- Estos cánidos devoraron el año pasado 4.000 reses en la región con pérdidas para los ganaderos de 2 millones de euros
- Todas las comunidades autónomas con lobos se oponen a la propuesta de Teresa Ribera de conceder a la especie una protección especial
El ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, MITECO, ha puesto por escrito sus planes para gestionar la presencia del lobo en los montes y llanuras españoles durante los próximos años y ha llamado a esa reflexión “Borrador de la Estrategia para la Conservación y Gestión del Lobo en España”.
Pero sus conclusiones no han gustado a todo el mundo.
El MITECO quiere alcanzar las 350 manadas de lobo en España para el año 2030
De momento, todas las comunidades que albergan lobos se han puesto en contra. Radicalmente.
Coinciden en que no aprueban la extinción del lobo, pero tampoco la del ganadero.
Las comunidades son Cantabria, Asturias, Galicia y Castilla y León que cuentan con 12, 37, 84 y 179 manadas de lobos, respectivamente. Fuera de ellas, solo hay 5 manadas en España.
Son a quienes más afectan y quienes más se han enfadado con la pretensión del Ministerio de “garantizar la conservación a largo plazo de la especie”.
Para ello quiere “alcanzar las 350 manadas de lobo en España para el año 2030, reducir la persecución ilegal del lobo y aumentar entre un 10 y un 20% el área de distribución actual para el año 2030”.
COAG advierte del peligro de desaparición de la ganadería extensiva en pocos años
COAG también ha mostrado su disconformidad con el proyecto asegurando rotundamente que las pretensiones de Ribera «puedan acabar con la ganadería extensiva en el norte de España».
Rechaza la idea de incrementar en un 20 % las manadas, y sobre todo «que lo haga a lo bruto, o sea, sin ningún estudio previo de cuál sería el impacto causado al ganado de cada zona».
Castilla y León cuenta con el 50% de los lobos de la península Ibérica, y el 60% de los lobos españoles paraíso del lobo
Pero la realidad camina dispar para las pretensiones de MITECO y de los animalistas. La realidad es que el lobo en España está perfectamente protegido.
Un estudio realizado por los servicios técnicos de COAG Castilla y León concluye que “la población (de lobos) de la península ibérica no está considerada como vulnerable y se encuentra comparativamente mejor que la media europea. En el caso concreto de Castilla y León su estado de conservación es favorable. Además, el estado poblacional ibérico está en continuo aumento numérico (el mayor de la UE si se exceptúa Alemania, que parte de una población muy pequeña) y de expansión geográfica”.
Europa cuenta con 14.000 lobos de los que España tendría unos 2.500, es decir, en torno al 18,5%. Y Castilla y León representaría el 50% de los lobos de la península Ibérica, y el 60% de los lobos españoles.
España es junto con Rumanía los dos países con mayor población de lobos en la UE. “Además, la población al norte del Duero ha aumentado considerablemente en número, manadas y extensión, llegando a repoblar territorios al sur del Duero”, explica el informe de COAG.
Alemania permite que los ganaderos disparen a los lobos si estos ponen en peligro a la ganadería paraíso del lobo
Por tanto, los ganaderos, principalmente, pero también otros muchos colectivos, no entienden que el Canis lupus precise una protección especial.
Ahí van las cifras, si hubiera alguna duda: en 2019, según la Consejería de Medio Ambiente, los lobos atacaron las granjas de la región en 2.579 ocasiones, mataron a 3.774 reses y generaron pérdidas cercanas a los 2 millones de euros.
Por todo ello, no parece que el lobo requiera de especial protección, como no lo hacen en los países de nuestro entorno donde las medidas de control son más rigurosas.
Por ejemplo, en Alemania, se permite que los ganaderos disparen a los lobos si estos ponen en peligro a la ganadería.
En Francia se considera que el umbral de viabilidad son 500 ejemplares (España tiene 2.500, y más de 1.500 solo Castilla y León).
Noruega aprobó la eliminación del 70 por ciento de su cabaña; y en Estados Unidos, tras alcanzar la cifra de 6.000 ejemplares, dejó de ser especie protegida.
Así, mientras en Castilla y León, donde se estima que hay unos 1.500 lobos, se permite un control poblacional de hasta 113 ejemplares (el 7,5 %), en Francia, con un censo de 500 lobos (que era el número que esperaban alcanzar en 2023, pero al que llegaron ya en 2019), se incrementó el porcentaje de ejemplares a abatir desde el 10 hasta el 17 por ciento (85 ejemplares).
Lo dicho: no sólo no somos los que menos protegemos al lobo, sino al contrario, somos sus mayores protectores.
Por eso Castilla y León, una de las comunidades más despobladas, es un paraíso para el lobo.