amplia mayoría de la población desconoce. Diga a los españoles sus elevadas tasas de reproducción y los beneficios y peligros que reportan para el entorno rural y urbano actual. Explique por qué quiere reducir ese número en La Zarzuela. Hable de la sostenibilidad del medio, de la posibilidad de transmisión de enfermedades a los humanos, de posibles ataques o accidentes de tráfico… ¡podría ser apasionante escucharle hablar sobre estos asuntos tan cruciales de su territorio nacional y tan vitales para nuestro colectivo!
Y por último, aproveche para ser ejemplo de cordura, en estos tiempos tan revueltos que corren, y obtenga un beneficio social de su decisión de limitar el número de suidos de La Zarzuela. No permita ni transija con conductas administrativas absurdas –que rozan lo penal, al menos en lo racional– en cuanto a la gestión de excesos de poblaciones de especies cinegéticas en entornos públicos nacionales como son las cabras monteses del Parque Nacional de Guadarrama, los gamos de la Reserva Nacional del Sueve, los rebecos del Parque Nacional de los Picos de Europa o los jabalíes urbanos de San Cugat del Valles y Tarrasa. Trasmita a la sociedad el hecho y los valores de la caza como recurso renovable así como de aprovechamiento sostenible y necesario con el medio.
Le propongo un negocio público que a buen seguro satisfará a casi todas las partes, pues seguro que algún iluminado preferirá la castración quirúrgica (a un coste de 800 euros/ejemplar castrado) que la del lógico y solidario aprovechamiento que a continuación le desarrollo en tres líneas. Lo primero, con todos mis respetos, aléjese de la influencia medíatica de esos que sólo han visto el campo en la televisión, con eso de realizar la acción con jaulas o capturaderos y cacémosles, como hemos hecho toda la vida. Valore a unos simbólicos 100 euros cada cochino cazado, lo cual es un chollo y garantiza el éxito de la convocatoria y proceda a abrir convocatoria y sorteo público. Como Usted quiere hacer la gestión en un plazo de tres años, esto supone unos 800 cochinos al año, lo cual traducido a euros supondría de entrada anual de 80.000 euros, propinas aparte, ahí es nada, que en cuatro años supondrían más de 240.000 euros, un auténtico capital, que invito dedique a alguna labor social de conservación, divulgación y conocimiento de la caza y del campo. La que usted quiera. Pero por favor dé ejemplo de cordura y no permita que sus queridos cochinos reales acaben con una descarga eléctrica en la cabeza tras haber pasado mil calamidades y costes en su transporte y manejo debido a la hipersensibilidad mental de algunos iluminados de pelo largo.
Con todos mis respetos.
LdelaT.
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